En algún punto de la vida, generalmente al alcanzar los 25 años, cuando el desarrollo de la corteza prefrontal del cerebro culmina o cuando empiezan a asomar las primeras canas, todos llegamos a una conclusión inevitable: es hora de adoptar decisiones que beneficien nuestra salud.

Atrás quedaron los días en los que era común disfrutar de excesos los fines de semana, acompañados de bebidas alcohólicas y comida rápida. Al acercarnos a una etapa más madura, el cuidado del cuerpo se convierte en una prioridad.

Aunque pensar en el envejecimiento y en nuestra mortalidad puede generar cierta ansiedad, la buena noticia es que hay muchos consejos respaldados por expertos que pueden ayudarnos a vivir mejor y más tiempo. Además, muchos de estos cambios no requieren grandes inversiones ni esfuerzos monumentales. Aquí te presentamos siete recomendaciones que los médicos consideran clave para mejorar tu bienestar general y prolongar tu vida.

Es posible que este consejo parezca evidente, pero mantenerse en movimiento es esencial para preservar la salud. Desafortunadamente, el estilo de vida moderno tiende a ser sedentario, especialmente si pasas gran parte de tu jornada laboral sentado frente a una pantalla.

De acuerdo con estudios del Heart Research Institute del Reino Unido, un estilo de vida inactivo puede aumentar significativamente el riesgo de desarrollar enfermedades como la diabetes, problemas cardiovasculares y presión arterial elevada. La buena noticia es que no es necesario pasar largas horas en el gimnasio ni participar en maratones. Pequeños cambios, como caminar diariamente o realizar estiramientos frecuentes, pueden hacer una gran diferencia en tu salud.

La soledad es un problema creciente, especialmente en personas mayores. Investigaciones de Age UK muestran que la interacción social no solo es fundamental para mantener el bienestar emocional, sino que también influye en la salud cerebral. El doctor Faisal Tai, en declaraciones para HuffPost, destacó que las personas mayores deben aspirar a “tener al menos una interacción social positiva cada día”.

Este consejo también aplica para las generaciones más jóvenes, que a menudo se sumergen en el mundo digital. Dedicar tiempo a encuentros cara a cara con amigos y seres queridos es vital para nuestra salud mental y emocional.

La estimulación mental es clave para mantener el cerebro en forma a lo largo de los años. Participar en actividades que desafíen nuestras capacidades cognitivas, como los juegos de lógica o la lectura, puede ser una manera efectiva de reducir el riesgo de deterioro cognitivo.

Aunque la Sociedad de Alzheimer británica advierte que no existe una relación concluyente entre el “entrenamiento cerebral” y la prevención de la demencia, el doctor Steve Fallek sugiere, al HuffPost, que mantener el cerebro activo es esencial para mantenerse alerta y agudo a medida que envejecemos.

Aunque es difícil resistirse a los placeres de la comida rápida o los dulces, es importante incorporar opciones más saludables en nuestra dieta a medida que envejecemos. Esto no significa que debamos eliminar por completo nuestras comidas favoritas, como la pizza o el chocolate, pero consumirlas con moderación es crucial.

En declaraciones al HuffPost, el doctor Nadim Geloo sugiere un enfoque gradual para mejorar la alimentación: “En lugar de hacer cambios radicales, es más efectivo modificar un aspecto de la dieta a la vez, con el objetivo de reducir progresivamente los alimentos dañinos”. Optar por una dieta equilibrada y variada es el camino para cuidar nuestra salud a largo plazo.

La recomendación de “salir y tocar el césped” puede parecer trivial, pero tiene una base científica sólida. Estar al aire libre no solo nos ayuda a reducir el estrés, sino que también permite que nuestro cuerpo absorba vitamina D, un nutriente esencial que muchas personas tienen en niveles bajos.

Investigaciones de la Universidad de California han demostrado que pasar tiempo en la naturaleza puede mejorar notablemente nuestro bienestar mental. Eso sí, no olvides aplicar protector solar para proteger tu piel mientras disfrutas de la luz del sol.

Aunque resulta más fácil decirlo que hacerlo, aprender a gestionar el estrés es vital para mantener una buena salud. El estrés crónico tiene efectos negativos en todo el cuerpo, desde el sistema cardiovascular hasta la salud mental y el sistema digestivo. Además, puede aumentar el riesgo de sufrir accidentes cerebrovasculares.

Para evitar estos efectos, es crucial incorporar en nuestra rutina diaria actividades que nos brinden alegría y relajación. Ya sea meditación, practicar yoga o simplemente disfrutar de un hobby, tomarse un tiempo para reducir el estrés es esencial.

Con el ajetreo diario, es fácil olvidar algo tan simple como agendar una cita médica de rutina o realizarse un chequeo visual. Sin embargo, estas revisiones se vuelven cada vez más importantes a medida que envejecemos.

“Además de la prevención, la detección temprana es clave para tratar cualquier enfermedad. Por ello, es fundamental mantenerse al día con los exámenes médicos recomendados”, explica el doctor Sulanga Misra al HuffPost. Programar visitas regulares al médico puede ser la diferencia entre detectar un problema de salud a tiempo o enfrentarse a complicaciones más graves en el futuro.