Una joya arquitectónica que data del siglo XIX, y que fue restaurada entre 2016 y 2017 conservando su diseño original, alberga el sueño comercial de la joven isabelina, Valerie Martínez, quien logró armonizar un concepto de comida y bebida, tipo “gastro bar”, con los elementos culturales y educativos que integran los museos, en Casita Isabela.

La estructura, rescatada como parte de un proyecto municipal que buscó “revitalizar uno de los costados principales del casco urbano isabelino”, perteneció –primeramente- a don Ramón Ibarra; luego, en 1926, fue vendida a la familia Pino y, posteriormente, utilizada como fábrica de cigarros. “Luego de ser remodelada, la casa estuvo cerrada como dos años, pero siempre que la veía me decía: ‘ahí es que quiero hacer mi primer negocio’, lo decretaba; primero, porque soy isabelina y, segundo, porque sabía que podía contribuir a crear empleos y a reactivar el movimiento en el casco urbano”, dijo Martínez, de 33 años, y trabajadora social de profesión.

Y, tras quedar desempleada en medio de la pandemia, la joven apostó a su proyecto y se encaminó a buscar las herramientas para crear su propuesta de negocio y presentarla al municipio de Isabela. “Una vez eso pasa, que eso fue comenzando pandemia, no es hasta el año siguiente que presenté mi propuesta al municipio y logré que las partes la vieran con buenos ojos, gracias a Dios, porque no es fácil cuando entras a hacer un negocio tipo alianza público privada”, destacó la joven quien reconoció la ayuda, entre otras, de la organización Colmena 66, que ofrece asesoría gratuita en temas relacionados.

Finalmente, tras dos años de gestiones, Casita Isabela abrió sus puertas hace poco más de ocho meses en el casco urbano. En el lugar, ofrecen tapas boricuas como alcapurrias, bacalaítos, queso frito, pastelillos de pionono y morcillas, entre otros. También tienen sus platos completos que incluyen arroz y habichuelas con el sazón de la casa. “Lo más que piden son las alcapurrias al revés. Ponemos la carne encima de la masa; la masa tiene un secreto. Todo se prepara aquí”, indicó Martínez.

“Eso, lo combinamos con la parte de la bebida, donde tenemos todo tipo de bebidas incluyendo coctelería básica. Ya comenzamos también a integrar vinos”, agregó.

¿Cómo integras el tema del arte y la cultura en el concepto?, preguntó este diario.

“Pues, ese es el primer tema del espacio, ya que fue creado para eso mismo, para exponer obras de artes, cuadros, y demás. En este espacio, los artistas tienen la oportunidad de exponer sus trabajos y venderlos. Hasta ahora, hemos tenido la participación de cuatro artistas isabelinos que han expuestos sus obras durante un mes; la idea es resaltar el talento de Isabela, pero estamos abiertos para otros artistas de la Isla”, dijo Martínez tras destacar que en el espacio también se pueden exponer artesanías.

“Hacemos un video donde le damos la oportunidad al artista de darse a conocer a través de las redes sociales de Casita Isabela. No tenemos que llegar a un museo para ver una obra de arte; aquí van a encontrar el espacio con todo en un mismo lugar”, sostuvo.

En Casita Isabela se exhiben muebles y artículos antiguos que fueron donados, principalmente, por gente del pueblo. “Los colores de la pintura exterior; así como los detalles del techo y otras terminaciones, fueron evaluados por el Instituto de Cultura Puertorriqueña (ICP)”, lee la tarja que da la bienvenida al concepto en Isabela.

“Ha sido un éxito total para el pueblo, en términos de que ha habido aceptación y hemos logrado la integración de todas las generaciones; vemos jóvenes interactuando y conectando con los adultos mayores”, dijo Martínez tras reconocer que han trabajo duro para atraer al público joven.

La empresaria adelantó que proyecta expandir su negocio a otros pueblos de la Isla como Bayamón y Dorado.

Casita Isabela opera miércoles y jueves, de 4 de la tarde a 10 de la noche; viernes y sábados, de 4 de la tarde a 12 de la noche y domingos de 1 de la tarde a 9 de la noche. Para información adicional, puede buscar en Facebook e Instagram: Casita Isabela.

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