En una esquina del “venue” más importante de Puerto Rico, pareciera que una orquesta de gigantes ofrecerá un concierto de mucho sabor. Un par de congas de unos siete pies hacen que cualquiera que se pare a su lado se sienta diminuto. Para tocar el güiro, de casi seis pies de alto, hay que agarrar el puyero con las dos manos y cualquier palma que se atreva a azotar el enorme seguidor para ofrecer versos de alguna rica plena, se encontrará con un instrumento hecho a la medida del mismísimo Goliat.

Como parte de la celebración del vigésimo aniversario de su apertura, el Coliseo de Puerto Rico José Miguel Agrelot, conocido coloquialmente como “el Choli”, ha dado forma a la exhibición “Formas gigantes en la percusión antillana”. Este proyecto consta de unas 12 piezas, todas recreaciones enormes de instrumentos de percusión de uso común en el Caribe antillano. Creadas por el maestro artesano Roberto “Toño” Cortés, los instrumentos, todos funcionales, ahora recibirán a las cerca de 800,000 personas que anualmente pasan por el Coliseo.

“Para mí, como artesano y artista, nunca en mi vida yo había pensado que mis piezas pudieran estar aquí, eso como que no cae en la mente de uno. Es un gran honor tener todas estas piezas expuestas aquí para el beneficio de todos aquellos que las puedan observar”, dijo Cortés sobre esta oportunidad.

Los orígenes de este proyecto se remontan a comienzos del milenio, cuando el artesano tuvo, por primera vez, la idea que se convertiría en una labor de 20 años. “Esto comenzó en el 2004, con el pandero gigante. En ese año ya tenía el pandero, que tiene un cuero de siete pies de grande, todo el mundo decía que eso no iba a sonar y que, incluso, no iba a poder fabricarlo. Para sorpresa de nosotros produce un sonido muy similar al de los panderos”, explicó.

Ese primer instrumento recibió el prestigioso récord Guiness como pandero más grande del mundo. Como parte de su visión, Cortés quiso, a lo largo de los años, recorrer la historia musical de las islas del Caribe a través de sus instrumentos, fue por esa razón que continuó con su confección, hasta llegar a un punto en el que se sintió satisfecho, habiendo cumplido su cometido. Todos sus instrumentos emiten sonido y pueden ser usados de forma práctica.

“Esto cubre las Antillas mayores, Puerto Rico: los panderos, los barriles de bomba, el cuá y la maraca, nuestra herencia artesanal de nuestros taínos y el güiro. Incluye Santo Domingo, que son las tamboras, la güira. Y venimos finalmente acá, donde están las congas, en bongó y las campanas, que eso incluye Cuba. Incluimos también el timbal, que es uno de los instrumentos más antiguos que existe, porque el timbal se utiliza en todas Antillas”, sostuvo.

La exhibición “Formas gigantes de la percusión antillana” estará ubicada en el segundo piso de la zona “South end” del Coliseo y se podrá visitar hasta el 30 de septiembre de este año.