El sarro es una placa dental mineralizada que se forma debido al crecimiento de las bacterias y la acumulación de los residuos de la alimentación. Una vez este aparece sobre los dientes, puede ser muy difícil eliminarlo, lo que lleva a que se busquen diferentes técnicas para retirarlo, según la Clínica Domusdental de España.

Debido a esto, los odontólogos recomiendan que se cepille por lo menos dos veces al día. Cada una de estas sesiones de limpieza bucal debe durar poco más de dos minutos para poder retirar de manera efectiva la placa bacteriana y utilizar el hilo dental una vez al día, de acuerdo con Medlineplus.

Una buena manera de evitar el sarro es utilizar cepillos de dientes eléctricos, ya que se desmostró que estos limpian mejor que los manuales; incluso algunos cuentan con un temporizador que marca los dos minutos. También funciona emplear el enjuague bucal.

Por lo pronto, es fundamental consultar con el odontólogo de cabecera antes de sumar esta u otras prácticas fuera de las habituales a la higiene bucal.

El sarro no solo es poco estético, sino que podría derivar en enfermedades como las gingivitis, las caries o el mal aliento, por lo que las personas tienden a buscar soluciones caseras para su problema y mejorar así su autoestima, como el uso del limón y el bicarbonato.

Pero para este método solo se necesita el limón, el cual se caracteriza por sus propiedades antibacterianas y su acidez puede ayudar a eliminar las manchas superficiales de la dentadura, lo cual le permitiría obtener una apariencia más brillante, según La Razón.

Para hacerlo debe prepararse una taza de agua tibia, para luego añadirle el jugo de medio limón y mezclar muy bien hasta que todo se integre. Tras esto, hay que dar un pequeño sorbo para enjuagarse la boca con la solución. Esto puede practicarse tanto en la mañana como en la noche, de acuerdo con la Clínica Domusdental.

Sin embargo, se recomienda que su uso sea regulado, puesto que puede dañar el esmalte dental. Cabe aclarar que máximo puede emplearse de una a dos veces por semana y, luego de realizar el procedimiento casero, debe enjuagarse muy bien con abundante agua para evitar mayores daños.

Hay que tener en cuenta que esta fruta puede debilitar los dientes, exponiendo la dentina, lo cual ocasionaría un aumento de la sensibilidad dental al frío y al calor, y no se recomienda cepillarse justo después de emplear el jugo porque estaría frotando el ácido. Lo mejor es que espere una hora antes de cepillarlos, según la Clínica Ciro de España.