El pasado domingo, 5 de enero, en Víspera de Reyes, la atención de miles de jóvenes se posó en el centro de la isla, específicamente en la Casa Histórica de la Música en Cayey donde el exponente urbano Bad Bunny hizo acto de presencia con un sombrero jíbaro para disfrutar con los allí presentes el lanzamiento de su nueva producción discográfica “Debí Tirar más Fotos”.

Aunque es muy probable que la fanaticada de Benito Antonio Martínez Ocasio conociera de este museo tras el llamado de la voz de “Pitorro de coco”, lo cierto es que la Casa Histórica de la Música cuenta con un propósito importante: exaltar el folclor y la música.

El Nuevo Día conversó con el cuatrista cayeyano y presidente de la organización sin fines de lucro, Andrés Yambó para conocer sobre su historia, misión y cómo surgió la visita de uno de los artistas más famoso en estos momentos.

“Esto es un proyecto comunitario en colaboración con el municipio de Cayey. La casa es un espacio del 1825 restaurada por el municipio tal y como era. Nuestro alcalde Rolando Ortiz Velázquez nos la concede a un grupo de músicos y amigos de la música”, expresó Yambó sobre la ahora Casa Histórica de la Música, que abrió sus puertas el 17 de agosto de 2017.

En el lugar, según se indicó, trabajan más de 50 voluntarios de distintas edades, pero unidos por un mismo objetivo; preservar la historia musical de su gente. “Comenzamos a documentar la historia de los músicos de Cayey, convirtiéndose en el primer museo en Puerto Rico que se dedica a documentar la historia de los músicos de su pueblo”.

El histórico espacio cuenta con información de músicos y artistas desde el 1865 hasta la época presente, por mencionar a algunos como el compositor César Concepción, la agrupación la Tuna de Cayey y los veteranos reguetoneros Wisin y Yandel. “A los que están en vida rescatamos la historia oral de ellos. Tenemos 11 terabytes de información digitalizada de historia solamente de Cayey”.

¿Cuál es su propósito?, preguntó este medio.

“Nuestro fin primordial es documentar y rescatar la historia de los músicos de nuestro pueblo. Lo que queremos es pasar esto a las futuras generaciones para que cuenten con un lugar para conocer la historia musical de este pueblo relatada mucha de ellos por los propios artistas”, agregó Yambó.

Sin embargo, la Casa Histórica de la Música es literalmente la casa de otras grandes aportaciones a la cultura y las artes, ya que también se ofrecen talleres y clases de cuatro puertorriqueño y guitarra en colaboración con la Escuela de Bellas Artes, así como cursos de barriles de bomba, güiro y clases para niños con síndrome de down y autismo, todas ellas libres de costo.

“El espacio es grande, por lo que la convertimos en sede de muchas otras funciones”, destacó el también profesor musical.

De igual manera, las noches de viernes a domingo están destinadas a las bohemias en vivo, un evento muy exitoso para la comunidad. “Esto es un encuentro que no sabíamos que tantas personas necesitaban un espacio como este. Llegan personas de distintas edades”.

La Casa Histórica de la Música cuenta con mucha historia en sus dos pisos, donde se pueden observar muebles conservados de época, así como tocadiscos e instrumentos musicales puertorriqueños.

Según se detalló, cuenta con varias salas, como por ejemplo una dedicada a la gesta de la Tuna de Cayey, que cuenta con memorabilia, discos y documento de sus 60 años de trayectoria.

También hay una sala sobre la historia de la radio y otro de los espacios es dedicado a los equipos que reproducen música, una exhibición evolutiva “para niños y jóvenes, quienes comenzaron a escuchar música a través de una plataforma de streaming en un celular” y donde podrán conocer lo que es un gramófono, el 8-track tape, casete, CD entre otros reproductores de música.

Sobre la visita del Conejo Malo, el cuatrista relató que el acercamiento surgió por parte del equipo de producción del artista y que se esperaba iba a ser un “listening party” en secreto, pero la voz se regó a través de las redes sociales. “Vino demasiada gente, si se hubiera anunciado vendrían muchísimas más”.

Yambó formó parte de los siete músicos encargados de realizar el número musical de apertura de la actividad. “Fue lindo ver cómo los jóvenes se integraron cantando ‘Dame la mano paloma’, ‘Traigo esta trulla’ y ‘A mí me gusta mi pueblo’” La semilla está, lo que falta es que artistas como él (Bad Bunny) nos den ese empujoncito y se verá el cambio”.

Tras el lanzamiento del sexto álbum del Conejo Malo, donde a través de sus ritmos y sonidos celebra la esencia y el patrimonio puertorriqueño, son más los que aplauden que los que critican a que el vegabajeño utilice su fama a nivel mundial para exaltar su cultura y tradición.

“Esa misma es nuestra función en el museo”, enfatizó Yambó. “Queremos que los jóvenes y niños conozcan sobre la música e instrumentos de Puerto Rico. Hoy día es donde más jóvenes cuatristas y trovadores hay, se ve el producto. Para nosotros es un orgullo que Bad Bunny nos hayan escogido y lo que está haciendo es bien importante. Lamentablemente, eso no se está enseñando en la escuela”.

“Lo que está haciendo es una gran aportación nuestro folclor, costumbres, tradiciones y música. Está concientizando a los jóvenes a que se interesen en ella y sientan orgullo”, agradeció.

Finalizando, Yambó aprovechó la oportunidad para hacer un llamado al gobierno y a los municipios en pro de preservar la cultura musical.

“Muchos municipios tienen el Museo del Deporte para resaltar a sus atletas, en ese caso nosotros resaltamos a nuestros músicos. En Puerto Rico todos los pueblos tienen grandes músicos. Creemos que todos deben contar con una Casa de la Música y que los municipios colaboren con estos proyectos. Aquí no hay símbolos políticos y el municipio apoya, nosotros realizamos el trabajo cultural. Si esto se replicara en todos los pueblos, te garantizo que la cultura continuará promoviéndose”, concluyó.

Para más información puedes acceder a su página de Facebook: Casa de la Música en Cayey o llamando al 787-595-8900.