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Transforman madera local en muebles de calidad

Con cedro, caoba o pino, los artesanos de la fábrica Comaco en Cabo Rojo, llevan sobre 70 años amueblando hogares, comercios y hasta oficinas del gobierno, con piezas únicas hechas a mano

18 de julio de 2022 - 11:40 PM

Nota de archivo

Esta historia fue publicada hace más de 2 años.

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La fábrica de muebles Comaco ubica en Cabo Rojo desde 1952, preservando la tradición de tallar a mano cada pieza que sus clientes le encomiendan.

La fuerza laboral de esta empresa netamente puertorriqueña está compuesta por casi una decena de hombres que hacen las labores artesanales a diario.

Los muebles de Comaco se exportan a los Estados Unidos, y algunos, incluso, han llegado a La Fortaleza.

1 / 13 | Transforman madera local en muebles de calidad. La fábrica de muebles Comaco ubica en Cabo Rojo desde 1952, preservando la tradición de tallar a mano cada pieza que sus clientes le encomiendan. - Isabel Ferré Sadurní

Por Glorimar Muñoz Berly

Desde el 1952, la familia Zapata se ha destacado por el arte de fabricar muebles de madera desde una modesta estructura, ubicada en la carretera PR-312, de Cabo Rojo, bautizada como Comaco.

El espacio, fundado por los hermanos Hilton y Julio Zapata Pérez, ha logrado por más de 70 años, posicionarse entre los mejores fabricantes de muebles del área oeste de la Isla. Desde allí, se hacen piezas a la medida, a mano y en madera, como muebles, camas de pilares, cocinas, roperos y sillones, entre otros.

“Hacemos nuestros muebles por pedidos. Tenemos un catálogo y muchos llegan de todas partes de Puerto Rico y otros de Estados Unidos. Gente que me pide mercancía y se le ha enviado allá. Algunos son boricuas que están allá y compran casa acá, entonces compran aquí los muebles y mandan a hacer las cocinas también”, dijo Exón Zapata Collado, propietario de esta singular empresa desde el 2002.

Casi una decena de hombres hacen las labores artesanales diariamente poniendo a prueba su creatividad y capacidad de innovación para complacer a sus clientes. “Me piden detalles de tallados, grabados, tipo de espejos con adornos tallados. Cada cliente es algo diferente. Aquí se hacen muebles en pajilla, muebles estilo medallón de la época del cuarenta, se hace el mueble criollo, el mueble medallón criollo; se hacen las camas de pilares, los roperos los juegos de cuarto, gabinetes de cocina a la medida, pero todo al gusto del cliente. Utilizamos maderas como la caoba, el cedro y pino. Son como muebles típicos, pero al gusto del cliente”, destacó Zapata.

“Ahora mismo lo más que me piden son los juegos de cuarto de pilares y las cocinas que tienen diferentes precios porque depende de lo que el cliente desee y el tamaño. Se hacen a la medida en caoba con compartimientos que el cliente puede mover ya con las cosas hacia el frente para la comodidad, por si va a coger algo”, agregó.

Otra de las joyas que elaboran las manos de estos caborrojeños son los juegos de salas en medallón con la pajilla en medio; algunos de estos han llegado hasta las oficinas gubernamentales y hasta a La Fortaleza pues desde Comaco se atiende la demanda de los suplidores gubernamentales en este mercado. “Nosotros se los hacemos a las mueblerías y ellos los ponen en venta”, manifestó Zapata al explicar que también suplen a algunos comercios de la zona.

El trabajo que se realiza en Comaco se hace a mano, sin maquinaria; solo con las herramientas necesarias para cortar los pedazos de tronco o madera lisa y la lija para mantener lo más pulida posible la pieza. “Algunos nos piden iniciales, flores y hasta una estrella náutica nos pidieron una vez”, dijo el propietario.

Ya en el interior de la fábrica, entre pedazos de madera, aserrín y pinturas, Somos Puerto Rico conversó con Alberto Vargas, un ebanista que lleva 27 años en el lugar y cuyas manos son responsables de la mayoría de los diseños que se tallan en cada pieza de madera para conformar el mueble solicitado.

“La madera llega, después que yo cojo las medidas del mueble que pidieron; la madera se saca en bruto aquí y se corta en esta sierra a lo largo. Luego hay que cepillarla y se endereza. Después se corta en esa mesa que está allí (señala). Se endereza otra vez aquí y luego se lleva a la otra cepilladora y se endereza para después lijarla. Después uno le va cortando el largo para ir empatando e ir haciendo el mueble. Después de este proceso, ahí es que vienen poco a poco los detalles de las líneas y los diseños”, explicó el hombre que también se encarga de pintar las piezas.

Si en uno de esos procesos la pieza se daña o el diseño que tallan no les queda como desean, ¿qué hacen?, preguntó este diario. “Se comienza de nuevo, en cero. Ese hombre que está ahí (señalando al propietario) revisa toda pieza que sale de esta área y toda debe estar como se solicita”, respondió el ebanista al destacar los controles de calidad en la fábrica.

La fábrica está abierta al público de lunes a viernes de 8:00 a.m. a 4:00 p.m. Para información adicional, puede llamar al (787) 851-1865.