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El gobierno debe lanzar su propia estrategia de “nearshoring”, afirma el CNE

La organización de política pública destacó que al igual que otros estados, Puerto Rico no tiene que esperar por el gobierno federal sino que puede moverse por sí mismo para atraer empresas que ahora operan en China y Asia y que Estados Unidos interesa se relocalicen a Occidente

5 de diciembre de 2024 - 11:10 PM

Para  el director de Política Pública del CNE,  Sergio Marxuach, la decisión de la Corte Suprema de escuchar los alegatos de Puerto Rico es un desarrollo “significativo”. (Archivo)
Para el director de Política Pública del CNE, Sergio Marxuach, Puerto Rico no debe desperdiciar la oportunidad que representa la nueva política pública de Estados Unidos de atraer a suelo estadounidense o a Occidente la producción industrial de multinacionales con sede en ese país.

El gobierno debe moverse a crear las condiciones necesarias para traer a Puerto Rico la producción de empresas multinacionales estadounidenses en mercados internacionales, particularmente en China y Asia.

El Centro para una Nueva Economía (CNE) presentó este miércoles una propuesta detallada que aboga por desarrollar en Puerto Rico “una política industrial” que permita atraer nuevas producción a la isla, pero también expandir las operaciones existentes como la industria farmacéutica y aeroespacial.

De acuerdo con Sergio Marxuach, director de Política Pública del CNE, el gobierno isleño no tiene que esperar ni por un aval ni un programa del gobierno federal para moverse a buscar estas inversiones. Afirmó que hay estados que cuentan con sus propias estrategias de atracción de capital y producción, al margen de la promesa del presidente entrante, Donald Trump, de repatriar -mediante penalidades como aranceles más altos- parte de la producción que ahora se hace en otros países.

Sería una pena que perdiéramos esta oportunidad. El primer componente es crear esa visión estratégica y eso requiere un ejercicio de cuáles son las ventajas de Puerto Rico, que sí tenemos unas ventajas. También es cierto que no podemos hacer todo. Pero eso requiere un análisis bien honesto de nuestras ventajas, desventajas, las áreas de oportunidad, la capacidad de las instituciones y del gobierno para aprender, generar inteligencia y evolucionar”, afirmó Marxuach.

El informe del CNE, titulado “La oportunidad de una generación para Puerto Rico”, establece que, aunque no existe, ahora mismo, un plan concreto del gobierno para aprovechar la coyuntura histórica que representa la política de atracción de producción industrial en Estados Unidos, la isla está en un momento idóneo para poner la mira en ese sector de la economía.

“En primer lugar, el proceso de reestructuración de la deuda ha terminado. El Plan de Ajuste (PDA) certificado proporcionó un alivio significativo de la deuda para la isla, al recortar la deuda del Estado Libre Asociado en aproximadamente un 50%”, indica el informe. “Lo que sí está claro es que la viabilidad a medio y largo plazo del plan depende de que se reactive el crecimiento económico en Puerto Rico”.

Sin embargo, Marxuach afirmó que no ha visto nada, ni en el gobierno actual ni en las promesas del gobierno entrante de Jenniffer González, que apunten a que se está encaminando una política industrial, con la mira puesta en atraer nuevas líneas de producción industrial o ampliar las existentes.

“Si vemos un cambio en la política de Estados Unidos, sea a través de los aranceles de Donald Trump o los incentivos de Joe Biden, para traer a Estados Unidos o a territorio americano esta manufactura, hay una oportunidad para Puerto Rico que no creo que estemos explotando y no veo ningún plan (cuando termine) la reconstrucción”, expresó el abogado. “¿Qué vamos a hacer con una infraestructura que presumiblemente va a ser de alta calidad, del Siglo 21? ¿Después de eso, qué? ¿Cuál es el plan?”.

Aunque con matices y ópticas distintas entre republicanos y demócratas, la pandemia del Covid-19 sirvió para que buena parte del liderato político en Estados Unidos evolucionara en sus posturas hacia la globalización y diera paso a lo que se describe como una estrategia de repatriación de la producción industrial. Una vez la pandemia del Covid-19 interrumpió el ciclo de producción, se crearon disloques en la cadena de suministros de Estados Unidos que, a menudo comienza en Asia, y que afectaron la manufactura de múltiples bienes e incluso, resultaron en la escasez de productos para consumidores.

Los eventos dieron paso a la aprobación de leyes e incentivos dirigidos a atraer producciones industriales específicas a Estados Unidos (”onshoring”) o cerca de Estados Unidos (”nearshoring”), como los semiconductores. El alza arancelaria propuesta por Trump busca, de igual forma, que productores estadounidenses relocalicen su producción a Occidente para así librarse de pagar más impuestos cuando sus bienes entren a la economía estadounidense.

Colaboración con el sector privado

Una apuesta renovada a la producción industrial como la que propone el CNE si bien precisa de colaboración con el sector privado, tal unidad de fuerzas incluye la preocupación de la corrupción que mancha las relaciones entre lo público y lo privado, reconoce el estudio.

“La colaboración con el sector privado es extremadamente compleja, ya que requiere la capacidad por parte del estado de coordinar iniciativas y programas entre los distintos organismos gubernamentales encargados de la política industrial y, en segundo lugar, entre dichos organismos y los actores claves del sector privado”, reza el informe.

Otras razones para el fracaso de un modelo de colaboración cuasipúblico podría ser la insistencia de los nuevos gobiernos de deshacer o descabezar los programas iniciados por administraciones anteriores, impidiendo así un progreso natural.

Pero, según el CNE, la relación política de Puerto Rico –o las intenciones del presidente entrante– no son razón para paralizar un esfuerzo concertado. Recuerda el estudio que “Puerto Rico lleva décadas negociando acuerdos de inversión con empresas multinacionales y, en cuanto a recursos, el presupuesto consolidado ya destina miles de millones de dólares tanto en gasto directo como en incentivos oficiales al desarrollo económico”.

Donde Puerto Rico ha fallado ha sido en establecer vínculos entre el sector extranjero y el nacional, en permitir transferencias efectivas de conocimiento a los productores nacionales y en coordinar eficazmente el gasto público en desarrollo económico, que generalmente se lleva a cabo de forma fragmentada”, establece el análisis del CNE.

Cuál es el fuerte de Puerto Rico

Enrique Figueroa, investigador asociado del CNE explicó que –según el análisis y la investigación que han realizado– Puerto Rico ya tiene terreno fértil en varias industrias como la manufactura de equipo médico, el sector aeroespacial y el desarrollo de químicos.

El CNE midió entonces cuáles de las industrias que ya están en la isla tienen mayor potencial de crecimiento y cuáles de las que tienen una participación menor, cuentan con un espacio para crecer.

Los sectores que podrían crecer más fácilmente incluyen la manufactura de textiles, particularmente los más complejos, recubiertos de plástico, las tablas de circuitos que se colocan dentro de los equipos electrónicos, las paletas de pruebas para realizar análisis (similares a las pruebas para detectar el Covid-19) y los instrumentos para las máquinas de análisis químico, como las utilizadas en el aeropuerto.

“La idea es coger unos puntos y mirar cuáles son más prometedores, dónde está la actividad. Eso conlleva hacer un trabajo de campo, hablar con los empresarios”, explicó Figueroa.

Marxuach, en tanto, apuntó que la Junta de Supervisión Fiscal (JSF) y José Pérez Riera como su coordinador de Revitalización, han dicho que realizan gestiones dirigidas a atraer desarrollo a la isla, pero sin que se conozca nada sobre tales esfuerzos.

“El sector privado no lo puede hacer solo. Esa es la gran falla del modelo de la (JSF) porque, por más poderes que tienen, no pueden ejecutar”, aseveró Marxuach.



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