

4 de marzo de 2025 - 10:54 AM
El presidente Donald Trump se presentará el martes ante una sesión conjunta del Congreso para ofrecer un recuento de sus turbulentas primeras semanas en el cargo mientras una nación dividida lucha por mantener el ritmo, con algunos estadounidenses temiendo por el futuro del país mientras otros lo aclaman.
Será el último hito en la toma total de la capital de la nación por parte de Trump, donde la Cámara de Representantes y el Senado, liderados por los republicanos, han hecho poco para frenar al presidente mientras él y sus aliados trabajan para reducir drásticamente el tamaño del gobierno federal y rehacer el lugar de Estados Unidos en el mundo. Con un férreo control de su partido, Trump se ha envalentonado para tomar medidas radicales tras superar procesos de destitución y enjuiciamientos penales.
La Casa Blanca dijo que el tema de Trump sería la “renovación del sueño americano”, y se esperaba que expusiera sus logros desde que regresó a la Casa Blanca, además de apelar al Congreso para que proporcione más dinero para financiar su agresiva represión de la inmigración.
“Es una oportunidad para que el presidente Trump, como sólo él puede hacerlo, exponga el último mes de logros y realizaciones sin precedentes”, dijo el asesor Stephen Miller.
Los demócratas, muchos de los cuales no asistieron a la toma de posesión de Trump en enero, dejaron de lado los llamamientos al boicot en su lucha por encontrar una respuesta eficaz al presidente.
En su lugar, optaron por destacar el impacto de las acciones de Trump invitando como invitados a trabajadores federales despedidos, entre ellos un veterano discapacitado de Arizona, un trabajador sanitario de Maryland y un empleado forestal que trabajaba en la prevención de incendios forestales en California. También invitaron a personas que se verían perjudicadas por los fuertes recortes presupuestarios federales a Medicaid y otros programas.
“En lugar de centrarse en las familias estadounidenses y los problemas de la mesa de la cocina, el primer mes del presidente Trump en el cargo se ha centrado en recortes de impuestos para multimillonarios, pagados por las mismas personas a las que prometió ayudar”, dijo el líder demócrata del Senado, Chuck Schumer, en un comunicado.
Trump también tenía previsto utilizar su discurso para abordar sus propuestas para fomentar la paz en Ucrania y Oriente Medio, donde ha dado un vuelco sin contemplaciones a las políticas de la administración Biden en cuestión de pocas semanas. El lunes, Trump ordenó congelar la ayuda militar de Estados Unidos a Ucrania, poniendo fin a años de firme apoyo estadounidense al país para defenderse de la invasión rusa.
Trump apretaba las tuercas tras su explosiva reunión del viernes en el Despacho Oval con el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, mientras el mandatario estadounidense trata de presionar al otrora aliado de Estados Unidos para que abrace conversaciones de paz con su invasor.
En Oriente Medio, las negociaciones para prorrogar el frágil alto el fuego entre Israel y Hamas se han estancado, y Trump propone el desplazamiento permanente de civiles palestinos en Gaza y la “toma del poder” del territorio por parte de Estados Unidos, lo que pone a prueba las alianzas con países de la región y deshace el antiguo apoyo estadounidense a una solución de dos Estados para poner fin al conflicto palestino-israelí.
El discurso de Trump también tendrá como telón de fondo la nueva incertidumbre económica desatada después de que el presidente abriera la jornada con la imposición de duros aranceles a las importaciones de los vecinos y socios comerciales más cercanos del país. Un impuesto del 25% sobre bienes procedentes de Canadá y México entró en vigor justo después de la medianoche del martes -aparentemente para garantizar una mayor cooperación para hacer frente al tráfico ilícito de fentanilo-, lo que provocó represalias inmediatas y desató temores de una guerra comercial más amplia. Trump también elevó al 20% los aranceles sobre los productos procedentes de China.
Todo el escenario del discurso de Trump presentaba un marcado contraste con su último discurso sobre el Estado de la Unión en su primer mandato. Hace cinco años, Trump pronunció su discurso anual justo después de que el Senado le hubiera absuelto durante su primer juicio político y antes de que la pandemia del COVID-19 hubiera arraigado en toda la sociedad. El discurso del martes no se denomina Estado de la Unión porque aún se encuentra en el primer año de su nuevo mandato.
El presidente tenía previsto aprovechar este momento de gran notoriedad para insistir en sus esfuerzos por remodelar el enfoque del país en materia social, ya que pretende seguir erradicando los esfuerzos en favor de la diversidad, la equidad y la inclusión en todo el país y hacer retroceder algunos alojamientos públicos para personas transexuales.
Desde la tribuna, la primera dama, Melania Trump, asistirá a su primer acto público en solitario desde que su marido volvió al poder. Entre sus invitados en la cámara estará Elliston Berry, de 15 años, víctima de una falsa imagen explícita enviada a sus compañeros de clase.
Entre los invitados de los demócratas figura también al menos un guardián del Gobierno destituido por Trump en su intento de colocar a leales en puestos de influencia.
Los legisladores republicanos también están tratando de hacer un punto con sus invitados.
La senadora republicana Joni Ernst, de Iowa, dijo que recibiría a Scott Root, padre de la fallecida Sarah Root, que murió en la noche de su graduación universitaria en 2016 en un accidente vehicular que involucró a un inmigrante que estaba en el país sin autorización legal.
Fuera de Washington, la última ronda de protestas públicas contra Trump y su administración también se desarrollaba el martes. Grupos vagamente coordinados planearon manifestaciones en los 50 estados y el Distrito de Colombia coincidiendo con el discurso de Trump.
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