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Chocolate: una interesante recomendación para maridar un buen whisky

El secreto está en crear experiencias placenteras que resalten la versatilidad del whisky, desde postres hasta carnes rojas y mariscos

14 de septiembre de 2024 - 11:10 PM

Los asistentes disfrutaron de una variedad de chocolates con whisky. (Suministrada)
Chocolates y whisky.

La palabra maridaje viene de “matrimonio”, con lo cual se intenta construir sobre la armonía, generalmente entre un líquido y un sólido. La alternancia entre un bocado y un sorbo tiene que ser placentera, buscando siempre el efecto sinérgico: que dos elementos sean mejor juntos que separados”, explica Patricio Calzada, sommelier embajador de la marca de whisky Glenfiddich, sobre ese proceso de búsqueda de los alimentos que se conviertan en los acompañantes perfectos para esas veladas en las que degustamos de un buen licor.

Quizá uno de los casos más conocidos es pensar en acompañar un buen vino con una tabla de quesos, por ejemplo. Pero, ¿qué debemos hacer en el caso del whisky? De acuerdo con Calzada, sin importar la bebida a la que nos refiramos, el proceso para encontrar un buen maridaje consiste en prueba y error, “pero sobre todo es un ejercicio que demanda conciencia a la hora de realizarlo. Es introspectivo y hermoso, conectándonos con nuestros sentidos”, manifiesta el experto.

En el caso del whisky, bien sea un single malt –como en el caso de Glenfiddich– o un blend, según explica Calzada, la recomendación es buscar amalgamarlo con nuevos sabores, desde salados a dulces, texturas blandas a rugosas, desde el amargor de frutos secos a la oleosidad de quesos y madurados.

“Todo importa y deja su huella: temperatura, sensación táctil, aromas y sabores. A mí particularmente me gusta mucho acompañar Glenfiddich 12 años con comida Nikkei, el 15 años con sensaciones agridulces y postres, el 18 con carnes rojas, el 21 con comida de mar, el 23 años con comida delicada como quiches, escargots o ratatouille, y el 26 años combina extraordinario con la pâtisserie française”, indica el sommelier.

Una opción novedosa que también puede considerar si está buscando un buen acompañante para el whisky es el chocolate, especialmente el colombiano. Este producto ha ganado notoriedad a nivel internacional, consiguiendo incluso distinciones en certámenes internacionales, en los que se han destacado orígenes como Tumaco, Santander, Sierra Nevada, Córdoba y Huila.

El chocolate es uno de mis maridajes preferidos con el whisky en general. Me encanta por varias razones, entre ellas puedo destacar el valor tradicional que tiene para Colombia, considerando las raíces del mismo y la altísima pureza que alcanza el cacao en diversas regiones del país”, dice Calzada.

Para el sommelier, también resulta importante que, cuando es de calidad, el cacao suele ser sutil, aromáticamente pero contundente en paladar. “Para ello, a diferencia de lo que se piensa, el vino tinto no suele ser una gran opción, ya que los taninos de la uva colisionan con los del cacao, reforzando el carácter astringente del mismo. Pero cuando al ejercicio le agregamos el potencial alcohólico de un single malt, junto con sus notas frutales y dulces, se concluye en una experiencia maravillosa de sabores, con un final elegante”, explica Calzada.

A esto se le suma la gran diversidad de propuestas que tiene actualmente este producto. " Hoy el chocolate no es aburrido, tiene muchos gustos y combinaciones con frutas distintas, con lo cual los ejercicios de maridaje son formidables. Recomendado para recibir amigos en casa: Glenfiddich 12 con chocolates con frutas tropicales, como maracuyá y uchuva, entre otras”, indica el sommelier.

Si usted es nuevo en el mundo del whisky y quiere empezar a probar esta bebida espirituosa obtenida por la destilación de cereales como cebada, trigo, centeno y maíz, y su posterior añejamiento en barriles de madera, los consejos de los expertos a la hora de seleccionar un buen licor de este tipo es, principalmente buscar siempre deje una sensación agradable en el paladar.

“Algunos tendrán un perfil más dulce, otros más frutales. Pero definitivamente un buen whisky no es aquel que “queme”, o al que se le sienta esa nota etílica punzante. Suavidad, perfume y gracia en el paladar son características deseables”, apunta Calzada, quien también aconseja distinguir entre dos formas de disfrutar de esta bebida: en una cata más pausada o como el acompañamiento a una fiesta.

“Yo siempre separo el modo de consumo para degustar o catar, donde las copitas pequeñas tan características son las ideales, ya que nos permite concentrarnos en la parte aromática propia de dicho whisky; y aquel modo de divertimento, donde el objetivo ya no es la captura de la esencia del líquido, sino el pleno disfrute. Aquí las posibilidades son infinitas, desde coctelería a servirlo en las rocas o con mixers. Cada uno elige”, indica el experto.

Entre las opciones de whisky que ofrece el mercado, Glenfiddich se destaca como el single malt (obtenido de una sola malta) más vendido en el mundo y el más premiado por las competencias más prestigiosas (IWSC y ISC). Además de su amplia tradición, es producido por Grant, una empresa que pertenece a la misma familia que construyó la destilería hacia 1886 en Dufftown, Escocia, para quienes el legado y la herencia son su esencia más preciada, lo que ha elevado el control de calidad y trazabilidad del producto a los estándares más altos de la industria.

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