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17 de febrero de 2025 - 7:46 AM
Washington - El gobierno de Estados Unidos suspendió el despido de cientos de empleados federales que estaban encargados de trabajar en los programas de armamento nuclear del país, un giro que ha causado confusión entre la fuerza laboral y ha desatado advertencias de los expertos de que el recorte de costos por parte del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE por su acrónimo en inglés) pondrá a las comunidades en riesgo.
Tres funcionarios federales que hablaron con The Associated Press dijeron que hasta 350 empleados de la Administración Nacional de Seguridad Nuclear (NNSA por sus iniciales en inglés) fueron despedidos abruptamente el jueves por la noche, y algunos de los cuales perdieron el acceso a su correo electrónico antes de enterarse de que habían sido despedidos, mientras que otros intentaron ingresar a sus oficinas la mañana del viernes solo para darse cuenta que no podían entrar.
Los funcionarios hablaron bajo la condición de anonimato por temor a represalias.
Una de las oficinas más afectadas fue la Planta Pantex cerca de Amarillo, Texas, donde se registraron alrededor del 30% de los recortes. Estos empleados trabajan en el reensamblaje de ojivas, una de las funciones más delicadas de la industria de armas nucleares, con los niveles más elevados de permisos de seguridad.
Los cientos de empleados despedidos en la NNSA formaban parte de los recortes que impulsa DOGE en todo el Departamento de Energía, los cuales pretendían reducir la nómina en alrededor de 2,000 trabajadores.
“La gente de DOGE viene sin ningún tipo conocimiento sobre las responsabilidades de estos departamentos”, dijo Daryl Kimball, director ejecutivo de la Asociación de Control de Armas, refiriéndose al equipo de eficiencia gubernamental de Elon Musk. “Parecen no darse cuenta de que en realidad es el departamento de armamento nuclear más que el Departamento de Energía”.
Para la noche del viernes, la directora interina de la agencia, Teresa Robbins, emitió un memorando en el que se revocó los despidos del 72% de los trabajadores que habían sido parte del recorte.
“Esta carta sirve como notificación formal de que la decisión de despido que se le emitió el 13 de febrero de 2025 ha sido revocada con efecto inmediato”, decía el memorando, al cual la AP tuvo acceso.
Los relatos de los tres funcionarios contradicen un comunicado oficial del Departamento de Energía, en el que se señala que menos de 50 empleados de la NNSA fueron despedidos, llamándolos “empleados en período de prueba” que “ocupaban principalmente papeles administrativos y de oficina”.
Pero ese no fue el caso. Los despidos provocaron una advertencia y un llamado de atención de un alto funcionario de la NNSA.
“Este es un momento crucial. Debemos decidir si en verdad estamos comprometidos a liderar en el escenario mundial o si estamos conformes con socavar los mismos sistemas que aseguran el futuro de nuestra nación”, publicó el director adjunto de división Rob Plonski en LinkedIn. “Recortar la fuerza laboral federal responsable de estas funciones puede ser visto como imprudente, en el mejor de los casos, y como oportunista, en el peor de ellos”.
Aunque algunos de los empleados del Departamento de Energía que fueron despedidos se ocupaban de la eficiencia energética y los efectos del cambio climático, temas que el gobierno de Trump no considera como prioritarios, muchos otros trataban con cuestiones nucleares, incluso si no trabajaban directamente en los programas armamentísticos. Esto incluye la gestión de enormes instalaciones de desechos radiactivos y asegurar que el material en estos lugares no contamine aún más a las comunidades cercanas.
Esto incluye el Laboratorio Nacional del rio Savannah en Jackson, Carolina del Sur; la Instalación Nuclear de Hanford en el estado de Washington, donde los trabajadores aseguran 177 tanques de desechos de alto nivel que fueron resultado del trabajo del lugar en la producción de plutonio para la bomba atómica; y la Reserva de Oak Ridge en Tennessee, un sitio donde se realizó gran parte del trabajo inicial del Proyecto Manhattan, entre otros.
La representante federal por Ohio, Marcy Kaptur, y la senadora federal por Washington, Patty Murray, ambas demócratas, calificaron los despidos como “totalmente insensibles y peligrosos”.
No se pudo contactar al personal de la NNSA que había sido reinstalado, y algunos de ellos sopesan la posibilidad de no volver al trabajo, debido a la incertidumbre creada por DOGE.
Muchos empleados federales que habían trabajado en los programas nucleares del país habían pasado toda su carrera allí, y en los últimos años ha habido una oleada de jubilaciones que le costó a la agencia años de conocimiento institucional.
Pero ahora se encuentra en medio de un importante esfuerzo de modernización de armas nucleares con un costo de $750,000 millones, el cual incluye nuevos misiles balísticos intercontinentales, nuevos bombarderos y nuevas ojivas lanzadas desde submarinos. En respuesta, los laboratorios han realizado agresivas contrataciones en los últimos años: en 2023, el 60% de la fuerza laboral llevaba cinco años o menos en la agencia.
Edwin Lyman, director de seguridad de energía nuclear en la Union of Concerned Scientists, dijo que los despidos podrían interrumpir las operaciones diarias de la agencia y crear una sensación de inestabilidad en el programa nuclear, tanto en el país como en el extranjero.
“Creo que la señal para los adversarios de Estados Unidos es bastante clara: lanzar una llave inglesa en todo el aparato de seguridad nacional y causar un caos”, declaró. “Eso solo puede beneficiar a los adversarios de este país”.
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