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“Restaurante Los Serranos”: donde el sabor auténtico y la tradición de la cocina criolla alcanzan su máxima expresión

Descubre el secreto del éxito del restaurante del barrio Palo Seco en Toa Baja

22 de enero de 2024 - 11:40 PM

Nota de archivo
Esta historia fue publicada hace más de 11 meses.
Camarones empanados con amarillos. (Xavier Garcia)

Hablar del Restaurante Los Serranos, en Toa Baja, es alusivo a la tradición criolla de una buena y abundante comida con el sabor que los ha distinguido desde hace más de tres décadas en el barrio Palo Seco.

Pero el concepto posee, además, una vasta oferta a la carta que trasciende el origen de sus comidas basadas en los frutos del mar.

Además de mariscos, aquí se trabajan diferentes tipos de cortes de carnes. Hace cinco años estoy haciendo el arroz con carne. Ese plato está cogiendo mucho auge. Lleva pollo, churrasco, carne de cerdo y chorizo, y viene con pollo frito y cerdo con cebolla en la parte de arriba”, expresó el propietario del lugar, Romualdo Serrano Ríos, quien junto a su esposa Marilyn Martínez Resto, su hijo Gadiel Serrano y empleados, atienden a los comensales.

Al abundar sobre los ofrecimientos, Serrano Ríos aludió al “Arroz Serrano”. El propietario explicó que no es una paella convencional porque, aunque posea ingredientes similares como camarones, mejillones, calamar, pulpo, carrucho y filete de pescado, su especialidad proviene del gusto criollo.

“Tendremos herencia española, pero desde que yo me criaba, al arroz con mariscos no se le decía paella, se le decía arroz con pesca’o, guábaras, buruquenas o camarones, o simplemente arroz con mariscos, que es lo que yo vendo aquí. Aquí se vende un arroz criollo puertorriqueño, puro sabor a lo nuestro. Definitivamente, yo no hago paella”, reiteró.

Dorado en salsa criolla.
Dorado en salsa criolla. (Xavier Garcia)

Oriundo del barrio Hato Tejas de Bayamón, Serrano Ríos explicó el secreto de su cocina, la que, aseguró, “tiene que nacer por el amor que se tiene a lo que se hace. Para esto hay que nacer, hay que hacer las cosas de corazón. La cocina tiene muchas cosas que la gente no entiende y entre ellas es que no se puede hacer por vender comida. Si lo haces con eso en mente únicamente, el cliente no siente esa pasión, ese amor que uno le imparte cuando se hace del alma”,.

En los 33 años de fundado del restaurante que lleva su apellido, Serrano Ríos narró su experiencia de éxito, desde sus inicios hasta el presente. “El negocio comenzó, yo diría que por necesidad, porque yo laboraba en otros restaurantes hasta que decidí montar el mío. Junté dos o tres pesos que tenía y otros chavos que me prestó la suegra y así comencé. Con $3,000 hice los primeros pasos y con la ayuda de mi suegra y esposa”, dijo.

“En los inicios, para el 1991, mi suegra María Rodríguez atendía la cocina y junto a mi esposa comenzamos este restaurante, que iniciamos en otro local aquí mismo en Palo Seco. Para ese momento teníamos tres hornillitas y yo comencé a hacer más de lo que podía, porque además del arroz con mariscos y asopaos, también hacía alcapurrias, sándwiches de mariscos, pero al final la caja no sonaba como tenía que sonar. Y por eso tuvimos que hacer modificaciones en el menú y expandir la cocina”.

Su tenacidad y consistencia provocaron que el público respaldara su sabor y a partir del 2001, mudaron su restaurante a un espacio más amplio y acogedor, donde hoy están ubicados. “Teníamos que buscar otro lugar porque donde comenzamos se nos hizo pequeño”, aseguró Serrano Ríos.

Abiertos de jueves a domingo, de 11:30 a. m. a 4:30 p. m., el Restaurante Los Serranos atiende a cerca de 300 a 400 personas los fines de semana. “No hacemos servicio de catering, pero hacemos bandejas de mariscos para 15 personas en adelante hasta 50. Tenemos un volumen alto de pedidos para recoger…”, destacó.

Además de cocinar, Serrano Ríos expresó con orgullo que tiene habilidades para otros oficios, lo que le llevó a realizar personalmente la remodelación total de su negocio. “Los mosaicos que tú ves, los diseños en madera y otros arreglos, los hice, aunque no tengo vocación de ingeniero ni arquitecto”, dijo entre risas.

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