Todos los jueves en la noche, la plaza de recreo Alfredo Rafucci de Rincón se convierte en una galería al aire libre donde se dan cita decenas de artesanos rincoeños y de toda la Isla, para exhibir y vender sus productos.

Un aire de fiesta se apodera de la noche donde no falta el bullicio y todo tipo de frituras y bebidas. La escena la complementa la música por algún disc jockey mientras que un poco más allá de la plaza, varios músicos dan rienda suelta al repique de conga y tumbadoras al ritmo de bomba, plena y otros ritmos caribeños, mientras que locales y turistas abarrotan el lugar en busca de bisutería o artesanía que refleje el espíritu de la belleza y las olas de Rincón.

Las Noches de Galería, conocidas también como el Rincón Art Walk, se iniciaron en el 2021, según explicó Jessica Muñoz, directora de Turismo del Municipio de Rincón. “Aquí se hizo una actividad hace muchos años atrás que se llamaba ‘Juntarte’. Lo hizo un muchacho que es pintor. Duró un tiempo y se dejó de hacer. Después vinieron unos artesanos y comenzaron a hacer una actividad aquí, pero no había mucho control. Se vendía de todo y tenían que estar aquí todo el día para tener su espacio. Luego de la pandemia, que se tuvieron que suspender las actividades multitudinarias, se tomó control de la actividad y se cerró por un tiempo en lo que se preparaba una ordenanza municipal, que fue cuando comenzamos en verano del 2021″, dijo Muñoz.

La actividad cuenta con más de 60 artesanos certificados por Fomento Industrial y una larga lista de espera. Además de estar certificados, los artesanos cuentan con una patente municipal por la que no se les cobra, y registro como comerciante al día. De acuerdo con Muñoz, las Noches de Galería han tenido tal acogida que “ahora todo el mundo quiere venir para Rincón”.

La funcionaria explicó que uno de los criterios para formar parte de los artesanos que exhiben en las Noches de Galería es que aporten variedad al evento. “Por ejemplo, con las prendas estamos un poco saturados y hay lista de espera. Pero, si hay alguien que hace algo diferente, le damos un permiso provisional y le damos el espacio”, sostuvo.

Este es el caso de Ever Cancel Muñoz, de 14 años y vecino de Aguada y quien desde los 11 años se dedica al pirograbado. El pirograbado es una técnica mediante la que se realizan grabados en madera, utilizando el fuego. La precoz incursión de Ever en el mundo del arte se dio por influencia de su madre, Damaris Muñoz, quien también es artesana, por lo que, desde muy temprana edad, el joven estuvo en contacto con ese mundo. Un buen día, relató el adolescente, otro artesano comenzó a hablarle del pirograbado y le regaló un cautín, herramienta con la que se realiza el pirograbado.

“Yo dibujo y él comenzó a ver mis trabajos y a decirme que le gustaban y a decirme que yo podía hacer muchas otras cosas más y me preguntó que si yo sabía lo que era el pirograbado y me regaló mi primer cautín”, recordó el joven.

Desde entonces, Cancel Muñoz ha seguido perfeccionando su técnica y trabajando piezas, algunas de las cuales han llegado a venderse hasta por $150.

Otra artesana que ha logrado un espacio en las Noches de Galería de Rincón a pesar de trabajar con joyería, es Darian Arvelo quien confecciona prendas, marcadores de libros y otras piezas con plástico reciclado y flores secas. “Todo mi trabajo es con plástico reciclado, contenedores de ensalada, contenedores de frutas. Todo plástico que en Puerto Rico no se recicla, yo lo reúso”, explicó la artesana de 30 años, quien además es bióloga. “Las flores son todas locales de acá. Yo las seco y después las encapsulo con el plástico”, manifestó Arvelo. Añadió que en la envoltura de cada una de sus prendas incluye el nombre de las flores utilizadas en el proceso.

Según Arvelo, a medida que el público ha ido conociendo su trabajo, la recolección de la materia prima se ha vuelto más sencilla ya que muchos comercios locales retienen los envases de plástico para entregárselos a ella en vez de ir a parar a la basura. Mientras, las flores que emplea son cultivadas por la propia artesana.

En esa línea del reciclaje, otra pareja que ha incursionado en el mundo de la artesanía son José Sierra y Paulette Fort, quienes trabajan con maderas recicladas. En el caso de Paulette, la artesana de 28 años recicla piezas de madera de las playas, de árboles caídos y pedazos de madera sobrantes de obras de construcción, en los que graba estampas de las playas del Oeste, lo que describió como su pasión. Mientras, su pareja trabaja con madera de patinetas rotas en las que también recoge paisajes de las playas de la Isla.