Nacieron el mismo día y se conocen desde hace casi 40 años, cuando vestían al estilo bohemio y en sandalias. Marie Helene Reinhold recuerda a ese joven espigado con el que todos querían hablar, en uno de los primeros shows de joyería que ambos asistían en Nueva York. La química fue instantánea. Entre David (que se llama igual que el amor de la vida de Marie Helene) y ella se formó una amistad “cableada” que los ha llevado a desarrollar mucho más que una colaboración empresarial, sino un sinfín de vivencias inolvidables.