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Así se desarrolla la neumonía bilateral, condición que mantiene al papa Francisco ingresado en un hospital

Se trata de una enfermedad que puede llegar a ser muy grave, pero para la que existen tratamientos eficaces

24 de febrero de 2025 - 11:10 PM

El papa Francisco el 9 de febrero, días antes de ser ingresado en un hospital de Roma aquejado de neumonía bilateral. (Agencia EFE)

El aire que respiramos entra en nuestro cuerpo a través de las fosas nasales, desde ahí va a la faringe y a continuación a la tráquea. La tráquea es un tubo de unos 10 centímetros que se divide en otros dos, llamados bronquios, y cada uno de ellos va a un pulmón.

Dentro de los pulmones, los bronquios se ramifican y terminan en unas pequeñas bolsas llamadas alveolos pulmonares, que se inflan con el aire.

Es en los alveolos donde se produce el intercambio de oxígeno y dióxido de carbono entre el pulmón y la sangre durante la respiración.

“El oxígeno que entra con cada inspiración atraviesa los alveolos, pasa a la sangre y llega a los tejidos de todo el cuerpo. El dióxido de carbono que viene de los tejidos también atraviesa los alveolos y se expulsa del cuerpo durante la espiración”, detallan los especialistas del Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos.

“Los alveolos de los enfermos de neumonía están llenos de pus y líquido, lo que hace dolorosa la respiración y limita la absorción de oxígeno”, manifiesta la Organización Mundial de la Salud (OMS).

“La neumonía es una infección pulmonar causada por bacterias, virus o, en menor medida, hongos. Produce fiebre, dificultad respiratoria, tos habitualmente con expectoración y dolor torácico. El riesgo de infección aumenta por factores externos, como son la contaminación ambiental y el tabaquismo. También es más frecuente en pacientes con enfermedades crónicas (sobre todo respiratorias), patología oncohematológica e inmunodepresión”, señala Francisco Pérez Grimaldi, coordinador del Grupo de Trabajo de Infecciones Respiratorias de Neumosur, Asociación de Neumología y Cirugía Torácica del Sur de España.

Lo más habitual es que los microorganismos que causan la neumonía lleguen a los pulmones desde las vías respiratorias altas. Generalmente, el sistema inmunitario, que es el encargado de defender el organismo, evita que esto ocurra.

Sin embargo, hay determinadas circunstancias, como el consumo de tabaco, el alcoholismo, las enfermedades crónicas o la desnutrición que pueden hacer que las defensas del organismo se debiliten, de manera que a los microorganismos les resulta más fácil alcanzar el pulmón y provocar infecciones.

Aunque es menos común, algunos gérmenes pueden proceder de otras regiones del cuerpo, por ejemplo, del sistema urinario o de las válvulas cardiacas y alcanzar el pulmón a través de la circulación sanguínea, explican los especialistas de la Clínica Universidad de Navarra.

Independientemente de su procedencia, cuando los microorganismos entran en el pulmón, se produce inflamación y acumulación de líquido. La neumonía puede afectar a un solo pulmón o a ambos. Cuando afecta a los dos, como en el caso del papa Francisco, se denomina neumonía bilateral.

Personas de todas las edades pueden padecer neumonía. Sin embargo, los niños menores de dos años y las personas mayores de 65 tienen mayor riesgo de desarrollar la enfermedad y de que ésta sea más grave. En el caso de los bebés y de los niños pequeños, esto ocurre porque su sistema inmunitario todavía no está completamente desarrollado.

Imagen de archivo fechada en el Vaticano el 9 de febrero de 2025, del papa Francisco.
Imagen de archivo fechada en el Vaticano el 9 de febrero de 2025, del papa Francisco. (Agencia EFE)

En lo relativo a las personas mayores, este riesgo responde a que el sistema inmunitario se debilita a medida que vamos envejeciendo. Además, los mayores de 65 años tienen más probabilidades de tener enfermedades crónicas, que aumentan el riesgo de neumonía.

Los síntomas más habituales de neumonía son: dolor en el pecho al respirar o toser, tos con o sin expectoración, fiebre, escalofríos, concentraciones bajas de oxígeno en sangre y falta de aire. Las personas mayores y aquellas que tienen enfermedades graves o el sistema inmunitario débil puede que no presenten los síntomas típicos.

De hecho, los especialistas del Instituto Nacional del Corazón, el Pulmón y la Sangre de Estados Unidos (NHLBI, por sus siglas en inglés) indican que puede tener una temperatura más baja que la normal en lugar de fiebre.

Además, las personas mayores con neumonía “pueden sentirse débiles o tener confusión repentina”, añaden. La neumonía es una enfermedad potencialmente mortal, pero para la que existen tratamientos eficaces. Según explican los expertos de la Clínica Universidad de Navarra, su gravedad depende de la extensión de pulmón que se haya visto afectada, del tipo de germen que la cause, de la edad de la persona y de las enfermedades que tenga previamente.

En la mayor parte de los casos, una persona con neumonía puede recuperarse en su domicilio. “Normalmente, los antibióticos orales, el reposo, la ingesta de líquidos y los cuidados en el hogar son suficientes para completar la resolución. Sin embargo, las personas con neumonía que están teniendo dificultad para respirar, aquellas con otros problemas médicos y las personas mayores pueden necesitar un tratamiento más avanzado. Si los síntomas empeoran, la neumonía no mejora con tratamiento en el hogar o se producen complicaciones, a menudo la persona tiene que ser hospitalizada”, indica la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI).

Esta entidad explica que los antibióticos se utilizan para tratar la neumonía bacteriana. Estos fármacos no son útiles para la neumonía viral pero, a veces, se emplean para tratar o prevenir las infecciones bacterianas que pueden darse en los pulmones dañados por una neumonía viral.

Además, señala que las personas con dificultad para respirar debido a la neumonía pueden necesitar oxígeno. Por su parte, “los extremadamente enfermos pueden requerir cuidados intensivos lo que, a menudo, incluye intubación y ventilación artificial”, apunta.

Los especialistas del Hospital Clínic de Barcelona indican que la tasa de mortalidad de las personas con neumonía que no necesitan hospitalización es inferior al 1%; la de los pacientes hospitalizados oscila entre el 5 y el 15% y la de aquellos que requieren ingreso en la unidad de cuidados intensivos está entre el 20% y el 50%.

Recuperarse de una neumonía puede llevar cierto tiempo. Algunas personas se sienten mejor y pueden retomar su rutina en aproximadamente dos semanas. Otras, en cambio, pueden necesitar un mes o más.

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