A la una de la tarde del miércoles, la fila de fanáticos de Bad Bunny serpenteaba desde la boletería del Coliseo de Puerto Rico por toda la acera hasta la esquina opuesta de la cuadra bajo un sol infernal que no parecía disuadir a nadie.

Bajo sombrillas, con gorras, con niños, de pie, sentadas en sillas de playa y otras en sillas de ruedas, cientos de personas esperaban por la oportunidad de comprar boletos para la tan esperada residencia del artista en “El Choli”, luego de que se anunciara esta misma mañana la venta relámpago de taquillas para las primeras ocho funciones de la serie de conciertos que comenzará el 11 de julio.

Desde las 9:30 de la mañana, seguidores de El Conejo Malo aguardaban turno en el único punto de venta presencial habilitado tras el apagón que afecta a gran parte de la isla, donde solo una ventanilla acepta pagos con tarjeta y ATH Móvil, según indicó a este medio un empleado del recinto.

“Nos enteramos por las redes sociales y rápido salimos para acá, porque nos habíamos quedado fuera de la venta anterior online”, contó Martín Afanador, de 18 años, quien estaba acompañado por un compañero de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, donde ambos estudian y se hospedan.

La música de Bad Bunny ha logrado atravesar a varias generaciones, especialmente tras el lanzamiento de su último álbum DeBÍ TiRAR MáS FOToS, por lo que no fue sorpresa encontrar entre los jóvenes a doña Carmen Cintrón, de 67 años, también esperando por comprar su entrada. “Mi sobrina me convenció para venir. La verdad que ese nuevo disco que sacó es algo muy diferente y me encantó”, comentó.

Aunque ni el equipo de producción ni desde el Coliseo precisaron la cantidad de boletos adicionales que estarían disponibles para la venta de última hora, fueron muchos los que no dudaron en arriesgarse.

“Vamos a estar con las palomas, pero que se jo...”, expresó entre risas uno de los adolescentes que aguardaban esperanzados, tras haber sido informado de que las entradas disponibles correspondían a las secciones más alejadas del escenario principal.

Además, se informó que cada persona solo podrá adquirir un máximo de cuatro boletos y no se permite guardar espacio en la fila. Tampoco se habilitará la compra para quienes ya hayan adquirido entradas en las ventas anteriores, como medida para garantizar que más personas tengan la oportunidad de asistir al espectáculo.

En el caso de las hermanas Sheily y Greicha Figueroa, de 24 y 30 años, decidieron llegar desde Dorado tras no haber tenido suerte con la fila virtual de la venta anterior.

“Hicimos la fila y nos tocó el turno como un millón. Así que cuando me enteré la llamé rápido (a su hermana) y vinimos sin desayunar ni nada”, relató Greicha, quien se refugiaba del sol bajo una sombrilla junto a su hija de 6 años y su sobrina de 8 años.

La residencia del artista, bajo la producción de Move Concerts Puerto Rico y Noah Assad Presents, incluye las fechas de agosto que corresponden al 1, 2, 3, 8, 9, 10, 15, 16, 17, 22, 23, 24, 29, 30 y 31. Las funciones de septiembre serán el 5, 6, 7, 12, 13 y 14.