Una condición ocular le cambió la vida a Yarelies Nieves Jiménez. A sus 21 años, la artista plástica fue diagnosticada con queratocono, una afección que afecta la córnea y provoca visión distorsionada y sensibilidad a la luz.

Sin embargo, esta enfermedad no fue suficiente para detener su inspiración artística.

A sus 46 años, su realidad se ha convertido en instrumento para crear, educar a la sociedad sobre esta condición y, a la vez, motivar a que la gente no tema en desarrollar sus talentos y capacidades.

En su lienzo, presenta una colorida propuesta que enaltece tradiciones y valores culturales, mientras se deleita en plasmar sus vivencias del Puerto Rico de antaño.

Su interés por el arte y la pintura resurgió tras el paso del huracán María en septiembre de 2017.

“Para ese tiempo mi esposo se quedó sin trabajo. Yo siempre había pintado desde mi juventud, pero nunca me había dedicado a vivir del arte porque dicen que del arte no se vive. Eso no es verdad porque, gracias a Dios, tuve muy buena acogida”, confesó la egresada de la Escuela Central de Artes Visuales.

Como a muchos boricuas, este periodo poshuracán obligó a Yarelies a reinventarse.

“Fue la necesidad que me empujó a moverme y a buscar oportunidades culturales en donde pudiera exhibir mi obra. Llegué a ser contactada por el Instituto de Cultura y me ayudaron a dar esos pasos y exhibir mis piezas junto con todos los demás compañeros de las artes plásticas y artesanos”, relató.

Para Yarelies, su condición visual ha provocado que, en sus obras, abunden los colores.

“Siempre me gusta aclarar y desarrollar mi concepto porque tengo una condición en los ojos que se llama queratocono. Entonces, por la condición en mis córneas veo todo distorsionado”, contó la también graduada en publicidad comercial de la Universidad de Puerto Rico en Carolina.

Su afección, narró la artista plástica, se desarrolló tras una fallida operación con láser que pretendía corregir sus ya debilitadas córneas.

“Utilizo mi realidad para que la gente pueda ver cómo yo abro mi mundo, y pueda ver desde una perspectiva distinta lo que otros ven. Realmente eso es el arte porque todo el mundo ve algo, pero cada persona interpreta algo distinto, de acuerdo con su experiencia, sus vivencias”, expresó.

“Realmente eso es lo rico del arte, que podemos conocer una misma cosa en tantos prismas de colores y en tantas dimensiones. Aunque yo reprimí lo que para mí era algo raro, porque a nadie le gusta ver las cosas manchadas, yo le di la oportunidad a eso que para mí era malo, para que la gente pudiera conocer cómo yo veo las cosas”.

Pero si algo Yarelies ama de su arte son los colores vivos que exhibe en sus piezas. Para la artista, en esas “manchas de colores” puede mostrar la belleza de su país, su cultura y los hogares típicos de Puerto Rico.

“Pinto muchas casitas antiguas, pinto chiringas, porque me gusta pintar cosas que para mí fueron de bien, que disfruté. Me gusta pintar cositas de la niñez, casitas viejas. Aunque tengo 46 años, pude ver ese tiempo en donde las casitas eran en madera, cuando los muchachitos volábamos chiringa y jugábamos con trompo”, relató.

Igualmente, Yarelies trabaja temáticas tradicionales como los Reyes Magos, la garita del Morro y Quijotes, entre otros.

Yarelies también integra el grupo de artistas plásticos que presentarán sus obras en la próxima edición de Campechada, a celebrarse en Santurce del 31 de agosto al 1 de septiembre.

Para la ocasión, la artista develará una nueva pieza que, actualmente trabaja con su hija Deborah Cordero, inspirada en la figura de Victoria Espinosa, a quien se dedica la decimotercera edición del evento.

Para más detalles, puede encontrar sus piezas en las plataformas sociales como ‘Galería Y Nieves’.