Washington - El vicepresidente JD Vance terminó la visita del equipo de fútbol americano de Ohio State a la Casa Blanca el lunes dejando caer el trofeo del campeonato nacional del equipo.

Tras los discursos elogiosos del presidente Donald Trump, el entrenador de los Buckeyes, Ryan Day, y Vance en el Jardín Sur, el vicepresidente —egresado de Ohio State— intentó alzar el trofeo.

No contaba con que la parte dorada del trofeo estuviera diseñada para separarse de su base negra. Tras forcejear un poco, el vicepresidente perdió el control de ambas piezas. El corredor de OSU, TreVeyon Henderson, que estaba detrás de Vance, logró agarrar la parte superior del trofeo con forma de balón de fútbol. Pero la base cayó al suelo, obligando a Vance a agacharse mientras rodaba unos metros.

Algunos jugadores que estaban cerca del vicepresidente hicieron muecas de incomodidad. La Banda del Cuerpo de Marines de los Estados Unidos, que suele actuar en eventos presidenciales, tuvo que competir con los jadeos audibles de los jugadores y del público mientras interpretaba “We Are the Champions”.

Henderson y Day ayudaron a Vance a reensamblar el trofeo, y más tarde el vicepresidente sostuvo solo la parte superior, acunándola en sus brazos mientras los jugadores a su alrededor se reían.

A medida que las imágenes y videos de la torpeza de Vance se viralizaban por internet, el vicepresidente intentó justificar el desliz con autocrítica: “No quería que nadie después de Ohio State se llevara el trofeo, así que decidí romperlo”, escribió en X.

Trump felicitó al equipo de Ohio State por ganar el campeonato universitario de fútbol americano de 2024 a pesar de la “adversidad”, incluida la sorpresiva derrota del equipo en casa contra el no clasificado Michigan por 13-10 en noviembre.

Trump dijo que dudó en mencionar la cuarta derrota consecutiva de OSU frente a “el equipo del norte —no hablaremos de eso”.

Antes de dejar caer el trofeo, Vance también usó parte de su discurso para mencionar al mayor rival de los Buckeyes —señalando a un miembro del público que llevaba una gorra de Michigan.

“No sé quién dejó entrar a este tipo en la esquina, con una gorra de Michigan, a esta celebración”, dijo Vance. “Pero estoy a punto de decirle al Servicio Secreto: ‘Tiene un arma peligrosa, señor’”.