En un ambiente tranquilo, calmado y expectante, cerca de 30 personas sentados o de pie frente a la Plaza del Mercado de Río Piedras, esperaban en la mañana de hoy a que pasaran las horas para lograr conseguir boletos para la próxima serie de conciertos de Bad Bunny. Organizados en una fila y separados por vallas de acero, desde la tarde del lunes comenzaron a llegar fanáticos del cantante hasta este recinto para tener la oportunidad de recibir un código QR a partir de las 10:00 a.m. de mañana miércoles.

Entre las primeras personas en llegar a la Plaza del Mercado se encontraba Kiny Figueroa, de Toa Baja, quien inicialmente comenzó a hacer la fila en el Coliseo de Puerto Rico en la mañana de ayer. Al momento de que se enteró de la fila sería en Río Piedras, se movió rápidamente a eso de las 3:30 p.m. “Soy su fan, yo lo amo. Lo más que me gusta de él (Bad Bunny), es su estilo, su manera de expresarse cómo es con su público. A él no le importan las críticas y yo soy igual. Es impredecible”, expresó Figueroa, quien ha estado acompañada por su pareja y varias amistades durante el tiempo que lleva en la fila. “Bad Bunny es diferente al resto de los artistas urbanos en el sentido de que está más con su gente, con el público, con los que lo quieren. Se ganó el cariño de todos y el público se dio cuenta de que es otro tipo de artista”.

Inicialmente, durante la tarde y noche de ayer se acercaron hasta Río Piedras cerca de 15 a 20 personas, quienes pernoctaron allí, mientras en la mañana de hoy se añadieron a la fila una decena más de personas. Temprano también cayó una leve lluvia, lo que propició que abrieran un sinnúmero de paraguas. La gran mayoría de las personas estaban sentadas en sillas de playa, pero hubo otros que llevaron hasta un mueble de patio para sentarse. Como es habitual en este tipo de fila, había varias mesas de dominó y se podía ver algunos juegos de mesa, como Jenga, entre otros.

En la mañana, también hizo su aparición una camioneta roja con música alta, y con letras escritas con el título del nuevo álbum “No me quiero ir de aquí”, que tenía un sinnúmero de frutas y verduras en la parte de atrás. Esto ayudó a que el público entrara en calor y se acordaran de por qué estaban allí haciendo la fila.

“Llegué ayer como a las 5:00 de la tarde junto con una prima y ya hemos hecho nuevos amigos. Yo estoy aquí en Río Piedras y mi hermano también está haciendo la fila en Arecibo, hasta ahora ha sido algo positivo”, explicó Rubén Rosario, quien es actor y que ha estado en tres conciertos de Bad Bunny. “Esto ya es casi una tradición todos los años. Pero en esta ocasión, estoy aquí porque me gustó mucho este nuevo disco, ya que apela a las memorias y al sentimiento patriótico. Y quiero vivirlo en vivo”.

En el caso de Maryann Morales, una enfermera retirada y residente de Toa Baja, comenzó a hacer la fila desde la tarde de ayer junto a su esposo, con la misión de poder disfrutar el concierto en familia junto con sus hijos. “A mí me gusta mucho cómo Bad Bunny hizo un giro completo de su música para complacer al pueblo y al público que tiene la edad mía, un poco más mayor, para que se acoplara todo el mundo”, explicó la mujer, que también es abuela. “Y se quedó en Puerto Rico. Dijo, me voy a quedar aquí y el que me quiere ver tiene que ser de aquí o venir hasta acá, pero yo no voy a salir de aquí. Eso le quedó chévere. Para traer el turismo para acá”.

A quienes les tomó por sorpresa la cantidad de personas que estaban frente a la Plaza del Mercado fue a los propios comerciantes que tienen sus negocios dentro del recinto. De hecho, la gran mayoría mostró incredulidad ante la cantidad de personas que estaban afuera, destacando que ellos no harían ninguna fila como esa para ningún artista.

“Me alegro por los compañeros que están vendiendo refrescos y comida, porque a ellos les hace falta. Aquí hay un montón de compañeros que están vendiendo gracias a la gente que está allá afuera y en eso, los aplaudo”, explicó un placero que no quiso ser identificado. “Sin embargo, de la misma manera te digo que no entiendo cómo esta generación puede estar perdiendo el tiempo haciendo una fila de dos o tres días, cuando podrían estar trabajando o en algo más productivo”.

Al dar una vuelta dentro de la Plaza del Mercado, se podía escuchar comentarios entre comerciantes y clientes hablando de lo que ocurría afuera y en varias ocasiones se repetían frases como “ni loco hago una fila como esa” y “haciendo más rico al que menos lo necesita”.

En el caso de la empresaria Milagros Rivas, ver tantas personas en una fila de varios días para ir a un concierto de música, es algo que no tiene mucha lógica. “Hay que tener pantalones para pasar toda la noche y amanecer allí afuera. Sabemos que está lloviendo, ellos están a la intemperie, y suerte que aparecieron sombrillas, con la cantidad de enfermedades que hay ahora mismo”, indicó Rivas, quien está a cargo de una frutería y verduras hace 37 años en la Plaza del Mercado de Río Piedras. “En cuanto a si nos ayuda a los comerciantes, te puedo decir que nosotros ya tenemos un sistema en el que aquí pueden hacer lo que hagan y nosotros somos un mundo aparte. A veces cuando estamos más solos, es cuando vienen más clientes y compran. Pero es un reflejo de cómo están las prioridades en Puerto Rico, donde la gente hace filas de días para un boleto carísimo, pero se olvidan durante el resto del año de apoyar a los pequeños comercios”.

Simultáneo a Río Piedras, también hay filas en otros ocho municipios de la isla, incluyendo Arecibo, Cayey, Ceiba, Humacao, Lajas, Mayagüez, Naranjito y Ponce. El miércoles, 15 de enero, a las 10:00 a.m se distribuirán tarjetas con un código QR y un “PromoCode” único. La persona debe escanear el código QR con un dispositivo móvil y luego ingresar el código único. Luego se deben seguir los pasos indicados para seleccionar los boletos y completar la compra.

Al completar la compra, la persona recibirá una confirmación y en una fecha más cercana al concierto seleccionado se le harán llegar los boletos. Los conciertos de “No me quiero ir de aquí” se llevarán a cabo entre el 11 de julio hasta el 24 de agosto de 2025 en el Coliseo de Puerto Rico, en San Juan.