

9 de abril de 2025 - 8:33 PM
La salud de la próstata es fundamental para el bienestar general de los hombres, ya que problemas como prostatitis, hiperplasia benigna o incluso cáncer pueden surgir cuando no se toman precauciones.
Existen hábitos cotidianos que, sin saberlo, pueden dañar este órgano vital. A continuación, se destacan cinco costumbres perjudiciales para la próstata que es crucial evitar.
Uno de los hábitos más comunes y dañinos para la salud prostática es el abuso de bebidas alcohólicas. El alcohol no solo irrita la vejiga, sino que también agrava síntomas como la urgencia urinaria y la inflamación prostática.
Además, deshidrata el cuerpo, lo que afecta negativamente la función renal y la calidad de la orina, ejerciendo presión sobre la próstata.
La alimentación juega un papel crucial en la salud de la próstata. Una dieta rica en carnes rojas, frituras y productos ultra procesados se ha asociado con un mayor riesgo de inflamación y cáncer de próstata. Las grasas saturadas y el exceso de sal alteran el equilibrio hormonal, lo que favorece el crecimiento anormal de células prostáticas.
Por el contrario, una dieta basada en vegetales, pescados ricos en omega-3 y fibra puede proteger el órgano prostático. Pequeños cambios en los hábitos alimenticios pueden tener un impacto positivo a largo plazo en la salud prostática
El sedentarismo es otro enemigo silencioso de la próstata. Pasar largos periodos de tiempo sentado, ya sea por trabajo o por ocio, genera compresión en la zona pélvica, lo que reduce la circulación sanguínea hacia la próstata y favorece la congestión prostática.
Los estudios han demostrado que los hombres que llevan una vida sedentaria tienen mayor riesgo de desarrollar hiperplasia benigna o cáncer de próstata.
Este hábito común de retener la orina durante largos períodos genera presión sobre la vejiga y la próstata, lo que aumenta el riesgo de infecciones urinarias y cálculos. Además, aguantar las ganas de orinar puede debilitar los músculos del suelo pélvico, lo que empeora problemas como el goteo posmiccional o la incontinencia.
El tabaquismo no solo daña los pulmones; también está relacionado con un mayor riesgo de desarrollar cáncer de próstata agresivo. Las toxinas que genera el tabaco afectan el ADN celular, lo que incrementa las probabilidades de padecer este tipo de cáncer.
Además, muchos hombres evitan realizarse revisiones urológicas anuales, lo que retrasa el diagnóstico de condiciones tratables en etapas tempranas.
Un estudio publicado en la revista médica ‘The Journal of Sexual Medicine’ demostró que ciertos ejercicios ayudan a la próstata. Entre ellos:
Fortalecen los músculos del piso pélvico.
Mejoran la función urinaria.
Reducen la inflamación prostática.
Para realizar los ejercicios de Kegel, vacíe la vejiga, siéntese o acuéstese, apriete los músculos del piso pélvico, manténgalos contraídos y cuente entre 3 y 5 segundos. Repítalos 10 veces, tres veces al día.
Mejoran la salud cardiovascular.
Son beneficiosos tanto para la próstata como para la salud sexual
Algunos ejemplos son caminar, correr, andar en bicicleta, nadar, hacer senderismo, kickboxing, aeróbic acuático y danza.
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