El grupo, que se reúne semanalmente en el sector Levittown, en Toa Baja, no solo persigue aprender técnicas de pintura, también han formado su círculo de apoyo
El grupo, que se reúne semanalmente en el sector Levittown, en Toa Baja, no solo persigue aprender técnicas de pintura, también han formado su círculo de apoyo
18 de octubre de 2023 - 9:00 AM
A través de líneas, pinceladas, conversaciones, risas y mucho, mucho color, la artesana Louisa Torres Hernández De Álvarez comparte cada miércoles sus conocimientos de arte con “Las Picassas”, un grupo de mujeres entusiastas de las elaboraciones artesanales.
El junte nació hace una década, cuando Torres Hernández De Álvarez, quien se especializa en pinturas en piedras y plumas de aves, decidió abrir las puertas de su hogar para recibir, de manera gratuita, a damas que quisieran aprender a desarrollarse en el arte.
“Hace 10 años que comencé con Las Picassas de Levittown, Toa Baja que son un grupo de señoras y hay algunas jovencitas, a quienes enseño técnicas de arte. Empecé porque una de ellas (Carmen Ana Cruz) se le murió el esposo. Entonces, ella me pidió que le enseñara a pintar como terapia. Comencé con unas cuatro personas, ya son 11. Todavía ella (Cruz) sigue aquí y por ella se hizo todo esto”, expresó Torres Hernández De Álvarez, de 77 años, quien se inspiró en el reconocido pintor y escultor español, Pablo Picasso, al definir el nombre del grupo.
Con sus Picassas, Louisa ha logrado formar un grupo de artistas, pero, al mismo tiempo, creó un círculo de amigas, que se apoyan en los procesos que cada una atraviesa y que, a su vez, son fuente de inspiración para crear hermosas obras de arte.
“Han venido muchas personas que tienen cáncer y vienen no solamente a aprender algo de pintura, es como una forma de desahogo, un compartir. Nos hemos vuelto amigas. Uno las bota por una puerta y ellas entran por la otra”, dijo riendo la artesana, quien está certificada desde el 1997 por la Compañía de Fomento Industrial y el Instituto de Cultura Puertorriqueña (ICP).
Además de brindar talleres a mujeres, Louisa también imparte su conocimiento a niños y jóvenes, y siempre ha estado al servicio de la comunidad, pues ha trabajado como líder religiosa por muchos años y ese deseo de servir continúa latente en su corazón.
“Fui catequista de niños por más de 30 años en la Santísima Trinidad de Levittown y también fui ministro de la Eucaristía, le llevaba comunión a las personas enfermas. Me apasiona servir. Yo pienso que, si Dios te da un don, tienes que compartirlo con los demás. Toda la vida he compartido todo lo que aprendo”, comentó la artista.
La artesana afirmó, además, que ya este rol en la sociedad es una parte importante de su vida.
“Estoy tan acostumbrada a que estas señoras vengan, somos una familia, mi satisfacción es que cada una de ellas estén contentas con lo que hacen”, dijo.
“A estas alturas, creo que papa Dios ha sido bueno conmigo, he logrado muchas cosas. Logré ser una artesana, logré ser ministro, logré ser catequista. Lo que papa Dios me dé en el camino, yo lo recibo porque uno lo tiene que recibir con amor”, reconoció la toabajeña, quien abre las puertas de su hogar sin esperar nada a cambio.
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