

31 de marzo de 2025 - 11:14 AM
La alimentación influye directamente en la salud del cerebro y su capacidad de retención de información. Si bien hay alimentos que potencian la función cognitiva, también existen otros que la deterioran con el tiempo.
De acuerdo con el portal de salud WebMD, entre los principales alimentos que pueden afectar su memoria se encuentran aquellos ricos en grasas trans, azúcares refinados y edulcorantes artificiales.
Estas sustancias pueden contribuir a la inflamación cerebral, reducir la capacidad de aprendizaje y aumentar el riesgo de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.
En principio, estos productos contienen altas cantidades de grasas trans, las cuales están vinculadas a un mayor riesgo de deterioro cognitivo.
Un estudio publicado en Neurology encontró que los adultos mayores con niveles elevados de ácido elaídico en la sangre tienen mayor probabilidad de desarrollar demencia.
Por otro lado, el consumo excesivo de alcohol interfiere con las vías de comunicación del cerebro, lo que dificulta la retención de información y afecta el estado de ánimo. Beber en exceso puede causar confusión y aumentar el riesgo de deterioro cognitivo a largo plazo.
En tanto, las bebidas con alto contenido de azúcar, como los refrescos y tés endulzados, pueden reducir el tamaño de ciertas partes del cerebro responsables de la memoria.
Además, los refrescos light tampoco son una alternativa segura, ya que los edulcorantes artificiales fueron asociados con un mayor riesgo de demencia y accidentes cerebrovasculares.
El consumo habitual de alimentos fritos, como papas fritas y donas, incrementa la inflamación en el cuerpo y puede dañar los vasos sanguíneos del cerebro. Estudios demostraron que quienes consumen estos alimentos con frecuencia tienen peores resultados en pruebas de memoria y pensamiento.
Los carbohidratos refinados pueden causar fluctuaciones en los niveles de azúcar en la sangre, lo que genera fatiga mental y confusión. A largo plazo, su consumo en exceso puede aumentar el riesgo de enfermedades neurodegenerativas.
Las grasas saturadas presentes en la carne roja y los lácteos enteros pueden contribuir al deterioro de la memoria. La dieta MIND recomienda limitar el consumo de estos alimentos y optar por fuentes de proteína más saludables, como el pescado y las legumbres.
El pez espada y el atún aleta amarilla contienen altos niveles de mercurio, un metal pesado neurotóxico que puede afectar la memoria y la función cognitiva.
Por último, muchos de estos productos contienen jarabe de maíz de alta fructosa, un ingrediente vinculado con la pérdida de memoria y la disfunción cerebral.
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