Desde El Tuque de Ponce ha compartido con el mundo el respetado arte de transformar la madera en figuras de veneración y valor cultural
Desde El Tuque de Ponce ha compartido con el mundo el respetado arte de transformar la madera en figuras de veneración y valor cultural
27 de abril de 2022 - 11:40 PM
En los recónditos espacios que alberga el barrio El Tuque de Ponce resalta una impresionante historia familiar tallada en el corazón de seis hermanos que aún se sientan a la mesa para perpetuar una tradición que aprendieron de sus padres.
Se trata de la familia Orta Rivera, considerada una institución en el arte de la imaginería popular religiosa, cuya talla de santos y reyes magos ha viajado el mundo entero, incluyendo el Vaticano en donde conservan una pieza de la Virgen de Hormigueros, esculpida por el patriarca, don Domingo Orta.
A pesar del tiempo que ha pasado desde que Carmen Delia, José Antonio, Domingo, Blanca Iris, Wilfredo y Héctor, tomaron por primera vez una cuchilla en sus manos para emular el oficio de su progenitor a quien observaban en plena faena, todavía se mantienen tallando, aunque con sus respectivos estilos.
Pero el recuerdo de una mesa repleta de herramientas, pinceles y pedazos de cedro listos para ser moldeados se ha convertido en nostalgia para aquellos hijos que correteaban en medio de gubias y otros artefactos, hasta que cada uno decidía tomar alguno, siguiendo el camino de los demás hermanos.
Al visitar su taller en la calle Lorencita Ferré, esta familia de artesanos demuestra que en la unión está su mayor bendición, aunque sus padres, Domingo y Santia, fallecieron hace unos años.
“Este taller representa recuerdos, nostalgia porque antes estábamos todos aquí tallando, mis hermanos, mi papá y mi mamá. Es lo primero que se me viene a la mente y lo llevo en lo más profundo de mí. Es un lugar que puede ser de trabajo, pero para mí no lo es. Es encontrarme con mis hermanos y, cuando uno está aquí, le da una energía diferente”, asintió Héctor, el menor de seis retoños.
El artesano de 50 años destacó que su papá comenzó a hacer instrumentos musicales a la edad de 10 años. Fue el doctor Ricardo Alegría, arqueólogo, historiador y primer director del Instituto de Cultura Puertorriqueña (ICP), quien lo motivó a tallar santos en la década del 60.
Desde entonces, su descendencia ha permanecido en la talla tradicional, dedicándose mayormente a confeccionar figuras de santos, reyes magos y nacimientos.
“Es un legado que nos dejaron nuestros papás, además de que es una tradición puertorriqueña que continuamos, un estilo tradicional. Está lo que se llama la talla de santos de palo, pero también existe escultura que ya es otro renglón. Nosotros hemos permanecido en la talla tradicional, siempre fiel a ese estilo único. Los coleccionistas, cuando ven nuestras piezas, saben que son de la familia Orta”, explicó el también maestro de kung fu.
“Una de las cosas que nos identifica es que utilizamos mayormente herramientas tradicionales, versus otras personas que utilizan herramientas eléctricas y eso ya cae en escultura. Pero nosotros siempre utilizamos un cuchillo para elaborar las piezas. Usamos cedro porque una de las características de la pieza elaborada en cedro, es primero, que no le da polilla y para el tallador es un poquito más fácil para darle los detalles”, agregó el ponceño de 50 años.
Asimismo, sostuvo que en su caso empezó, “a los nueve años y ya llevo 41 en este tipo de arte y, si Dios me permite, estaré en esto unos años más”.
De otra parte, resaltó que su obra ha llegado a países como India, México, Cuba, Venezuela y Estados Unidos, entre otros.
“Actualmente, hay piezas a la vuelta redonda del mundo; mi papá tiene una pieza en el Vaticano, es decir que en muchos museos hay una pieza de nosotros porque nos conocen. En mi caso, tengo clientes que han adquirido piezas de la India, México, Venezuela, Cuba, yo diría que faltaría África, ese continente. Pero si llega, la hacemos”, expuso.
Señaló que una de las mayores peticiones es la talla de Reyes Magos.
“Los reyes que se han convertido en un símbolo patrio; siempre quieren tener una imagen de los reyes magos para acordarse de Puerto Rico. La pieza que mayormente buscan es los reyes magos. Últimamente todo lo que ha pasado desde el huracán María, los terremotos, han bajado un poco las ventas, pero siempre las personas nos buscan para adquirir nuestras piezas”, admitió.
Mientras que su hermano Wilfredo, el quinto de esta generación de artesanos, recordó que “nosotros nos criamos prácticamente encima de las cuchillas, porque mi papá tallando y nosotros ahí caminando y las cuchillas en el piso”.
“Así fue que aprendimos. No es que mi papá nos cogió de la mano para tallar, sino que él tallaba y nosotros mirábamos. El que tenía interés… gracias a Dios que estamos los seis hermanos, estaba el cuñado y mi esposa que también talla”, manifestó.
Además de las piezas tradicionales, Wilfredo se destaca por tallar figuras con otras temáticas. Por ejemplo, hace un tiempo aceptó el reto de realizar una obra para el reconocido cirujano Enrique Vázquez Quintana inspirada en una batalla legal.
“Hice los 12 jurados, lo hice a él acusando al juez, la secretaria con la maquinilla y la que estaba sentada en la silla del juez era la dama de la justicia… me entusiasmó mucho hacerla. Me tardé como dos meses. También trabajé en la pieza grande de reyes que está en el Museo de Juana Díaz. Los hicimos en Plaza del Caribe y mi mamá -que estaba viva- también los pintó”, detalló.
Pero su hermana Carmen Delia de 68 años, se destaca por la talla de reyes magos con instrumentos musicales, además de su manera particular de realizar diseños en sus respectivas vestimentas.
“He hecho a los reyes en parranda y me gusta hacerle diferentes diseños a la ropita, porque estudié diseño. Empecé más tarde porque fue mi esposo que me estaba enseñando, pero ya yo había visto a mi papá tallando y seguí aprendiendo”, acotó al mostrar los detalles de su trabajo artesanal.
En una esquina de la mesa se encontraba otro de los hermanos Orta, Domingo, pintando varios santos: Monserrate, Santa Rosa, Santa Teresa, San Lorenzo y San Miguel Arcángel.
“Esto es una terapia, se me va el tiempo y así llevo toda la vida. Tenía 12 años cuando empecé, y, aprendí mirando a mi papá. A veces hago reyes”, explicó mientras expuso que su deseo es entregarle un San Francisco al Sumo Pontífice.
“Hace falta ver la mesa llena. Tengo mi taller en mi casa, queremos ver la mesa llena como antes, pero está difícil. Yo llego aquí y veo a mi papá sentado aquí y a mi mamá por ahí. Al morir mi papá, mi mamá, vivimos en otra área y casi ya no estamos juntos tallando y eso nos llena de nostalgia”, reconoció Wilfredo quien agregó que “hace falta un poquito más de interés, que nos den más la mano las instituciones correspondientes porque estamos un poquito olvidados”.
Al escucharlo, su hermano menor, Héctor, expuso que su deseo es enseñar a otros el arte de la talla de santos con el objetivo de darle continuidad al legado de su familia.
Para detalles sobre el taller de la familia Orta puede llamar al 787-841-8717.
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