Luis Roberto Soler Carmona guía con su familia a nuevas generaciones a través de la Escuela de Bellas Artes de Barceloneta
Luis Roberto Soler Carmona guía con su familia a nuevas generaciones a través de la Escuela de Bellas Artes de Barceloneta
29 de agosto de 2022 - 10:45 PM
Luis Roberto Soler Carmona ha dirigido la Banda Municipal de Barceloneta por más de medio siglo y con su ejemplo, inspiró a muchos alumnos que se convirtieron en maestros y músicos profesionales, entre éstos, sus hijos Tania y Roberto Soler Lugo.
Bajo su batuta, este educador innato se ha esmerado en descubrir y desarrollar talentos que pudieron haberse quedado dormidos. Su pasión por enseñar ha sido clave para mantener de pie a una institución a la que llegó para estudiar.
A sus 77 años, el destacado saxofonista no piensa en el retiro pues asegura que la música es su trabajo y pasatiempo preferido, al punto que pasan las horas y ni él ni sus estudiantes se quieren marchar del aula donde se reúnen en la Escuela de Bellas Artes que lleva su nombre.
“De pequeño mi papá cantaba, tocaba con una orquesta y yo me iba con él a ayudar a los músicos con los equipos en las presentaciones, pero nunca pensé que iba a ser músico; eso vino después. Estudié música cuando estaba en segundo año de escuela superior y ahí me empezó a gustar la música y hasta el sol de hoy”, recordó entre anécdotas y carcajadas.
Igualmente, subrayó su participación en la banda que luego adoptó al señalar que “ahí fue que comenzó mi vida musical”.
Así las cosas, don Luis Roberto se fue con su saxofón al área metropolitana, primero tocó en la Banda de la Universidad de Puerto Rico y después con reconocidas orquestas de salsa como las de Lalo Rodríguez, Pupy Santiago, el Combo del Ayer, y Luisito Carrión, entre otros. Además armó sus propios conjuntos musicales.
“Después volví para mi pueblo e hice un grupito pequeño, pero vi que los trabajos en la música no estaban muy buenos y me quedé dando clases”, esbozó el hijo de una maestra de matemáticas, así que el don de enseñar corría por sus venas.
Sin pretenderlo, el exitoso músico despertó el interés de sus vástagos, los cuales asegura que “al principio no eran tan intensos como yo”.
Así lo constató su hija Tania, una clarinetista egresada de la Universidad Interamericana de San Germán donde completó un bachillerato con dos concentraciones: Música y Educación Elemental.
“Papi llevaba mucho tiempo dirigiendo la banda y en Barceloneta prácticamente no había ningún entretenimiento y al verlo a él, me entusiasmé. Comienzo en la banda chiquitita, como en tercer grado, pero me fui a hacer otras cosas. No era tan ‘fiebrúa’ como papi, pero me di cuenta de que eso me llenaba mucho y tomé la decisión de irme a estudiar”, resaltó la fémina de 50 años, la cual perteneció a la Banda de la Universidad Interamericana y la Banda Municipal de Cabo Rojo.
Pero su proyecto de vida llegó con la fundación de la Escuela de Bellas Artes de Barceloneta, que desarrolló conforme a lo que aprendió de su padre, al igual que su hermano Roberto Luis que siguó su pasión como músico y compositor.
“Se dio la oportunidad de crear la Escuela de Bellas Artes y en ese proceso estaba haciendo la maestría en Bellas Artes en la Universidad del Turabo y me dediqué a desarrollar las artes. Continuaba mis grupos en la Escuela del Departamento de Educación, pero empiezo a desarrollar este proyecto como base al amor a la música que tenía. El ejemplo de papi era de dedicación y educar”, contó.
“Papi se da por el estudiante y eso lo desarrollé; me envuelvo mucho. Es un proyecto de vida, aun siendo un proyecto municipal es un proyecto personal que me gustaría que continuara”, confesó la maestra encargada de la Escuela de Bellas Artes de Barceloneta.
Por su parte, don Luis Roberto insistió en que su vida es la música y no piensa pasar la batuta de la banda, incluso, en medio de varios percances en su salud que ha enfrentado con valentía.
“Este es mi trabajo, es mi ‘hobby; aquí yo vengo a dar clases a las 6 (de la tarde) y dan las 9 (de la noche) y todavía estamos aquí porque ni los estudiantes ni yo nos queremos ir. La pasamos bien. Mientras más músicos, menos reguetoneros”, acotó.
Padre e hija concienciaron sobre la importancia de la educación musical como antídoto a muchos males sociales.
“El trabajo que hacemos es necesario en nuestra sociedad. Tenemos una lucha constante, porque nuestros estudiantes han perdido ese interés en conocer un instrumento musical, querer cantar, querer actuar y es porque hay falta de personas que los incentiven, expongan e identifiquen a esos talentos/ Tenemos que darle la oportunidad al estudiante de explorar”, afirmó Tania, cuyos hijos también han mostrado interés en danza y educación coral.
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