“La muerte no existe, la gente solo muere cuando la olvidan; si puedes recordarme, siempre estaré contigo”, estableció la escritora chilena Isabele Allende en su obra “Cuentos de Evaluna”.
Una línea de pensamiento similar sostienen los presentadores de televisión Deddie Romero y Raymond Arrieta, quienes se juntaron frente a las cámaras de este diario para, entre risas y anécdotas, recordar a su entrañable amigo, el comediante de comediantes, Luis Raúl. Hoy, a 10 años de la partida terrenal del actor ponceño, los comunicadores aseguran que su presencia los acompañará siempre.
Romero y Arrieta compartieron momentos tanto dentro como fuera de cámaras con el ponceño, lo que facilitó que pudieran hablar de sus sentimientos de hermandad y admiración, así como recordar las anécdotas que vivieron.
“Ya yo sabía que él estaba enfermo. Cuando yo decido ir a verlo al hospital, ya él había tomado la decisión de que no quería que lo fueran a ver. Y en ese sentido te tengo que decir que las decisiones de Luis Raúl había que respetarlas, no había forma de tú llevarle la contraria”, dijo Romero.
La coanfitriona de “PR en vivo”, de TeleOnce, continuó que la noche del deceso de Luis Raúl Martínez Rodríguez, nombre de pila del también presentador, se arrodilló frente a su cama para pedirle a Dios que no hiciera sufrir a su cómplice de incontables aventuras.
Arrieta, por su parte, recordó que, junto a Martínez Rodríguez, presentó un “stand up” en el que el graduado del programa de Administración de Empresas de la Universidad del Sagrado Corazón bromeó con el tema de la muerte. Durante el “show” expresó que el día que muriera no dejaría que el público lo viera dentro de un ataúd, que prefería la cremación.
“En eso, no pasó mucho tiempo, y él era el que me cubría las vacaciones, las pocas que puedo coger, y llega a ‘Día a día’ con fiebre, se sentía mal. Venía de un viaje de Nueva York, que estaba haciendo una película. Llegó malito, y me estaba cubriendo allí, y los de producción le decían ‘’LuisRa’ tú te ves bien mal’ y él les decía ‘yo no puedo dejar a Ramón’. Él me decía Ramón”, expuso el coanimador de “Día a día” de Telemundo.
El capitán del programa de comedia nocturno del Canal 2, “Raymond y sus amigos”, trajo a su memoria que recibió la noticia del fallecimiento de “LuisRa” mientras cenaba en Via Appia, en Condado. Del restaurante, salió hacia la playa de Ocean Park, donde un grupo de amigos y compañeros de la industria del entretenimiento se reunieron para rendir homenaje al comediante.
“Yo le dije a los de Via Appia ‘me tengo que llevar una botella de Rémy Martin, que era lo que él tomaba, Cognac. Me llevo la Rémy Martin a la playa, llegó todo el mundo, Gricel Mamery, que él la quería un montón, yo no sé cómo parte de la prensa se enteró, llegamos allá, empezamos a hacer una oración por él, y todos nos dimos un ‘shot’ de la botella, y más tarde fuimos a la iglesia”, narró.
Arrieta y Romero coincidieron en que Luis Raúl era una de las personas más intensas que ambos conocían. También lo describieron como alguien que conseguía todo lo que se proponía.
“Tanto así que él dominaba en mi casa, en mi matrimonio de ese momento, él dominaba. Yo era de las mujeres de Luis Raúl, porque él tenía unas mujeres particulares, que eran las que lo seguían. Él me decía, ‘tal día te voy a buscar a tal hora para que te vayas conmigo a comer. Tú sola’. Yo le decía a mi marido de aquel entonces ‘mira, te quedas con la nena porque me voy con Luis Raúl a comer’. Y era un ‘date’ que yo tenía con él”, contó Romero.
Asimismo, si la locutora no le respondía el teléfono por la razón que fuera, el animador llegaba hasta el salón de belleza donde ella se arreglaba el cabello y las uñas. “Era bien intenso”, reafirmó.
Cuando Rodríguez Martínez se deprimía, comentaron sus amigos, le daba con comprar autos. “Nos sentábamos a comparar precios y a negociar con el vendedor, y no compraba nada”, compartió la locutora de La X 100.7FM. “Bueno, la casa que yo vivo actualmente, la compré con él”, añadió.
“Pero, algo que sí te tengo que decir es que (Luis Rául) era tu amigo incondicional. Lo llamabas, lo necesitabas, tú le preguntabas algo y ese tipo estaba ahí”, dijo mientras Arrieta secundaba sus palabras.
El animador de Telemundo, por su lado, quiso compartir dos anécdotas que siempre recuerda junto al comediante ponceño. La primera fue una reunión anual que ambos celebraban en el restaurante Aurorita, en San Juan, cada diciembre.
“Nos veíamos para contarnos cómo nos había ido en el año, trabajáramos juntos o no. Empezábamos como a las 11:00 p.m. y a la 1:00 a.m. teníamos que llamar para que nos fueran a buscar porque estábamos ‘jendidos’ los dos ”
Con el pasar de los años, detalló Arrieta, al encuentro anual se comenzaron a unir artistas, productores y ejecutivos de otros canales de televisión. “Era una tradición”, enfatizó.
“La otra es que, en los arranques de él, porque él podía estar un día feliz y otro de mal humor, tú no sabías, me dice ‘Ramón, te voy a buscar a tu casa’. Yo vivía en Los Paseos, e íbamos a ir a Aguada porque teníamos ‘show’ en Aguada. Me puedes creer que Luis, desde San Juan hasta Aguada, no me habló en todo el camino. Yo me di cuenta cuando íbamos por Camuy”, contó. “Yo me aprendí el nombre de todas las gasolineras”, vaciló.
Arrieta, a modo de venganza, decidió cambiar su versión del “show” y le contó a la audiencia su travesía desde su casa hasta Aguada. Al acabar el espectáculo, el filántropo tuvo que regresar en modo silencio. “Y al otro día, como si nada, ‘mira, querido amigo’”, recordó.
Romero, además, estableció que la decisión de quedarse con Nanook, el can de raza Shiba Inu que por 14 años fue descrito por el comediante como “su mejor amigo”, fue “de él mismo”.
“De momento, Angie García dice ‘mira, ¿qué vamos a hacer con el perro? Y ahí es que yo recuerdo que yo soñé con él esa noche. No, yo no soñé con él. Él se metió en mis sueños. Conociendo lo intenso que era… Y ahí fue que yo me acordé de que él se apareció vestido de traje negro y dijo ‘necesito que te quedes con mi perro. Te tienes que quedar con él porque me voy para un viaje bien largo’”, reveló.
De esta manera, la hija de la gran percusionista Sonia López se hizo a cargo de Nanook, sin conocerla. Este período, Romero lo describió como “bien intenso” porque el Shiba Inu era muy apegado a su amo.
“Él (Luis Raúl) le ponía Anima Planet”, interrumpió Arrieta. “El perro bajaba las escaleras de mi cuarto para pararse frente a la puerta a esperar a su papá. Así estuvo por tres semanas”, agregó Romero.
Finalmente, los presentadores afirmaron que, con todos los acontecimientos que vinieron después de su muerte, de seguro, el comediante ponceño ya se hubiera retirado. “A Luis Rául, tú le dabas una palabra y podía estar media hora hablando de eso. Era muy creativo”, describió Arrieta.
La pandemia del COVID-19 y el huracán María, agregaron, hubieran sido dos temas a los que todavía “les estuviera sacando punta”, dijeron. Aunque lo anterior no llegó a suceder, los aportes, las risas y los buenos actos que Luis Raúl provocó durante sus 51 años, fueron más que suficientes para ganarse el aplauso eterno de la audiencia.
“Yo creo que como Luis Rául no he visto una persona con la habilidad para manejar el público. Él era buen animador, presentador, entrevistador, él era el paquete completo. Lo único que no tenía era estatura y la nariz bien larga”, concluyó Romero.