La artista cubana fue una gran experimentadora en el arte, campo en el que también ejerció como profesora
La artista cubana fue una gran experimentadora en el arte, campo en el que también ejerció como profesora
19 de diciembre de 2024 - 12:59 PM
La artista cubana Zilia Sánchez Domínguez murió este jueves a los 98 años, quien fue pintora, escultora, grabadora y una gran experimentadora en el arte, campo en el que también ejerció como profesora.
Realizó sus estudios en la Escuela Nacional de Bellas Artes San Alejandro en La Habana y salió de Cuba en 1960. Luego de su salir de su país, viajó el mundo y llegó a vivir en España, Italia, Canadá y Nueva York.
Según sus datos biográficos, en la página oficial del Museo de Arte de Puerto Rico (MAPR), durante la década de 1960, Sánchez Domínguez realizó varios murales en fachadas de edificios residenciales en Puerto Rico y desde el 1991 fue profesora en la Escuela de Artes Plásticas de Puerto Rico y la Liga de Estudiantes de Arte de San Juan.
“En su obra abstracta, en serie y de corte minimalista, utiliza lienzos estirados desde los que se proyectan relieves de formas punzantes, de connotación erótica, que la artista acentúa con una pigmentación circular en tonos neutros como los grises, negros y ocres”, lee la descripción del museo sobre parte de su trabajo.
“Zilia empezó la primera parte de su práctica en el contexto cubano, pero a partir de 1971, se mudó permanentemente a Puerto Rico y desde esa fecha vivió y creo su obra aquí, también enmarcada por nuestra condición social y nuestro entorno particular. Mantuvo su estudio aquí, a la vuelta de la esquina del museo, así que lamentamos la pérdida de esta artista con profundidad, pues además del impacto de su obra, fue vecina de nuestra institución”, explicó María Cristina Gaztambide, directora ejecutiva del MAPR, institución que cuenta con piezas de la artista en su colección.
“Desde mi punto de vista, Zilia fue una pionera y una voz única en el modernismo caribeño y latinoamericano, y ella combinó de manera muy original la abstracción geométrica y tendencias constructivistas que surgieron en todo el continente desde mediados del siglo 20, con unas posturas feministas, y eso es lo que realmente queda de su legado: fue una voz única”, agregó Gaztambide.
Su estilo artístico evolucionó con el tiempo. En sus etapas tempranas, se enfocaba en piezas que destacaban los aspectos informales del expresionismo abstracto y el lenguaje visual. Luego, comenzó a trabajar con conceptos que exploraban de forma más cercana la sensualidad. Este lenguaje abstracto, cargado de tonos eróticos, alcanzó su cumbre cuando diseñó las fachadas de apartamentos en Laguna Garden a mediados de la década de 1970.
A pesar de la importancia de su trabajo, varios críticos y expertos en arte han coincido en que su obra muchas veces ha pasado por alto y que “raramente se ve fuera de Puerto Rico”, como publicó el New York times en 2015, sobre una exhibición de mujeres que contó con trabajos de la artista.
“En este momento estamos trabajando en traer a Puerto Rico una exposición panorámica de su obra, que fue organizada por el Institute of Contemporary Art de Miami, que viene al museo a partir del 21 de marzo. Es doblemente triste, porque estamos sumergidos en ese trabajo actualmente, y nos da mucha pena que haya fallecido en este momento. Al mismo tiempo, estamos restaurando una escultura monumental que se le comisionó a la artista cuando el museo abrió hace ya casi 25 años y estamos trabajando con la persona que la ayudó a construir esa escultura. Nuestro plan es tenerla disponible y reinstalada en nuestro jardín escultórico para la apertura de la exposición”, sostuvo Gaztambide.
La escultura, titulada “Subliminar”, fue creada en el año 2000, en hormigón con color integral. Pero su carrera e intereses fueron variados a lo largo de su vida.
“A penas llegó a Puerto Rico, fue la diseñadora gráfica de la revista ‘Zona de carga y descarga’, con las editoras Olga Nolla y Rosario Ferré, que desde el principio estuvo vinculada a ese esfuerzo liderado por la UPR por esas dos grandes escritoras y feministas puertorriqueñas. Al mismo tiempo, fue una educadora e influyó sobre incontables discípulos, como Guillermo Calzadilla, del dueto Allora y Calzadilla, que son algunas de las voces más influyentes en el mundo del arte contemporáneo a nivel internacional. Hay legado artístico, pero hay también un legado de compromiso social, específicamente sus posturas respecto al bienestar y el cuerpo de la mujer. Es una pérdida inmensa y su legado durará para siempre”, concluyó Gaztambide.
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