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8 de febrero de 2025 - 9:10 AM
Standard & Poor’s (S&P) degradó este viernes el perfil crediticio de New Fortress Energy (Nasdaq: NFE) por entender que la empresa de gas natural (LNG, en inglés) no tiene suficiente liquidez, está severamente endeudada y depende de factores altamente sensitivos como un pago millonario de la Agencia Federal para Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés) para mantenerse a flote.
Y aún si consiguiera el pago de la agencia federal, si la gasífera no contiene sus gastos capitales, suspende el pago de dividendos, no allega al menos $1,000 millones por la venta de activos o no distribuye el combustible que ha proyectado vender en Puerto Rico, dice S&P, NFE podría encontrarse en un escenario de impago en el que sus acreedores solo recuperen entre 25% y 60% de lo prestado.
En un reporte al mercado, S&P degradó el perfil crediticio de NFE de B+ a B y las notas emitidas por la empresa con vencimientos en los años 2026 y 2029 a la clasificación B-. La perspectiva es negativa. El escalafón “B” en el sistema de notas de S&P significa que la deuda emitida por la empresa o entidad es especulativa. Ello porque la empresa o emisor de deuda es vulnerable a condiciones financieras, de negocio o económicas, pero continúa con capacidad, por el momento, para cumplir con sus obligaciones.
NFE es dueña de Genera PR, la empresa que opera la flota eléctrica fósil de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) de Puerto Rico mediante un contrato de alianza público privada.
El reporte de S&P surge en momentos en que la gasífera que prácticamente suministra todo el combustible que utiliza la AEE, busca modificar un préstamo (identificado como Loan B), que vence en octubre de 2028, para refinanciar otro (identificado como Loan A) que debe pagar en julio de 2027. NFE debe comenzar a pagar el préstamo B en el tercer trimestre de este año.
El refinanciamiento del préstamo B también serviría para inyectar capital a la segunda línea rápida de gas natural (FLNG2) que NFE interesa construir en Altamira, México. Allí, luego de múltiples retrasos y desde el otoño pasado, NFE opera una plataforma de licuefacción para suplir LNG particularmente a Puerto Rico.
En esencia, el reporte -suscrito por los analistas Michael V. Grande, Jacqueline R. Banks y Stephen R. Goltz- establece que el futuro de NFE dependerá de que, durante el 2025, la empresa se desempeñe prácticamente a la perfección. La firma subraya que aun en el escenario más alentador, NFE podría cerrar el 2025 con un déficit de efectivo disponible, que aunque menor al registrado durante el 2024, todavía rondaría entre $370 millones y $520 millones.
Al cierre del 2024, según los estimados de S&P, NFE tendría deudas acumuladas de hasta $8,700 millones.
“Creemos que los parámetros crediticios y de liquidez de NFE estarán bajo mayor presión en los próximos 12 meses y mejorar su perfil crediticio dependerá de que la compañía alcance su proyección de ingresos antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización (Ebitda, en inglés), una ejecución de proyectos impecable y la venta de activos”, reza el reporte de S&P.
Según S&P, el nivel de liquidez de NFE se encuentra “por debajo” de los límites adecuados para una operación de su tipo y habida cuenta que sus ingresos han sido más bajos de lo esperado, el nivel de endeudamiento de la gasífera al cierre de 2024, debió rondar entre 8.5 y 9 veces su Ebidtda, es decir, casi tres veces más que los estimados iniciales.
El mes pasado, El Nuevo Día reportó que NFE ha comenzado el proceso de vender sus operaciones en Jamaica, el país donde la gasífera se estrenó en el nicho de combustibles hace más o menos una década. En el reporte al mercado, que confirmó la venta de las operaciones en Jamaica, NFE aseguró que cumpliría con sus proyecciones de ingreso para el año 2024.
El año pasado, cuando refinanció parcialmente sus deudas más apremiantes, NFE admitió que tenía dudas sustanciales de que pueda continuar operando (going concern).
De todas las variables que incidirían en el futuro de NFE, la casa acreditadora destacó que la continuidad de la gasífera depende, sobre todo, de que FEMA pague cuanto antes una compensación por la cancelación de un contrato que pactaron las partes hace unos dos años para suministrar energía de emergencia a Puerto Rico.
El año pasado, cuando NFE presentaba su situación al mercado inversionista informó que para lograr sus números contaba con cobrar unos $659 millones a FEMA. Esto, por la cancelación de un contrato de suministro de energía de emergencia al territorio estadounidense.
El análisis de S&P parte de la premisa de que NFE cobrará a FEMA, como mínimo, unos $500 millones y de que la empresa reestructure las obligaciones pendientes, logre vender al menos $1,000 millones en activos y reduzca sus gastos de mejoras capitales.
Según S&P, NFE tiene sus dedos cruzados para que FEMA pague lo adeudado en el segundo trimestre de este año.
“Desde nuestra perspectiva, mientras más se retrase el pago (de FEMA) o si la cantidad a pagarse es materialmente más baja de lo esperado, eso pondrá una presión significativa en el perfil crediticio y de liquidez de la compañía”, reza el reporte de S&P en el que se agrega que NFE tendría, entre otras cosas, que alcanzar sus objetivos de venta de LNG en Puerto Rico para conseguir sus números.
Aunque rechazó esfuerzos similares, el pasado 31 de enero, el Negociado de Energía de Puerto Rico (NEPR) autorizó que Genera PR convierta la las unidades generatrices de la AEE en Mayagüez de diésel a LNG. Esto, a pesar de que tal proyecto costará más de lo previsto inicialmente, pero dejará a los abonados menos del 10% de los ahorros prometidos en un principio.
Si bien LUMA Energy es el operador de la red eléctrica y el responsable del cobro de la factura eléctrica a los abonados de la AEE, Genera PR -la subsidiaria de NFE- es la entidad que decide qué suplidor de gas natural despachará el combustible a la corporación pública. La compra de combustible es el principal gasto en el proceso de generación de electricidad de Puerto Rico y NFE, el principal suplidor de la AEE. La compra de combustible es la principal causa de ajuste cada vez que el NEPR revisa las tarifas trimestralmente.
En uno esos contratos de suplido, según el NEPR, la AEE terminó pagando -en realidad, los abonados quienes a fin de cuentas pagan la factura eléctrica- hasta 40% más en la compra de LNG que otros acuerdos de combustible vigentes.
La editora de Negocios Joanisabel González explica los temas económicos más importantes a nivel local e internacional.
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