El liderazgo y la pasión son fieles compañeros de la experta en finanzas Blanca Santos Rodríguez, a lo largo de su trayectoria en los sectores público, privado y no lucrativo.

Desde el seno de una familia humilde, con un padre que falleció cuando ella tenía nueve años, se crió junto a su mamá y dos hermanas, siempre motivada por la idea de poder ayudar a otros.

Afortunadamente, desde diferentes organizaciones en posiciones como directora de operaciones y directora financiera, ha podido desarrollar iniciativas empresariales e implementar estrategias organizacionales orientadas al impacto social.

“Siempre tuve la aspiración de poder ayudar, mucho más que una posición como esta. Siempre aspiré a ayudar porque veía muchas necesidades. No me crié en un sitio verdaderamente pobre, pero sí vi lo que es progresar. Soy producto de escuela pública, así que siempre tuve pequeñas aspiraciones de poder ayudar”, expresó Santos Rodríguez acerca de su etapa estudiantil, en la que gozaba de excelentes calificaciones y ponía de manifiesto sus dotes de liderazgo al ayudar a otros estudiantes.

Dentro de su vida profesional, ha ido escalando diferentes posiciones, en las que ha podido laborar con comunidades, escuelas superiores y una organización ambiental sin fines de lucro, que le ha permitido conocer de cerca diversas necesidades, a la vez que ha ido haciendo realidad esa pasión por servir.

“Entré bien jovencita una organización para hacer cuentas por pagar y seguí hasta que terminé siendo directora de administración y finanzas de esa entidad sin fines de lucro. Así que de ahí viene la experiencia, de cómo manejar fondos en este tipo de organizaciones”, destacó la Project Management Professional certificada, quien además tiene una maestría en Finanzas y un certificado en Equitable Community Change de la Universidad de Cornell.

Desde hace unos siete años, sus riendas la llevaron a desempeñarse como directora ejecutiva de Bravo Family Foundation, cuya ejecución va de la mano con la misión del inversionista y empresario mayagüezano Orlando Bravo, cofundador de esta organización sin fines de lucro, que se dedica a transformar la vida de los jóvenes y adultos de Puerto Rico.

Entregar herramientas y recursos para formar empresarios de primer orden es parte de su compromiso y para lograrlo, pone de manifiesto su habilidad para maximizar fondos y traducirlos en acciones efectivas. Esto, a su vez, ha redundado en el crecimiento de la fundación.

“Orlando Bravo tiene una visión para Puerto Rico. Así que yo tengo que ejecutar, construir un Puerto Rico más inclusivo y más próspero, tanto en la parte social como la parte económica”, explicó Santos Rodríguez con el ímpetu que la ha llevado a consolidarse a través de esta posición de liderazgo.

Santos recuerda aquellos primeros días en los que entró en vigor la fundación en la que trabajaba solo con otra persona. Sin embargo, le llena de satisfacción ver la evolución de Bravo Family Foundation de la que ha sido pieza fundamental al tener una amplia experiencia financiera que le ayuda a manejar los fondos de manera rigurosa.

“Hoy día, aunque tenemos muchísimos servicios profesionales y tenemos muchos voluntarios, de dos que éramos, somos ahora 16 personas. Tenemos tres programas, porque para mí es importante sacarle lo mejor y lo más eficiente a la parte financiera. Nosotros tenemos unos fondos, y esos fondos tienen que ir a nuestros programas, a la comunidad, a los jóvenes. No puede ser para los gastos administrativos, ni otros gastos. Yo soy fiel creyente de que los fondos que se asignan a una organización sin fines de lucro es para cumplir con su misión y su visión”, puntualizó.

De acuerdo con la directora ejecutiva, la meta de uno de sus programas es apoyar a organizaciones sin fin de lucro de base comunitaria, a crear su propia empresa social, para que se conviertan en autosustentables. Para que lo logren, se encargan de contratar un recurso que les ofrece todas las herramientas.

Al día de hoy, en seis años han impactado a tres organizaciones sin fines de lucro, a las que ayudaron a desarrollar su empresa social y los programas que utilizan. Entre ellas está la empresa social de Turismo Patrimonial, que da servicio comunitario en Las Mareas, en Salinas, una innovadora iniciativa liderada por El Punto Educativo, Recreativo y Social.

“Definitivamente, ha sido de gran satisfacción cuando uno ve los resultados, igual que cuando vemos el programa de empresarismo que tenemos, el programa Raising Entrepreneurs en Mayagüez, con un currículo a base de la experiencia del fundador Orlando Bravo, que es mayagüezano, así como el Empowering Young Entrepreneurs, para empoderar a jóvenes de escuelas públicas a nivel superior”, detalló, mientras resalta el hambre de aprender de los jóvenes, en quienes están puesta toda la esperanza.

“Nosotros queremos desarrollar a estos jóvenes y que sepan que hay esperanza, que ellos mismos se autoevalúen y se digan, ‘yo puedo’, independientemente de las circunstancias”, agregó Santos Rodríguez, quien sueña en un futuro con expandir lo que está haciendo en Puerto Rico, pero a comunidades latinas en Estados Unidos, como en Nueva York o Chicago, donde haya necesidades.

“La misión es fomentar justicia social, proveyendo, obviamente, las herramientas a jóvenes, adultos, a comunidades para que ellos tengan un progreso personal y profesional. Y salgan del ‘no puedo’ al ‘sí puedo’. De verdad que es una satisfacción bien grande ver los cambios en los jóvenes, ver los mismos cambios de las comunidades, de los líderes comunitarios, de ellos y de los empresarios”, comunicó la líder, que goza de pertenecer a una fundación “muy estructurada y organizada”.