A solo cinco días de que culmine esta temporada de huracanes, la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA), sostuvo que la temporada se caracterizó por una actividad por encima del promedio con un repunte récord tras una pausa en el período típico de alta actividad.

A inicios de la temporada –en junio–, la NOAA pronosticó entre ocho y 13 huracanes, de los cuales entre cuatro y siete podrían llegar a ser de categoría tres o más. De igual forma, la agencia indicó sobre la posible formación de 24 tormentas nombradas, una cifra que no fue tan distante del panorama climatológico que se concretó.

De acuerdo con la NOAA, la cuenca atlántica registró, este año, 18 tormentas con nombre, cuyos vientos ostentaban 39 millas por hora (mph) o velocidades superiores.

Once de esos sistemas se convirtieron en huracanes con vientos que alcanzaban o sobrepasaban las 74 mph, mientras que cinco se intensificaron hasta convertirse en huracanes de gran intensidad con vientos de 111 mph o superiores. Cinco de estos ciclones tocaron tierra en Estados Unidos, dos de ellos como huracanes de gran intensidad.

Según la agencia, la actividad estacional en el Atlántico se situó dentro de los rangos previstos de tormentas con nombre y huracanes publicados por el Centro de Predicción Climática de la NOAA.

“A medida que los huracanes y los ciclones tropicales continúan desatando fuerzas mortales y destructivas, está claro que la ciencia y los servicios críticos de la NOAA son más necesarios que nunca para las comunidades, los responsables de la toma de decisiones y los planificadores de emergencia”, sostuvo en declaraciones escritas el Administrador de la NOAA, Rick Spinrad.

Una temporada media produce 14 tormentas con nombre, siete huracanes y tres grandes huracanes. Desde mayo de este año, la dependencia advirtió que esta temporada de huracanes sería una hiperactiva y potencialmente peligrosa para la cuenca del océano Atlántico.

De hecho, la NOAA había indicado que el 2024 solo tenía un 10% de posibilidad de ser una temporada normal. Sin embargo, el panorama previo al mes de septiembre parecía indicar que los pronósticos iniciales no se concretizarían ante una leve pausa en la actividad.

En ese momento, el meteorólogo del SNM, Emanuel Rodríguez, indicó a El Nuevo Día que algunos factores estaban afectando el desarrollo de las ondas tropicales que salen de África hacia Puerto Rico, “por ejemplo, de donde nacen las ondas tropicales en África, esa zona se movió sobre el desierto del Sahara y está trayendo lluvia sobre esa región”.

No obstante, el pronosticador principal de huracanes en la NOAA, Matthew Rosencrans, señaló que :“la impactante y mortífera temporada de huracanes de 2024 comenzó intensamente, luego se relajó un poco antes de volver a rugir”.

Doce tormentas con nombre se formaron tras el pico climatológico de la temporada a principios de septiembre y siete huracanes se formaron en el Atlántico desde el 25 de septiembre, la mayor cantidad registrada en este período, señaló la entidad.

La temporada de huracanes empezó temprano y violentamente con el huracán Beryl, el huracán categoría 5 que más temprano se ha formado en récord. Este sistema causó inundaciones significativas en partes de Texas y Luisiana tras tocar tierra como tormenta de categoría 1.

Posteriormente, el huracán Helene tocó tierra, el 26 de septiembre, como categoría 4 en la costa del Golfo de Florida. Helene causó inundaciones catastróficas en el sur de los Apalaches, daños generalizados por el viento desde la costa del Golfo hasta las montañas de Carolina del Norte e inundaciones por marejada ciclónica en partes del oeste de Florida.

De acuerdo con la NOAA, los datos preliminares indican que Helene fue el huracán más mortífero que afectó a Estados Unidos desde Katrina en 2005, con más de 150 víctimas mortales directas, la mayoría de las cuales se produjeron en Carolina del Norte y Carolina del Sur.

De igual forma, Helene marcó la primera vez que el Centro Nacional de Huracanes (NHC) de la NOAA pronosticó que un sistema se convertiría en un huracán mayor antes de convertirse en depresión tropical o tormenta tropical.

El 9 de octubre, el huracán Milton tocó tierra como categoría 3 cerca de los cayos de Florida, y produjo 46 tornados. El ciclón además causó lluvias torrenciales e inundaciones localizadas con precipitaciones totales de entre 10 a 15 pulgadas, y en algunas zonas superiores a esta cantidad.

La dependencia federal resaltó que la tasa de intensificación rápida de Milton fue una de las más altas jamás observadas, con un aumento de 90 millas por hora en la velocidad del viento durante un período de 24 horas.