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Familia Otero: cepa de emprendedores fajardeños

Los 12 hijos de esta familia han sabido levantar más de una decena de negocios exitosos que trascienden los límites del pueblo, emulando la gesta de su patriarca, el comerciante Samuel Otero y su esposa, Emilia Crespo

9 de junio de 2022 - 11:40 PM

Nota de archivo
Esta historia fue publicada hace más de 3 años.

Perpetuar el legado del patriarca de la familia, Samuel Otero, que en el 1986 emprendió con éxito en el mundo de los negocios, es hoy el objetivo de 12 hermanos fajardeños que han levantado operaciones comerciales en distintas áreas y que son reconocidos en el pueblo por sus trayectorias.

Desde colmados, barbería, gomera y hasta una finca con ganado para la venta de carnes, fueron algunos de los negocios que Otero levantó para sustentar a su familia y que, además, utilizó como mecanismo para introducir a sus hijos en la industria comercial.

“Tuve un hermano y abuelos comerciantes, la cuestión de la vena de comerciantes viene de bien atrás. Mientras yo trabajaba en supermercados, decidí irme a trabajar por mi cuenta. Ahí empecé con Sammy Meat Market”, expresó Otero, padre, sobre sus inicios.

Y, mientras se desenvolvía en su faena, su esposa Emilia Crespo atendía a sus 12 hijos: 7 varones y 5 mujeres, pero –además– trabajaba en un negocio de costura de ropa que estableció en su hogar. Así, Magdaris, Glenis, Samuel, Henry, Neftalí, Emily, Arelis, Judith, Eric, Isaí, Benjamín y Efraín, en ese orden, aprendieron en los diferentes negocios de la familia.

“Papi estuvo un tiempo bien ajetreado y teníamos que ayudarlo. Cuando Papi empezó en el negocio tenía dos fincas, había que ir al matadero…También Papi cogió un contrato en un hospital para venderle vegetales y había que ir a la 1:00 de la mañana a comprar vegetales y teníamos que ir a la escuela”, recordó Samuel, el primer varón de la familia y quien desde el 2010 administra un negocio que era de su padre, Colmado Sammy, ubicado en el barrio Paraíso de Fajardo.

Somos Fajardo
Somos Fajardo (El Nuevo Día)

Asimismo, recordaron algunas de las situaciones imprevistas del negocio que obligaban a Otero a cambiar su rutina y la de sus hijos. “Cuando íbamos camino a la escuela, había vacas afuera y había que recogerlas”, dijo Benjamín, quien tiene una renta residencial en el edificio donde su padre tuvo su primer colmado. Mientras, Magdaris recordó cuando iba a la Universidad de Puerto Rico (UPR) en Humacao en una guagua repleta de vacas. “Yo iba en la troca de Papi con las vacas a la universidad porque él iba a llevarlas al matadero”, rememoró la hermana mayor, quien siempre soñó con ser comerciante y fue la primera de la casa en establecer un negocio para el año 1999: la Panadería Cresto Denia, que ubicó en Ponce.

Neftalí, por su parte, adquirió en el 2012 la Panadería la Nueva Mollie, en Fajardo. Eric, tiene desde el 2014 a su cargo el Colmado Cafetín Los Reales, en Ponce.

“En mi caso, yo atendía la gomera y recortaba allí. También entregaba las compras a los clientes en sus casas. Papi montaba losas, construcción, electricidad, mecánica, hojalatería. Era soldador, carnicero, comerciante, guardia de seguridad. Nosotros pintábamos carros y macaneábamos también. Esa habilidad de saber de todo nos ha ayudado”, expuso Eric.

Mientras, Judith se inclinó por impulsar el establecimiento de un hogar de ancianos y desde el 2008 opera el Hogar Dios Con Nosotros. “Realmente yo comencé a trabajar en el hospital y vi la necesidad de los viejitos con descontrol en medicamentos. Entonces, mi abuelo comienza con Alzheimer y Mami sola con todo… ahí es que tomo la decisión de establecer un centro de envejecientes”, dijo.

Entonces, Isaí emprendió en el mundo de la construcción y estableció el negocio Fascias Del Este, en el que construye fascias y realiza todo tipo de trabajos en “gypsum board” y PVC.

“A mí lo más que me gusta es ver la satisfacción de las personas. Ellos bien contentos dándome las gracias porque se le hace realidad sus sueños”, dijo Isaí.

Otra de las claves del éxito de esta familia es la colaboración entre sí.

“Se me ocurre un día, ya que nos gustaba el café, montar en el negocio de mi hermano Efraín como un área de café, y mi hermano, que siempre tiene tantas ideas, me dijo que aprovechara un espacio que tenía para montar un vagón… y así montamos el Cafecito Rústico en Luquillo”, dijo Glenis, quien lleva toda su vida en el servicio público, ya que es vicealcaldesa del municipio de Fajardo, y decidió emprender en el 2016.

“A lo mejor lo vemos como una vena comercial, pero lo que hay es una bendición que ha surgido de estas dos figuras (sus padres) que son los pilares de esta familia y que oran todos los días por nosotros y sabemos que hay un ángel de Dios”, agregó. En el caso del menor de los 12 hermanos, Efraín, en el 2013 logró establecer su restaurante en Luquillo. “Siempre fue mi sueño tener mi propio restaurante, ya que me encantaba la cocina y estudié en la Escuela Hotelera. Mis hermanos siempre estuvieron ahí, me ayudaron y me motivaron. Cada vez que nos reuníamos surgían ideas de dónde iba a ser (el restaurante). Me decían ‘va a ser un palo, la gente va a hacer fila para entrar’ y, al sol de hoy, ha sido así gracias a Dios”, expresó Efraín, dueño de El Hamberguito & Steak House.

Al encuentro familiar con Somos Puerto Rico, no pudieron asistir tres de los 12 hermanos: Henry, quien vive en Florida y labora como supervisor de una reconocida cadena de supermercados; Arelis, quien está en planes de establecer una estética, y Emily, quien es psicóloga y profesora.

“Yo le serví de inspiración a ellos porque ellos trabajaban conmigo. Corrían entre las reses conmigo. Yo trabajaba los siete días, salía del negocio y me iba a bregar con las reses. No era fácil, pero se pudo”, afirmó el patriarca de la familia.

Conoce más historias de nuestros pueblos en Somos Puerto Rico.



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