La Marina de Guerra de los Estados Unidos continúa este miércoles con la búsqueda de dos miembros de la tripulación que piloteaba un avión de combate que se estrelló el martes en el estado de Washington durante un vuelo de entrenamiento de rutina.

El avión, un EA-18G Growler del Escuadrón de Ataque Electrónico, se estrelló al este del Monte Rainier a aproximadamente las 3:23 p.m. del martes, según la Estación Aérea Naval de Whidbey Island.

Los equipos de búsqueda, que incluyen un helicóptero MH-60S de la Marina estadounidense, despegaron desde esa estación aérea para examinar el lugar del accidente y tratar de encontrar a la tripulación.

Las autoridades locales del condado de Yakima se unieron a los investigadores de la Marina mientras examinaban un área a unas 30 millas al oeste de Yakima, indicó la Marina en un comunicado de prensa.

Hasta el mediodía del miércoles no se habían encontrado los restos del avión ni a la tripulación, dijeron los funcionarios.

Portavoces de esa rama de las Fuerzas Armadas dijeron que no sabían con certeza si los dos miembros de la tripulación lograron eyectarse antes del accidente, que sigue bajo investigación.

La búsqueda del miércoles se realizó en un clima lluvioso y nublado cerca del Monte Rainier, un volcán activo imponente que está cubierto de campos de nieve y glaciares durante todo el año.

El EA-18G Growler es un aeroplano similar al F/A-18F Super Hornet e incluye sofisticados dispositivos de guerra electrónica. La mayoría de los escuadrones Growler tienen su base en Whidbey Island y otro escuadrón tiene su base en la Estación Aérea del Cuerpo de Marines de Iwakuni, Japón.

Los “Zappers” fueron desplegados recientemente en el portaaviones USS Dwight D. Eisenhower.

La primera producción del Growler fue entregada a Whidbey Island en 2008 y en los últimos 15 años ha operado en todo el mundo apoyando importantes acciones militares, indicó la Marina.

El avión tiene un piloto en la cabina principal y un operador electrónico en la cabina posterior.

“El avión EA-18G Growler que volamos representa la tecnología más avanzada en ataque electrónico aéreo y se erige como la primera línea de defensa de la Marina en entornos hostiles”, dijo la Marina en su sitio web mientras destacó que cada avión cuesta alrededor de $67 millones.

Los ejercicios de entrenamiento y los viajes en aviones militares pueden ser peligrosos y, a veces, resultan en accidentes, lesiones y muertes.

En mayo, un avión de combate F-35 que se dirigía desde Texas a la Base de la Fuerza Aérea Edwards cerca de Los Ángeles se estrelló después de que el piloto se detuviera para reabastecerse en Nuevo México. El piloto era la única persona a bordo en ese caso, y fue llevado a un hospital con heridas graves.

El año pasado, ocho miembros del servicio del Comando de Operaciones Especiales de la Fuerza Aérea de Estados Unidos murieron cuando un avión CV-22B Osprey en el que volaban se estrelló frente a la costa de Japón.