Si nos referimos a la última década en Puerto Rico, la población se ha visto afectada como consecuencia de desastres naturales, como lo fue la devastación ocasionada por el huracán María en el 2017, los terremotos y temblores ocurridos desde finales del 2019 y la pandemia por covid-19 en el 2020. Estos son solo algunos de los eventos que han marcado la memoria colectiva y que, llegaron a cobrar la vida de muchas personas.

Cuando ocurren estos desastres, que suelen darse de manera inesperada, súbita y abrumadora y, aunque en algunos casos no se detectan signos visibles de lesiones físicas, sí cala profundamente desde el aspecto emocional.

Por tanto, de acuerdo con la Asociación Americana de Psicología (APA, en inglés), es común que las personas afectadas por situaciones traumáticas sufran reacciones emocionales muy intensas. Según señala, comprender las respuestas normales a estos acontecimientos anormales pueden contribuir a que puedas controlar con efectividad tus sentimientos, pensamientos y comportamiento, y te ayudará en el camino a la recuperación.

Sin embargo, cuando la población se ve bajo un aviso y vigilancia de tormenta o huracán, como lo experimentado con la tormenta Ernesto, e incluso luego de su paso, es normal que las personas comiencen a desconfiar de las instituciones y de las respuestas a sus necesidades, además de sentir incertidumbre, debido a las experiencias pasadas. También es normal que muchos experimenten ansiedad, tensión y temor ante ese panorama, lo que se conoce como estrés postraumático (PTSD, en inglés), una condición debilitante desencadenada por el recuerdo de una situación muy estresante o aterradora.

Aunque es natural sentir miedo durante y después de un evento como un huracán o una situación traumática, experimentar de forma continua síntomas de estrés y temor, ansiedad y hasta pesadillas, es importante buscar ayuda de profesionales de la salud. Según el Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos, (NIH en inglés), cualquier persona puede tener trastorno de estrés postraumático, no importa la edad. Esto incluye a veteranos de guerra, así como personas que han experimentado o presenciado una agresión física o sexual, maltratos, un accidente, una catástrofe, un ataque terrorista u otros hechos graves.

De acuerdo con la APA, la conmoción y la negación son respuestas típicas a los eventos traumáticos y desastres, especialmente en los primeros días posteriores. Tanto la conmoción como la negación son reacciones normales de protección.

La conmoción es una perturbación súbita y a menudo intensa que afecta su estado emocional, y puede hacerle sentir aturdimiento o confusión. La negación consiste en no reconocer que ha ocurrido algo muy estresante, o en no reconocer totalmente la intensidad del acontecimiento. Incluso podría sentirse temporalmente paralizado o desconectado de la vida. En la medida que desaparece la conmoción inicial, las reacciones pueden variar de acuerdo a la persona afectada.

Cabe destacar que, según expertos, no existe un patrón “estándar” del estrés extremo provocado por experiencias traumáticas. Algunas personas responden de inmediato, mientras que otras experimentan reacciones retardadas que aparecen meses o incluso años después. Algunas sufren efectos adversos durante mucho tiempo, mientras que otras se recuperan con bastante rapidez. Asimismo, las reacciones pueden cambiar con el paso del tiempo.

Existen varias medidas que se pueden tomar para contribuir a la recuperación del bienestar emocional y del sentido de control luego de un desastre u otra experiencia traumática, como las siguientes:

Algunas personas pueden manejar con efectividad las demandas emocionales y físicas provocadas por acontecimientos traumáticos, usando sus propios sistemas de apoyo. Sin embargo, no es inusual que los problemas serios persistan y sigan interfiriendo en la vida cotidiana. Las personas con reacciones prolongadas que interfieren en su funcionamiento cotidiano deben consultar con un profesional de salud mental capacitado y experimentado, como los profesionales de la psicología.

En la isla hay varias organizaciones que pueden ayudar, ya sea a través del teléfono o virtualmente, en momentos de crisis como los que estamos viviendo. Aquí, algunas de ellas:

- Asociación de Psicología de Puerto Rico ofrece una herramienta, libre de costo, con grupos de apoyo virtuales. Para más información puedes llamar al 787-751-7100 y el 787-922-7685. También puedes enviar un mensaje a: info@asppr.net

- Línea PAS ASSMCA – 1-800-981-0023 / 787-763-7575

- Fundación Prevención del Suicidio – 787-749-8270

- Línea de Crisis Hospital Panamericano – 1-800-981-1218

- INSPIRA (Línea de consulta en crisis) – 787-644-0559 / 787-448-5651

- Hospital San Juan Capestrano - 1-888-967-4357

- Suicide Prevention Lifeline, Red Nacional - 1-800-784-2432 / 1-888-628-9454

- Línea de emergencia para veteranos – 1-866-712-4822 / 787-622-4822

- Línea de Orientación y Apoyo familiar (Departamento de la Familia) – 787-977-8022 / 1-888-359-7777

- Llama directamente a tu plan médico para orientarte sobre dónde buscar ayuda o sobre medicamentos.

- Llama a la farmacia donde normalmente compras los medicamentos para saber si dan el servicio de llevarlos a tu casa o el horario del servicarro para recoger tus medicinas.

-Sistema de Emergencias 911 - Si se trata de una emergencia que ponga en peligro tu vida o la de los tuyos.