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Valentino convierte en un baño público la pasarela de Paris Fashion Week

La firma de moda italiana presentó un llamativo desfile en el que las modelos emergían de los cubículos de un baño

10 de marzo de 2025 - 1:27 PM

El escenario fue una recreación meticulosa de un baño público, con cada detalle cuidadosamente replicado. (Scott A Garfitt)

Valentino desfiló alta costura dentro de baños públicos en uno de los escenarios más provocadores de la temporada, especialmente para una casa tan clásica, desafiando las nociones tradicionales de lujo.

Sin embargo, en un momento en que los baños siguen siendo un punto de fricción cultural y política en los debates sobre identidad de género, acceso y autoexpresión, la elección del lugar —que el diseñador describió como “orgullosamente político”— también se sintió como un reto deliberado.

El escenario fue una recreación meticulosa, con cada detalle cuidadosamente replicado: las losetas, los dispensadores de jabón, los espejos y las interminables filas de cubículos, todo bañado en una inquietante y casi sórdida luz roja.

Inspirado en parte por David Lynch, el espacio marcó el tono de la audaz nueva visión de Alessandro Michele. Con formación en diseño de vestuario, Michele impregna sus colecciones con referencias al teatro y al cine, creando narrativas tanto como prendas.

Fue uno de los desfiles más destacados de la temporada en París, con un front row tan ecléctico como la colección misma. Chappell Roan, Parker Posey, Jared Leto y Barry Keoghan se sentaron entre el resplandor carmesí, sumando a la energía surrealista del evento.

La moda se va por el desagüe (en el buen sentido)

Michele suele elegir escenarios con un profundo significado histórico o cultural —como palacios—, por lo que este baño público fue una subversión ingeniosa, incluso de su propio estilo característico. ¿El resultado? Un desfile que exploró los límites entre lo público y lo privado, la intimidad y la exposición, y las cada vez más difusas líneas de identidad en la moda contemporánea.

Valentino fue uno de los desfiles más destacados de la temporada en París.
Valentino fue uno de los desfiles más destacados de la temporada en París. (Scott A Garfitt)

De la descarga a la cámara

Las modelos emergieron de los cubículos del baño, algunas deteniéndose a inspeccionar sus rostros en los espejos, desdibujando la línea entre lo personal y lo performático. La ropa era pura teatralidad: gorras, capuchas y lentes oscuros ocultaban el rostro, mientras que blusas transparentes en tonos “nude” dejaban los pechos al descubierto, revelando la intimidad del cuerpo en un contraste directo entre tapar y exhibir.

Los diseños de Michele se caracterizan por una mezcla caleidoscópica de épocas y culturas, combinando elementos de distintos periodos históricos para crear una estética única. Él mismo se considera un “arqueólogo del arte”, explorando cómo el adorno y la ornamentación han evolucionado a lo largo de los siglos.

Un ejemplo impactante: lencería finamente bordada con un busto de seda opulento y un rígido cuello victoriano, con la solapa de la entrepierna provocadoramente desabrochada, como si la modelo hubiera tenido que salir corriendo al baño. Motivos barrocos y volantes del siglo XVIII chocaban con pantalones vaqueros desgastados y extragrandes, mientras que su característico maximalismo —una mezcla de estampado de leopardo, piel sintética y tweed— creaba una tensión visual, como si fuera la tienda de segunda mano más opulenta imaginable.

Los diseños de Michele, quien recientemente tomó las riendas como director creativo de Valentino, se caracterizan por una mezcla caleidoscópica de épocas y culturas.
Los diseños de Michele, quien recientemente tomó las riendas como director creativo de Valentino, se caracterizan por una mezcla caleidoscópica de épocas y culturas. (Scott A Garfitt)

Había tantos estilos que desafiaban cualquier clasificación. Y esa era la intención. Los looks sobrecargados eran un manifiesto de exceso, la esencia de la estética de Michele y la prueba de que su legado es el de un diseñador que se niega a encajar en lo convencional.

¿De quién es este baño?

Para Michele, el baño público era más que un escenario: era un espacio donde los límites se disuelven, un entorno cargado de significado. Lo describió como un “contralugar” que difumina las distinciones entre lo público y lo privado, la intimidad y la exposición, transformando lo mundano en algo profundamente simbólico.

Pero, como él mismo señaló, también era un espacio “orgullosamente político”, diseñado para romper convenciones y generar reflexión. Aunque nunca vinculó explícitamente el escenario con la política de género, el casting hablaba por sí solo. Modelos andróginos compartieron pasarela con sus contrapartes masculinas y femeninas, moviéndose fluidamente por el espacio y reforzando la idea de que la identidad no es fija y que la moda, al igual que el mundo que refleja, desafía las categorizaciones rígidas. En un momento en que los baños siguen siendo el epicentro de debates culturales y políticos sobre identidad de género, acceso y autoexpresión, la elección del escenario resultó imposible de ignorar.

Con esto, Michele dejó claro que su visión para Valentino va mucho más allá de la ropa. Se trata de la identidad en constante cambio, del juego entre ocultar y revelar. Y, sobre todo, de la moda como un escenario para contar historias en su forma más provocadora.

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