28 de enero de 2025 - 11:10 PM
El cáncer de cuello uterino es una de las enfermedades más silenciosas y devastadoras para las mujeres, y a menudo sus síntomas son ignorados o confundidos con molestias cotidianas.
Este fue el caso de Abbey Jane, una madre soltera de tres hijos, quien fue diagnosticada con cáncer de cuello uterino tras haber ignorado una señal que podría haberle salvado la vida.
En julio de 2023, notó unas manchas inusuales en su ropa interior, pero en ese momento, se encontraba ocupada con su vida diaria y no le dio la importancia que merecía. Como explicó a Daily Mail Australia, “había tenido un implante durante algunos años y no había tenido el período durante un tiempo, así que recuerdo que pensé que mi sangrado era extraño".
Aunque el sangrado persistente era anómalo, lo atribuyó a la necesidad de cambiar el implante, una preocupación común entre las mujeres que utilizan este tipo de anticonceptivos.
Sin embargo, el sangrado no desapareció. Fue entonces cuando decidió consultar nuevamente con su médico. Tras una serie de pruebas, se descubrió que había dado positivo para el Virus del Papiloma Humano (VPH), una infección común de transmisión sexual que, aunque generalmente no presenta síntomas, puede llevar al cáncer de cuello uterino si no se trata adecuadamente.
Tras ser derivada a un ginecólogo, descubrió que la causa de su sangrado persistente era una masa cancerosa en su cuello uterino.
Aunque la noticia fue devastadora, el diagnóstico llegó a tiempo, ya que el cáncer se encontraba en etapa dos y no se había propagado a los ganglios linfáticos.
La protagonista, quien no había realizado una prueba de Papanicolaou en más de una década debido a la incomodidad del procedimiento, se sintió emocionalmente desbordada.
“Lo único en lo que podía pensar era en mis hijos. Los miraba y me preguntaba si moriría en unos meses”, admitió.
El cáncer de cuello uterino es una de las formas más prevenibles de cáncer, y sin embargo, la mayoría de los casos no se detectan a tiempo. Abbey compartió que aproximadamente el 70% de las mujeres diagnosticadas con cáncer de cuello uterino no están al día con sus pruebas de detección. En su caso, la falta de pruebas regulares de Papanicolaou contribuyó al diagnóstico tardío.
Ahora se siente con la misión de alentar a otras mujeres a no subestimar la importancia de las pruebas de detección del cáncer de cuello uterino. “Quiero animar a las mujeres a que tomen su salud en serio”, afirmó. “Si no tienes salud, no eres útil para ti mismo ni para nadie más”, agregó.
En tanto, comenzó su tratamiento con radioterapia y braquiterapia, un procedimiento en el que se aplica radiación interna a través de un dispositivo insertado en la vagina. El tratamiento fue exhaustivo y agotador, pero se mantuvo fuerte por el bienestar de sus hijos. “Durante mucho tiempo lo único que comí fueron tostadas simples. Las cosas más pequeñas eran muy agotadoras“, recordó.
Ahora, tras completar su tratamiento, debe someterse a exámenes regulares cada dos meses durante los próximos dos años, y luego una prueba de detección anual durante el resto de su vida.
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