Las trabajadoras de esta empresa ubicada en el barrio Río Prieto en Yauco, elaboran pasteles y alcapurrias artesanales desde su pequeña fábrica Yauco
Las trabajadoras de esta empresa ubicada en el barrio Río Prieto en Yauco, elaboran pasteles y alcapurrias artesanales desde su pequeña fábrica Yauco
26 de agosto de 2021 - 11:40 PM
Cerca de una decena de féminas del barrio Río Prieto en el sector Carrizales de Yauco, acuden diariamente a lo que fue un plantel escolar en desuso para elaborar pasteles y alcapurrias artesanales a través de una agroindustria comunitaria que inició en el 2010. Se trata de Delicias de la Montaña, un concepto impulsado por la organización Acción Social de Puerto Rico con el propósito de impactar a una comunidad aislada para promover la agricultura y el empleo, mediante la asignación de fondos provenientes de Ley de Recuperación y Reinversión de América (ARRA, por sus siglas en inglés).
Desde allí, estas mujeres amasan los sueños que alimentan a sus respectivas familias y a casi un centenar de trabajadores que se nutren de su apasionada labor, pues la materia prima de sus productos proviene de las cosechas de agricultores de Yauco, Sabana Grande, Adjuntas, Lares, Jayuya y Maricao, entre otros. Esto, para confeccionar pasteles de yuca y guineo, rellenos de cerdo, pollo, vegetales, bacalao, además de una exquisita variedad de alcapurrias.
“Nosotros utilizamos guineo, hacemos el sofrito allí mismo y le compramos pimientos, recao, cilantrillo… todo lo que los agricultores nos puedan traer que podamos utilizar. También nos traen hojas de guineo, porque los pasteles son en hojas y ellos las traen amortiguadas de la finca y nosotros acá la tratamos, le damos la limpieza y la procesamos”, explicó la administradora del proyecto, Ixa Mariely Bermúdez Tollinchi.
Antes de empezar la operación hace casi una década, tuvieron que habilitar la estructura que ahora convirtieron en una fábrica comunitaria y luego, les proporcionaron los equipos y cubrieron cuatro meses de nómina. Todo hasta que estuvieran listas para tomar las riendas del proyecto y ser autosuficientes. Y así lo lograron, a pesar de los embates de la naturaleza con el huracán María, los terremotos y la pandemia del COVID-19, entre otros retos que han enfrentado en los pasados años.
“Ellos nos ayudaron primero con la compra de algunos equipos, nos dieron los primeros cuatro meses de salario y luego de eso, nosotros seguimos trabajando y con lo que generamos, cubrimos todos los gastos ya sea de nómina, los derechos del empleado, más compramos la materia prima, permisología y subsistimos con todo eso. Tenemos nueve empleos directos… solo hay un hombre que es mensajero, chofer y se encarga de mantenimiento. Todas las demás somos mujeres. Yo trabajo el aspecto administrativo, control de calidad, secretaria, entre otras y las demás personas están produciendo en la cocina”, expuso Bermúdez Tollinchi.
Asimismo, señaló la importancia que representa la agroindustria para su comunidad, pues la mayoría de las trabajadoras son jefas de familia y muchas no contaban con experiencia de empleo.
“Ha sido un gran impacto para la comunidad porque, además de los empleos, nosotros ayudamos aquí a los que nos llevan la materia prima y en la comunidad muchos son retirados y hay gente que ha creado otros negocios por esta iniciativa que tenemos. Puedo decir que en empleos indirectos son más de 100 porque se han impactado tanto los agricultores de Yauco como agricultores de otros pueblos. Nosotros ahora mismo tenemos personas que nunca tuvieron una experiencia de trabajo, ya sea porque le exigen un alto grado de educación, una profesión, y allí tenemos muchas agricultoras, casi todas son jefas de familia y tenemos sobrevivientes de cáncer. Tenemos personas que hasta compraron su casita y carro con ese empleo y se superaron a través de esa ayuda que se le ha dado por el trabajo que han realizado aquí”, manifestó la administradora al señalar que casi todas las trabajadoras están desde el inicio del proyecto.
Mencionó que, a pesar de que son empleos a tiempo completo, en ocasiones, las situaciones que se presentan les ha obligado a reducir sus horas de trabajo a 24 horas.
“Para el huracán fue difícil, no lo puedo negar, pero a los dos o tres meses ya estábamos trabajando nuevamente. Con los terremotos sí nos afectaron en algunas partes y con la pandemia, pues, seguimos. Nos basamos en las regulaciones y las cosas que se están requiriendo, las normas, pero continuamos. Nosotros tratamos de tener o siempre ellos tienen sus beneficios. Tratamos de que al menos tengan sus 24 horas semanales. Cuando hay alguna situación como la que hemos pasado, los empleos se convierten en parciales. Por eso hemos tenido que hacer esos ajustes, pero estos son empleos a tiempo completo y siempre tratamos de trabajar las 40 horas”, detalló Bermúdez Tollinchi.
Así, luchan a diario para echar hacia adelante a sus familias con el fruto elaborado en sus manos y que, además, proporciona felicidad a todo aquel que lo recibe.
“Normalmente en la mañana, los agricultores nos llevan la materia prima fresca; desde las 7:00 de la mañana los agricultores ya están allí, con las hojas, componentes del sofrito, tempranito y entonces, unos empiezan a procesar lo que lleva el agricultor, y otros empiezan a picar la carne, el proceso de la masa, ellos nos llevan también el guineo molido y nosotros empezamos a prepararlo para hacer la masa. Por lo regular, estamos de lunes a viernes de 7:00 (a.m.) a 3:30 de la tarde en los días regulares, pero en Navidad, que es el tiempo más fuerte, trabajamos algunos sábados, estamos más de las 3:30 de la tarde, según la demanda lo amerite”, agregó.
Sin embargo, aunque las condiciones atmosféricas sean las idóneas, uno de los problemas que tienen para darle continuidad a la operación, son las constantes interrupciones en el servicio de energía eléctrica.
“(El problema) se está volviendo común, pero, aunque tenemos planta, alguna maquinaria que se necesita para mover las masas y eso, se nos hace difícil porque genera mucha energía y, casi siempre, lo que hacemos es que tenemos los productos frescos. Depende las actividades que tenemos y lo que sabemos que vamos a vender localmente, pues, mantenemos esa producción por si viene un tiempo malo o siguen los problemas con la luz, pues, no estemos tan afectados”, reveló.
Por eso, estas trabajadoras yaucanas necesitan un generador eléctrico que les permita cumplir con las expectativas de la operación.
“Ahora mismo, estamos trabajando algunas propuestas para obtener ya sea una planta eléctrica de mayor voltaje o un sistema de placas solares porque necesitamos esa ayuda para no tener más problemas con la operación por la situación de la luz porque ya eso se está haciendo uso y costumbre. También eso nos daña los equipos. Llevamos ya varios años con eso. Estamos solicitando una planta de 30 a 40 kilovatios, porque cuando se va la luz, también se nos va el agua porque las plantas (de la AAA) trabajan con energía eléctrica”, acotó Bermúdez Tollinchi.
Las Delicias de la Montaña se consiguen todos los días en la Placita de Yauco, frente a la alcaldía. También participan del concepto “La Placita en Plaza”, en Plaza Las Américas, en el tercer nivel, dos fines de semana al mes y, en Plaza del Caribe en Ponce, de viernes a domingo. Allí también se venden hervido, listos para su consumo.
Para colaborar con este proyecto u obtener más información sobre los productos, puede llamar al (787) 213-0008 o el (787) 291-9486. También puede visitar la fábrica en la carretera PR-374, km. 5.1 del barrio Río Prieto, sector Carrizales de Yauco.
La editora de Negocios Joanisabel González explica los temas económicos más importantes a nivel local e internacional.
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