Desde temprano este miércoles, las calles de Río Piedras se llenaron de fanáticos de Bad Bunny que formaron la larga fila hasta la Plaza del Mercado en busca de boletos para su próxima serie de conciertos en el Coliseo de Puerto Rico José Miguel Agrelot.

A lo largo del día, y mediante sus redes sociales, el cantante comenzó a hacer eco al rumor de que asistiría, en algún momento de la noche, al icónico bar riopiedrense El Boricua, que hoy tenía en agenda su primer “miércoles de salsa” del año, frase que publicó el propio Bad Bunny desde su cuenta de X, alimentando las sospechas.

Los rumores finalmente fueron confirmados por el propio Conejo Malo, quien publicó, cerca de las 7:00 p.m., un Story en su cuenta de Instagram confirmando que estaría en el local. Con una foto borrosa de unos pies en chancletas de trasfondo, el artista urbano escribió “8:00 p.m., Live (en vivo), El Boricua, Río Piedras”.

Para ese entonces, cientos de personas ya abarrotaban los alrededores de la tarima montada sobre la calle Saldaña.

Una hora más tarde de lo anunciado y al ritmo de PitorrO de Coco, uno de los éxitos más escuchados de su nuevo álbum “DeBí TiRAR MáS FOToS” (Dtmf), Bad Bunny subió al escenario mientras la multitud eufórica que lo había estado esperando coreaba cada palabra.

Entre canción y canción, Benito Antonio Martínez Ocasio, nombre de pila del artista urbano, aprovechó para hablarle a su fanaticada. “Yo soy bien agradecido, pero jamás me había sentido tan agradecido como en este momento”, expresó emocionado.

El público que convoca el intérprete vegabajeño, ya consolidado como estrella internacional, suele trascender las barreras generacionales y esta ocasión no fue la excepción. Jóvenes universitarios, millennials y adultos de diversas edades, incluso algunos con niños, se dieron cita al espectáculo gratuito.

Algunos se mantuvieron de pie, codo a codo, mientras otros, como si rindieran homenaje a la portada de DtmF, llegaron con sus sillitas de playa.

“Yo me quedé sin poder conseguir las taquillas (para la residencia artística) pero cuando escuché que venía para acá le dije a mi hermano y vinimos de una”, expresó Joel Nazario, uno de los tantos jóvenes que no quiso perderse la experiencia de ver a su cantante favorito en vivo.

“Hubiese preferido quedarme en casa pero, pues, no hay chavos para la taquilla y él quería venir a verlo, así que lo complací al menos”, comentó Silvia Gómez, una mujer de 56 años que acompañó a su hijo de 16.

El repertorio del minishow incluyó varios temas icónicos; desde los hits más nuevos como “Debí Tirar más fotos” , “Café con ron” y “Baile Inolvidable”, hasta algunas más viejas como “Callaita” pero en versión salsa. Además, la cantante Chuwi estuvo presente para interpretar “Weltita” en vivo.

“Gracias por esto. Los quiero, los amo”, expresó Bad Bunny al despedirse tras aproximadamente 50 minutos de presentación. Ante el clamor del público pidiendo “otra”, el artista cerró la noche con una versión salsa de uno de sus primeros éxitos, “Chambea”, que hizo vibrar a los asistentes.

En horas previas, las filas en los diferentes puntos de la isla donde se vendieron, desde las 10:00 a.m., las taquillas para las primeras 21 funciones de los conciertos “No me quiero ir de aquí“ fueron cerradas poco después del mediodía del miércoles.

En tanto, Jorge Pérez, gerente regional de ASM Global, la empresa que opera el Coliseo de Puerto Rico, aseguró a El Nuevo Día que la residencia artística de la estrella boricua ayudará al recinto a superar el millón de espectadores por primera vez en un año.