Lo que inició como un hobby para una doctora y un ingeniero terminó como un trabajo a tiempo completo
Lo que inició como un hobby para una doctora y un ingeniero terminó como un trabajo a tiempo completo
21 de octubre de 2022 - 10:00 AM
Habilitar un espacio en el casco urbano de Isabela para establecer sus prácticas privadas, ella como doctora generalista y él como ingeniero, fue lo que -originalmente- planificaron los isabelinos Lisa Irizarry y Juan Andújar. Sin embargo, un espontáneo cambio de idea los llevó a sustituir los elementos típicos de un consultorio y de un centro de asesoría, por una rústica barra que se había levantado, en el 2016, como la primera coctelería de este municipio, llamada La Central.
El matrimonio, inicialmente, lo vio como un pasatiempo, un lugar para despejarse de sus rutinas de trabajo. Pero, tras asumir las riendas del concepto en el 2018, el espacio cobró un protagonismo especial que logró la simpatía de decenas de clientes no solo de Isabela, sino de pueblos limítrofes. Y ya no es solo un “hobby”, sino un trabajo a tiempo completo.
“Esto se hizo con el fin de prestar unos servicios que no se veían en Isabela, pues somos la primera coctelera en este pueblo. Lo que queríamos era comprar para hacer nuestras oficinas; entonces después decidimos hacerlo como ‘hobby’, pero no sabíamos nada de ese ambiente. Él tenía conocimiento de gerencia y yo cogí las clases de coctelería por internet”, contó la propietaria de La Central tras destacar que la idea ha tenido una gran acogida.
“Siempre decía que iba a tener una barra; eso era un chiste entre nosotros, pero se nos dio y ha sido muy bueno”, destacó, por su parte, Andújar.
La filosofía del establecimiento es adaptarse a lo que el cliente pide, pero la pareja reconoció que lo más que se vende es el trago “Old Fashioned’, una elaboración considerada de las más antiguas.
Sin embargo, el menú original del establecimiento constaba de 23 tragos, identificados como los clásicos. “Esos son los tragos de la era de la prohibición. Cuando se hacían los whiskeys y no tenían licencia, pero los movían de alguna manera en consultorios médicos y laboratorios”, explicó Irizarry.
Luego, ampliaron su oferta e integraron 8 cocteles adicionales que incluyeron: albahaca con vodka e infusiones con menta y lavanda. Pero, la realidad, es que son miles las recetas que se pueden elaborar en este establecimiento. Todo dependerá del gusto del cliente y de la creatividad del bartender.
“Separamos las recetas entre las que son clásicas; las más modernas, que incluyen variaciones de la clásica y las nuestras, que son las especialidades”, indicó Andújar.
“Cada bebida tiene su personalidad. Nosotros siempre le decimos al cliente que el trago favorito de la barra es el trago que consuma”, agregó.
De hecho, cada elaboración incluye el espíritu base, que viene siendo whiskey, ginebra o vodka; el endulzador casero y un modificador de licor, además de los ‘bitters’, que es el equivalente a condimentar la comida.
“Hacemos una infusión, tomamos un espíritu base y ese espíritu base lo modificamos con diferentes hierbas y especias; tenemos un licor para enaltecer el perfil de las bebidas”, manifestó Irizarry.
Algunos de los cocteles que forman parte del menú son: Alco 280 (ron blanco, ron añejo, ‘bitters’), Train (ron de especias, lima, frambuesa, ‘bitters’), Monk Blitz (Vodka infusionado en albahaca, ‘elderflower’, limón, pepino) y Spritz (ginebra, flor de Jamaica, espumoso, vino, ‘bitters’ de naranja). En los clásicos, figuran el Old Fashioned, Manhattan, Negroni, Penicillin, Revolver y Moscow Mule.
Pero en La Central no solo se ofrece la coctelería artesanal. Allí también se integra un concepto de tapas y platos como pescado fresco, cortes de carne y pastas, entre otros, que salen con distintos acompañantes.
“Le damos cariño a la coctelería artesanal con la barra extendida; la cocina se ajusta una vez por año y una vez por semana traemos un plato que sea diferente y también tenemos lo que son los venues. El objetivo de los tres es mostrar un poco de lo que es el arte de barra y cocina, que es el arte culinarian; y el venue, que son exposiciones de arte, músicos, comediantes, noches de poesía, exhibiciones de artesanos y otros”, destacó Andújar, de 34 años.
¿Proyectan abrir otro local?, preguntó este diario. La pareja sonrió y no dudó en dar una respuesta afirmativa y señalar que apostarán a algún pueblo de la zona metropolitana. “Nosotros disfrutamos la adrenalina”, concluyó Irizarry, también de 34 años.
La Central opera de lunes a jueves, de 5 p.m. a 11 p.m. y viernes y sábado hasta las 12:00 a.m. Para información adicional, puede acceder www.lacentralisabela.com. También puede entrar a las redes sociales: Instagram y Facebook como La Central.
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