El servicio y la disposición para complacer las exigencias de cada cliente ha sido el norte del Restaurante Las Cataratas, un concepto gastronómico familiar con más de 40 años de establecido, que integra parte de la Ruta Gastronómica de Naranjito, en la carretera PR-152.

“Lo que ha distinguido a este negocio es que nosotros complacemos lo que el cliente pida. Buscamos la manera de complacerlo. Si lo que desea es huevos fritos con jamonilla, buscamos la jamonilla y lo hacemos. Nos distingue el servicio y la manera en que buscamos cómo complacer al cliente”, dijo Ana Rivera, la segunda generación al mando del icónico restaurante que promete una vista singular al Chorro Las Lágrimas.

La oferta culinaria en el restaurante es variada. Presenta alternativas de platos sencillos como hamburger y pechugas de pollo preparadas de diversas maneras, sea a la plancha, a la criolla, en mantequilla, empanada, a la parmesana o a la milanesa.

Las cortes de carnes rojas como el churrasco, el ribeye y el filete mignon son de los más solicitados por los comensales; al igual que los mariscos, como las tradicionales ensaladas de carrucho, pulpo o platos confeccionados con langosta. “Uno de los platos de la casa es el chillo relleno de mariscos. Es un chillo entero que se prepara al horno y luego, se rellena de mariscos que puede ser en salsa criolla o al ajillo”, mencionó la propietaria, quien asumió las riendas del negocio en el 2011.

Asimismo, en el lugar preparan la “Sangría de Víctor Cataratas”, la bebida de la casa.

En el caso de los desayunos, Rivera dijo que ha innovado con comidas calientes y hechas al momento, complaciendo las peticiones de sus clientes. “Nuestra especialidad es el burrito de pancakes relleno de revoltillo, las tostadas francesas y waffles”, sostuvo.

El Restaurante Las Cataratas inició para la década de los 80 en respuesta a la necesidad de los vecinos de Naranjito, que clamaban por un lugar en el que se ofrecieran almuerzos criollos a un precio accesible y con un servicio rápido.

Fue así como David Rivera y su esposa Julia Torres emprendieron con un plato básico para muchos hogares en la isla: arroz blanco, habichuelas y pollo al horno o guisado, así como el bistec encebollado.

“No había un lugar donde la gente pudiera comer. Papi y mami comienzan a cocinar. Mami hacía el arroz, las habichuelas y el pollo o carne guisados. Papi preparaba mariscos. Comenzó con el pulpo y el carrucho, lo preparaba él mismo a leña; luego la gente empezó a pedirles otros platos y fueron incorporándolos”, explicó Ana al mencionar que su madre, una trabajadora del sector privado, dejaba los guisos hechos antes de comenzar la faena laboral.

Con muchos sacrificios, contó Ana, don David -a quien en Naranjito le conocen como “Víctor Cataratas”-, incluyó áreas de barra y salón de actividades en el icónico restaurante hasta que transfiere la administración del negocio familiar a su hija, que ha implementado innovaciones en la oferta culinaria, como los desayunos y las comidas a la carta.

“Yo comienzo en el 2011. Luego del huracán María comienzo con los desayunos. Les dimos más auge a los almuerzos y trajimos platos a la carta, aunque dejamos los platos tradicionales porque aquí se mueve mucho el bistec encebollado. Nos transformamos, pero no hemos perdido la esencia ni el sabor de Las Cataratas”, manifestó Ana, quien desde su niñez ha estado al lado de sus padres en el negocio.

El restaurante abre de lunes a viernes. Ofrece desayunos, almuerzos y menú a la carta en horario de 6:00 a. m. a 9:00 p. m. y los sábados, de 7:00 a. m. a 9:00 p. m.