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Con efecto multiplicador, los donativos a organizaciones sin fines de lucro

Un análisis de Advantage Business Consulting concluyó que la organización Direct Relief ha contribuido con unos $224 millones a la economía local

3 de diciembre de 2024 - 3:00 PM

Un estudio evaluó el impacto económico de los donativos realizados por la entidad Direct Relief en Puerto Rico. (Suministrada)

Después de las ventas del madrugador y las ofertas por Internet, toca el turno a las organizaciones sin fines de lucro que utilizan el “Martes de Donaciones” o “Giving Tuesday” para instar a los ciudadanos a separar parte de su presupuesto para causas benéficas. Pero, ¿cuánto realmente ayuda cada uno de esos donativos al llamado Tercer Sector? ¿Tienen un efecto en la economía, más allá del beneficio social que representan?

En este martes, con motivo de la iniciativa que comenzó en Estados Unidos en el 2012, la organización Direct Relief presentó un estudio sobre el impacto económico que han representado los donativos a organizaciones sin fines de lucro en Puerto Rico, con más ahínco luego del huracán María en 2017.

Según el estudio, realizado por la firma Advantage Business Consulting, entre el 20 de septiembre de 2017 y el 31 de diciembre de 2023, Direct Relief aportó un estimado de $224 millones a la economía de Puerto Rico. Dicha inyección significó una aportación de unos $115.5 millones en salarios; $7.8 millones en ingresos fiscales y creó unos 4,000 empleos.

Ivonne Rodríguez, asesora ejecutiva de Direct Relief desde 2017, reconoció que el donativo más significativo que recibieron luego de comenzar labores en respuesta al huracán María, fue la donación de $50 millones por parte de la empresa AbbVie.

Rodríguez aseguró que la organización, al repartir los donativos, busca garantizar que la inversión social que se realiza tenga unas garantías. Por ejemplo, explicó que a la hora de instalar sistemas de energía solar, se firman contratos que proveen un tiempo para el mantenimiento y reemplazo de los equipos.

“Toda subvención o ayuda de Direct Relief está acompañada de una evaluación de asesores sobre cómo se atienden las necesidades y cómo medimos el impacto. Desde el inicio se tienen las métricas específicas por las que hay que responder”, explicó. “En el caso de los sistemas solares, todo está dentro del acuerdo de donación en el que hay estipulaciones que hablan del mantenimiento de las placas. En algunos casos, por ejemplo, en las clínicas de salud que son más grandes, hay un requisito de que tiene que haber un mantenimiento por los próximos cinco años”.

Odalys Arroyo Salgado, gerente de Advantage Business Consulting, explicó que para analizar el impacto de los recursos que gestiona la organización miraron cómo cada donativo que recibe la entidad impacta otras actividades económicas.

“Esas donaciones generaron más de 4,000 empleos, eso genera unos salarios con los que la gente va y hace sus compras”, explicó. “Eso crea un impacto que acelera la economía”.

Otra manera de mirar el impacto de las organizaciones sin fines de lucro se centra en analizar el alivio a la carga que –de lo contrario– que representan las poblaciones servidas por el Tercer Sector y que de otra forma, recaería en el gobierno.

“Tiene un impacto social y comunitario, como, por ejemplo, el mayor acceso a la salud. La gente se trata mejor sus condiciones de salud y eso, a largo plazo, es mejor porque es menos dinero que el Departamento de Salud tiene que gastar en mantener esa población saludable. Hay beneficios intangibles que tienen un impacto a mediano y largo plazo”, aseveró Arroyo Salgado.

En total, la organización ha repartido más de $90 millones a proyectos que atienden las áreas de salud, energía renovable, suplido de energía a pozos de agua y atención a personas con adicciones a sustancias controladas.

Mirada al modelo sin fines de lucro

Previo a la presentación del informe, el secretario del Departamento de Desarrollo Económico y Comercio (DDEC), Manuel Cidre abogó por cambios en las organizaciones sin fines de lucro, así como en el financiamiento a estas entidades.

“Tenemos que definir si las organizaciones se deben llamar sin fines de lucro. ¿Por qué son sin fines de lucro? ¿No producen nada? Son con fines de lucro, pero revierten el lucro en las comunidades. Para esto, la economía se tiene que desarrollar. Más allá de un discurso bonito, tiene que haber un sistema educativo en grados primarios, donde se concientice sobre la economía comunitaria”, expresó. “No todo tiene que depender del gobierno”.

A su lado, Carlos García, fundador y principal oficial ejecutivo de Nave Bank, opinó, por su parte, que las entidades sin fines de lucro nunca pueden sentirse “cómodas”.

“Tienen que crear un modelo sustentable a lo largo del tiempo”, dijo García al agregar que el modelo no puede estar sostenido con la expectativa de fondos federales.

“La parte más importante para una organización sin fines de lucro es tener el funding (financiamiento) que necesita para poder llevar a cabo su función. Eso no pasa si no tienes un plan específico y puedes ejecutar sobre ese plan. Para que esto pueda funcionar (a largo plazo), tienes que estar pensando en lo que voy a hacer en los próximos meses”, dijo el también exmiembro de la Junta de Supervisión Fiscal (JSF) y pasado presidente del Banco Gubernamental de Fomento (BGF).



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