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El yabucoeño Carlos Iván Rosado Ortiz y el arte de hacer cantar a la madera

El hombre de 53 años aprendió por curiosidad a reparar y, luego, a armar instrumentos de cuerda

12 de mayo de 2022 - 11:40 PM

Nota de archivo
Esta historia fue publicada hace más de 3 años.

Fue conquistado por el sonido de las cuerdas de una guitarra a los 17 años, y eso fue lo que motivó al yabucoeño Carlos Iván Rosado Ortiz a aventurarse a aprender el arte de crear este instrumento hasta establecer el taller de trabajo Yelaurabi.

Rosado Ortiz, de 53 años, no dudó entonces en poner todo su empeño para conocer y dominar el instrumento como la palma de su mano.

“Cuando compro mi primera guitarra, después de varios años, me doy cuenta que hay algo mal en lo que llaman los trastes, y yo pego a jugar con eso, con el huesito que estaba bajito”, contó Rosado Ortiz tras señalar que no descansó hasta arreglar la pieza y, con esto, llegó la curiosidad por aprender más.

Fue entonces cuando se matriculó en un curso de artesanía de cuatros, impartido por el profesor Rafael Avilés en la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras.

“Yo dije: ‘si yo me matriculo en el curso, pues pago el curso y me quedo con un cuatro’”, contó entre risas el artesano.

Al culminar satisfactoriamente la clase, el también maestro de Educación en Tecnología e Ingeniería, en la Escuela de Bellas Artes Anita Otero Hernández, en Humacao, fue realizando sus primeras reparaciones y pintando algunos de estos tipos de instrumentos.

“Yo empecé con la guitarra e instrumentos de mis amigos. Yo los visitaba o nos veíamos y veía que su cuatro tenía algo malo y le decía: ‘dámelo, te lo voy a arreglar’”, recordó.

En un viaje con una de sus cuatro hijas e hijos a Massachusetts, el artesano conoció a William Cumpiano, un artista reconocido en la materia de la elaboración de instrumentos de cuerdas.

Las talentosas manos de Rosado Ortiz y su interés lo llevaron a recibir una beca por parte de Cumpiano para tomar su taller de construcción de guitarras clásicas.

Y una cosa llevó a la otra. Tras culminar satisfactoriamente el taller, Rosado Ortiz llegó decidido a abrir su centro de trabajo, que llamó Yelaurabi, como resultado de una combinación de los nombres de sus hijos.

Y, desde el 2012, opera en los bajos de su residencia en el barrio Tejas, en Yabucoa. Desde el lugar, no solo crea los instrumentos desde cero, sino también los arregla.

“Todo es diferente, no me enfrento al mismo problema siempre […] Aquí, llega un puente roto. A veces llega acción, un traste daña’o, una clavija dañada. Todas las reparaciones son diferentes, son un reto”, contó el guitarrista acerca de lo más que disfruta cuando se enfrenta a ajustes en su taller.

Somos Yabucoa
Somos Yabucoa (El Nuevo Día)

Rosado Ortiz dijo que la mayoría de sus clientes son conocidos de sus amigos y los alumnos de música de la escuela en donde trabaja.

“Hay muchas oportunidades en esto (reparación y elaboración de instrumentos de cuerdas) […] hay muchas posibilidades. Creo que hay mercado. Porque no somos muchos los que estamos trabajando en esto” manifestó.

Para información, puede escribir a carlosivanrosado@gmail.com o llamar al 787-484-8668.

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