Por seis décadas, la familia Torrado ha dedicado su vida a la producción de leche de calidad para los hogares puertorriqueños a través de Hatillo Dairy, una finca de 70 cuerdas donde crían y ordeñan cientos de vacas.

Allí, se encargan de alimentar y cuidar al ganado desde que nace hasta que paren sus crías, en busca de garantizar su mejor estado a la hora de extraer leche cruda.

En sus instalaciones, cuentan con un hospital, guardería, camas de arena y la maquinaria requerida para obtener el alimento. Además, poseen una pequeña fábrica, donde confeccionan yogur y quesos bajo la marca De la Crema, en una amplia operación que, junto con las fincas, emplea cerca de 30 personas.

De acuerdo con Glorimel Torrado García, quien pertenece a la cuarta generación de ganaderos en su familia, producen leche grado A desde que sus bisabuelos fundaron la vaquería en 1960.

“Hace cerca de ocho años, se fundó la empresa Hatillo Nova Lact, que elabora quesos y yogures bajo la marca De la Crema, que es una empresa aparte a la vaquería. Tenemos aproximadamente 250 a 300 vacas en la línea del ordeño. La mayor parte de la leche va a la producción de la industria lechera para que llegue a los hogares puertorriqueños y la puedan consumir”, esbozó la mujer de 34 años.

“Una parte de la leche llega aquí, a la fábrica de quesos y yogures, para comenzar el proceso que luego se convierte en un producto terminado bajo la marca De la Crema. Mientras que, en la vaquería, se produce leche cruda, que va a comenzar el proceso en San Juan en la fábrica de Suiza Dairy, en nuestro caso”, agregó.

La familia Torrado realiza recorridos en su propiedad desde 2016, con el propósito de educar a la ciudadanía sobre la importancia de la industria ganadera en el país, mientras muestran las áreas destinadas para el cuidado de becerros y vacas en todas sus etapas.

El proceso de ordeño en esta vaquería es a las 4:00 a.m. y 4:00 p.m., ya que, al ser las horas con menos calor, la producción de la leche aumenta.

“A eso de las 3:30, tanto por la mañana y por la tarde, las vacas están cerca de los portones porque la ubre les pesa y, cuando van al ordeño, es un refuerzo positivo porque ahí se liberan de ese peso”, señaló.

“Cuando las vacas están en estrés, producen menos leche, así que lo que queremos hacer es en una hora en que no haga mucho calor porque eso también baja la producción de leche, y a una hora que no haya camiones pasando para que la operación esté lo más disminuida posible y que haya menos interrupciones. Por eso, es tan temprano y tan tarde”, explicó Torrado García.

El área destinada a la extracción de entre 10 y 20 litros de leche por cada vaca, abundó la ganadera, es sometida a un proceso de desinfección constante para asegurarse que el espacio esté limpio “porque se trabaja con el producto que luego va a ser de consumo humano”.

Sin embargo, no todas las vacas están en proceso continuo de ordeño, pues algunas son separadas para brindarles los cuidados veterinarios que ofrece el padre de Torrado García, quien ejerce esa profesión y se especializa en reses.

Torrado García mencionó, además, que cuentan con el apoyo del Programa de Extensión Agrícola para garantizar la pureza del pasto que siembran en otra finca de su propiedad, en el Valle de Lajas.

“Durante el día, las tenemos en unos ranchos, que son camas de arena, porque se supone que produzcan cinco litros más de leche que si estuvieran sueltas. Les tenemos que proveer el alimento, pasan menos calor, están más frescas y se mantienen más limpias”, sostuvo.

Otro aspecto que destacó es que las vacas, de raza Holstein y Jersey, están clasificadas en las categorías de bajas y altas productoras.

“Las bajas productoras están (en cuanto a producción) entre 10 a 15 litros de leche al día, se ordeñan dos veces al día todo el año, no importa si es feriado o pasa un huracán. Duran aproximadamente de 10 a 15 años en producción de leche, y las altas productoras están entre 15 a 20 litros de leche al día”, precisó.

Asimismo, reveló que la fábrica de quesos y yogures está en proceso de expansión, lo que permitirá una experiencia adicional para el visitante.

“Aquí, elaboramos queso fresco y queso para freír, que es un poquito más salado y duro. También, hacemos un tipo de queso añejado que se llama Queso Don Tite, es en forma de tetilla, lo hacemos con trufa o simple”, indicó.

“Nuestros yogures se pueden congelar y mantenerse por el tiempo que la persona decida. No tienen conservantes, su largo de vida es aproximadamente 12 días. Todos son con frutas tropicales de agricultores locales, es un yogur tipo griego que se come con cucharita, y casi todos ya tienen la fruta dentro”, acotó.