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Las cervezas artesanales de Quebradillas

El negocio Cold Blood Brewery, que nació de la diversión, asiste a otros a iniciar en el mundo del empresarismo

7 de junio de 2023 - 10:31 AM

Nota de archivo
Esta historia fue publicada hace más de 2 años.
El área de los tanques de fermentación de las más de 20 cervezas artesanales que se producen en esta empresa ubicada en el casco urbano del pueblo. (Jorge A Ramirez Portela)

Cuando Maribelisse Nazario Muñoz y su esposo Juan Carlos Alejandro Negrón idearon el concepto de creación y venta de cervezas artesanales, Cold Blood Brewery, concluyeron que los nombres de sus productos debían honrar los lugares emblemáticos de Quebradillas.

De esta forma, darían a conocer los puntos turísticos más importantes, utilizando la cerveza como excusa para recorrer la llamada ‘guarida del pirata’, además de concienciar a la ciudadanía sobre la protección de especies endémicas en peligro de extinción.

Sin embargo, la elaboración de cervezas artesanales con una producción semanal de 186 galones y casi una veintena de refrescantes alternativas, no estaba en el radar de este matrimonio que comenzó a confeccionar la bebida en su casa, con el propósito de divertirse y compartir con sus amistades.

Todo empezó en 2012, cuando Maribelisse le regaló a su marido un equipo para hacer cerveza casera.

Los ingenieros  Juan Carlos Alejandro Negrón y Maribelisse Nazario Muñoz, esposos y propietarios de Cold Blood Brewery, nacida en el 2018.
Los ingenieros Juan Carlos Alejandro Negrón y Maribelisse Nazario Muñoz, esposos y propietarios de Cold Blood Brewery, nacida en el 2018. (Jorge A Ramirez Portela)

“Uno no puede seguir jangueando tanto y buscamos un ‘hobby’ para estar en casa y empezamos a hacer cerveza casera. Seguimos hasta que, en 2017, hubo unas competencias de ‘home brewers’ en Bayamón y decidimos participar. Llevamos una cerveza de nosotros y para sorpresa nuestra, obtuvimos el primer lugar”, relató la fémina de 48 años.

“Básicamente, ahí nos dejan saber que estamos haciendo algo bien, porque antes, el relajo era que siempre llevábamos cerveza para todas las actividades con las amistades y todo el mundo decía que la cerveza estaba bien buena. Era un vacilón hasta que ganamos ese primer lugar”, recordó Juan Carlos, de 47 años.

Así las cosas, el camino de esta pareja especialista en tecnología de ingeniería electrónica, dio un giro total pues, hasta ese momento, elaboraban la cerveza a modo de pasatiempo.

De hecho, durante años se dedicaron a desarrollar negocios tales como una tienda de bicicletas, una gasolinera y hasta la distribución de alimentos para animales.

“Como siempre tenemos la mente detrás de los negocios, pensamos llevar esto a otro nivel. Y ya en el trabajo de ella (en una empresa manufacturera), se veía que había recorte de personal y decidimos intentarlo, por si acaso algún día pasaba algo, ya tenemos esto corriendo y pues, pasó”, mencionó.

El negocio familiar que ahora cuenta con ocho empleados nació en 2018 con la incorporación de la empresa. No obstante, cuando obtuvieron los permisos para operar, llegaron los temblores de 2020, seguidos por la pandemia del Covid-19.

“Resultó que para ese tiempo cerraron las barras. Pero como teníamos permiso de manufactura, podíamos vender el producto en envases cerrados para llevar. Aprovechamos la oportunidad y comenzamos a envasar las cervezas en botellas de 32 onzas”, agregó Nazario Muñiz, oriunda de San Juan.

El éxito alcanzado les obligó a contratar más personal pues tenían que aumentar la producción.

“El negocio ha sido muy bueno, mejor de lo que esperábamos. La demanda era tanta que nos quedábamos sin cerveza y decidimos comprar un equipo más grande. De 20 galones, ahora tenemos un equipo de tres barriles, equivalente a 100 galones. Ahora tenemos en total ocho empleados, incluyéndonos”, expuso el naranjiteño Juan Carlos.

El catálogo de cervezas contiene 18 variedades; cinco de estas son de temporada y las demás se elaboran durante todo el año. Sin embargo, el detalle más curioso son los nombres que eligieron para cada producto.

“La mayoría de nuestras cervezas tienen que ver con Quebradillas. Una se llama la 00678, que es el código postal del pueblo, y es bien refrescante. Tenemos otra que se llama Puente La Bellaca, se vende muy bien. También contamos con otras que se llaman Puente Blanco, Pirata y la Caracolera, que es el nombre de una playa”, expuso Maribelisse.

“Aquí hacen un festival, en el merendero de Guajataca, que se llama Atlantea Tulita. Por eso, le pusimos a una de las cervezas Tulita, que es la mariposa en peligro de extinción. Igualmente, tenemos la Matabuey, un árbol endémico que está en peligro de extinción”, sostuvo.

De acuerdo con la fémina, “nuestro interés es que, poco a poco, la gente siga conociendo a Quebradillas a través de la cerveza”.

“También estamos concienciando sobre las especies endémicas en peligro de extinción. Queremos ayudar un poco a crear conciencia. Además de crear un espacio donde las personas vienen a pasarla bien, hablar, somos parte de la comunidad quebradillana”, apuntó.

Asimismo, el lugar ofrece un menú de picadera, con opciones tales como: ceviche de mero o pechuga de pollo desmenuzada, servidos con chips de viandas o taco suave.

Mientras que los fines de semana, la pareja presta su espacio para emprendedores, a través del concepto ‘pop up kitchens’, que se define como “un restaurante que surge rápidamente, por un período limitado, y en cualquier lugar”. Ahí presentan alternativas como el sushi, ramen, tacos, hamburguesas, entre otras.

Finalmente, ambos coincidieron en que, una de sus metas es “ayudar a otros a crecer. Por eso, empezamos a ayudar a otros cerveceros a hacer sus propias cervezas”.



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