Hace una década el famoso “pet friendly” era casi inexistente y una novedad en los lugares públicos. Los perros y los gatos se limitaban a estar en las residencias de sus dueños y ver una de estas mascotas en un hotel o un restaurante resultaba un suceso.

Ahora es todo lo contrario, las mascotas han sido aceptadas en la mayoría de los espacios públicos y acompañan a sus dueños a casi todas partes. Esto ha traído a su vez que sea más notable cómo las personas humanizan a sus mascotas al punto que las tratan como un hijo o persona.

Lo vemos a diario. Perros vestidos con ropa de cabeza a rabo, con uñas y cabello pintado, en modernos coches que suelen confundirse con los de los infantes, en restaurantes, festivales, y conciertos. Se sientan en la misma mesa a comer, duermen con ellos en la cama y los exponen a las mismas actividades que suelen realizar los humanos.

Esa práctica de asignarles comportamientos que son básicamente de los humanos es lo que se conoce como humanizar a las mascotas. Y usted amo de un perro podría responder que el trato que le brinda a su amada mascota es exclusivo e individual.

Sin embargo, ¿hasta qué punto la humanización de un perro puede ser maltrato o dañina para los amados caninos?

Consultamos con el veterinario Ricardo Fernández de la Clínica Veterinaria Las Cumbres, quien explicó que hay casos en que la humanización del animal ha provocado serias condiciones de salud.

El veterinario reconoce que la humanización de animales no se puede limitar a si es bueno o malo, ya que es un asunto que pudiera hasta considerarse maltrato ante las consecuencias que pudiera ocasionar en la mascota. Igual afirma que algunas personas adoptan esta conducta ante una necesidad emocional y en otros casos es una decisión que asumen al tratarlo como otro miembro de la familia.

“Desde mi comienzo en la práctica de veterinaria, hubo personas que le dicen a uno, traje a los nenes al veterinario. Y yo, con respeto les decía: ‘bueno, para usted son nenes, pero para mí son mis pacientes caninos. Y seguía hablando para no reforzar ese comportamiento. La realidad es que en los últimos años este tipo de conducta de los dueños de mascotas se ha incrementado. Es una tendencia. No soy un especialista en la salud mental, soy especialista en medicina veterinaria, pero muchas veces las situaciones son relacionadas a la salud mental de los dueños de las mascotas. Eso hay que respetarlo. Por ejemplo, le pegan unos lazos que los dejan tanto tiempo que cuando se los quito se la cae hasta la piel. Les pegan piedras que ellos terminan tragándose y terminan en sala de operaciones por obstrucciones. Usan cadenas o pulseras que también ocasionan emergencias. Utilizan perfumes, tintes de pelos que luego resultan nocivos para los caninos”, detalla el veterinario que ha visto decenas de casos de caninos con problemas de salud relacionados al uso de accesorios y pegas.

Fernández contó que ha tenido dueños de mascotas, en especial de perros, que han llegado para que le perforen las orejas a un cachorro para ponerle pantallas. La respuesta del veterinario es un “no”.

“Primero les explico que no hago ese servicio y que esa pantalla de seguro va a terminar en el estómago del perro o con una laceración en el intento de quitársela. Es un gasto doble, porque usted tiene que invertir en una buena pantalla y hasta en una cirugía”, narra.

“He tenido casos que sin querer le ponen pulseritas y se le olvidan las pulseras y se le incrustan a la piel. Volvemos, eso tal vez fue un olvido, un accidente o qué pasó. Son acciones que perjudican al animal”, añade.

Otra de las lesiones que el veterinario observa es que al tener al perro dentro del hogar y durmiendo en las camas las personas los bañan con más frecuencia y la piel comienza a presentar problemas. “Los perros no hay que bañarlos tanto, a menos que sea como un cerdo que se pasa en el lodo. Cada animal tiene una diferencia anatómica”, reitera.

Otra de las acciones que hacen algunos dueños de mascotas es que ante la tendencia de estar acompañados, llevan a los perros a lugares que no son apropiados para ellos. El hecho de que en el lugar acepten animales no significa que es sinónimo de adecuado.

Fernández ejemplifica que llevar un perro al Distrito T Mobile en la noche “no necesariamente sea el lugar correcto para un animal, aun cuando esté entrenado”. Igual sucede al llevarlo a festivales de música con ruidos y sonidos altos.

“El Distrito T Mobile no creo que sea el lugar correcto para un animal y menos en las noches con tanta gente. Es un lugar con muchos ruidos, tanto en estímulo visual como estímulo olfativo y auditivo. El perro, aunque esté entrenado va a estar sobre estimulado y es someterlo a un comportamiento y un ambiente que no es para el perro. El animal seguirá siendo animal. Volvemos, son animales que no razonan. ¿Por qué le vamos a pedir que tenga un comportamiento parecido al de los humanos? La pregunta que debemos hacernos es ¿realmente es el comportamiento que ellos (mascotas) quieren acostumbrarse o es que los estamos obligando a llevar a esa acostumbre? En ese sentido no puedo ponerle el sello de maltrato, pero estamos rayando en que lo sea”, cuestiona el veterinario ante la respuesta de que se trata de un perro que está 100% entrenado.

La actriz Suzette Bacó, defensora y amante de los animales, también ha levantado bandera sobre el asunto de que no todos los lugares son apropiados para las mascotas. Lo hizo en sus redes sociales cuando en la pasada edición de Santurce es Ley indicó que vio a muchos perritos nerviosos y asustados en el festival.

El entrenador de perros y propietario de Pawmily, Yoaciel Cristóbal ha dedicado cápsulas en sus redes sociales sobre la humanización de los perros, como lo es utilizar coches donde evita que el perro camine. En su recomienda que aunque se use el coche el perro siempre debe caminar y ejercitarse.

En la actualidad existen restaurantes que permiten mascotas, sin embargo, el veterinario enfatiza en que no se debe olvidar que se trata de un animal que puede hacer las necesidades en cualquier circunstancias.

“Volvemos a los estímulos. Los olores del lugar... son un estímulo animal. Tiene hambre, no tiene hambre, quiere hacerse una necesidad. Te tienes que levantar en un lugar cerrado, hay que sacarlo afuera porque créeme como persona no me gustaría estar alimentándose en un lugar sucio donde haya desechos de animales. Tiene que haber un área adaptada para el comportamiento de la mascota”, afirma.

Igual hay que observar los cambios de conducta del animal en lugares públicos. El experto en animales destaca que nunca se debe obligar al perro a estar en un espacio y menos si lo “vemos nervioso, ansioso y asustado”.

“Tienes un perro entrenado o de servicio porque te asiste, pero pasa una iguana o un gato cerca en la terraza del restaurante y el perro va a querer ir donde ellos, porque ese es su instinto animal. Mi recomendación siempre es que se tenga un balance y que se comprenda que aunque lo ames como un hijo se trata de un animal”, subraya.

Si bien es cierto que los caninos se ven hermosos con ropa, hay que tomar en consideración el clima, en especial el de la isla. Los cambios de temperatura para los animales son drásticos.

Fernández detalla que uso de ropa en perros con poco pelo y en lugares con aire acondicionado no es perjudicial para los caninos. El problema es cuando se les pone ropa a perros con mucho pelo y en lugares calientes. El veterinario recomienda que si como quiera desean usar ropa y accesorios y el clima es caliente lo hagan para tirar la foto y tener el recuerdo.

El veterinario, por último, destaca que el humanizar al perro no significa que se “le de buena calidad de vida”. Asimismo resalta que lo importante es el respeto y el amor que se le de a la mascota.

“Una cosa es que se cuiden, se amen y que lo apapachen, pero tampoco llevarlo al punto de que obligue al animal a emular el comportamiento de nosotros a tal grado que le pueda crear ansiedad y no lo puedes dejar solo. Es reconocer que se trata de un animal aunque se ame y lo trates como un hijo”, puntualiza.