Al evento llegaron músicos, gestores culturales, dentistas y empresarios, todos interesados en poner el nombre de Puerto Rico en alto
Al evento llegaron músicos, gestores culturales, dentistas y empresarios, todos interesados en poner el nombre de Puerto Rico en alto
28 de julio de 2023 - 7:41 PM
Boston - Don Miguel Fuentes Oyola abandonó la vida que conocía en busca de una oportunidad. Era 1968, venía de una familia enorme y vivía en un diminuto barrio de Naranjito que, en aquel momento, era el único mundo que conocía. Decidió marchase a Boston, en Massachusetts, porque en esta ciudad vivía una tía suya. No conocía muy bien el inglés ni sabía qué le esperaba pero, aun así, partió.
Su vida no ha sido igual desde entonces.
Cuando don Miguel llegó a Boston, el panorama era uno vastamente distinto. No había muchos puertorriqueños en la zona y el camino para echar adelante se veía complicado. Venir de las montañas y campos de Naranjito y encontrarse con la jungla de cemento y rascacielos de Boston era un cambio abismal. Pero para don Miguel, rendirse no era una opción.
“Mi hermano gemelo quería ir a estudiar a Mayagüez, pero los recursos eran limitados. Mi papá era carpintero. El idioma era un impedimento, hasta que una vez estaban buscando talentos para trabajar con el procurador del Estado y yo me atreví. Yo me atreví porque había una oportunidad”, recuerda. Esa fue, quizás, una de las primeras puertas que se abrieron en su camino, pero el joven Miguel aspiraba a mucho más.
Fue así que llegó a establecer su propio negocio, una aventura muy exitosa en la que llegó a contar con más de 20 empleados y con la que ayudó a muchos miembros de su familia que, poco a poco, iban haciendo su llegada a la ciudad. Luego de muchos años, don Miguel se cansó y dejó el negocio. Pero su vena de comerciante no permanecería dormida por mucho tiempo.
Más o menos para el mismo tiempo en que don Miguel llegó a Boston, un puñado de boricuas en la ciudad comenzó a organizarse en un grupo que llevó por nombre Inquilinos Boricuas en Acción (IBA). Se vieron obligados a hacerlo, pues, como en tantos otros momentos en la historia de la diáspora puertorriqueña, iban a ser desplazados de su comunidad en el South End para permitir la construcción de una zona industrial. El grupo creó una consigna que permanece tan vigente en la comunidad hoy como en 1968: “No nos mudaremos de la parcela 19″.
Y allí permanecen. Inquilinos Boricuas en Acción es hoy la organización que administra una zona de vivienda asequible donde habita una radiante comunidad boricua llamada Villa Victoria.
Es en esa misma comunidad donde don Miguel administra una humilde bodega llamada San Juan Market. Después de varios años de retiro, recibió una llamada de la organización para hacerse cargo del espacio, y simplemente no se pudo resistir. Parado detrás de la caja registradora de su negocio, el orgullo irradia de su rostro mientras atiende a incontables clientes puertorriqueños que, al cruzar sus puertas, pueden encontrar un pedacito de su hogar.
“Lo mejor que le ha pasado a la comunidad puertorriqueña de Boston es esto aquí, IBA. Esto comenzó cuando apenas yo llegué aquí y hubo muchos contratiempos, muchos problemas, pero perseveraron”, dice.
Miguel fue hoy, viernes, uno de los embajadores invitados a la presentación de la iniciativa Junte Boricua en Boston por el equipo de GFR Media. Al evento, llegaron decenas de personas con historias similares a la suya. Músicos, gestores culturales, dentistas y empresarios, todos interesados en poner el nombre de la isla en alto.
El proyecto de Junte Boricua tiene como objetivo impulsar el turismo y aumentar la cantidad de visitantes, la duración de su estadía y, a su vez, aumentar la actividad económica en la isla, con un enfoque en la comunidad. La diáspora puertorriqueña es el enfoque de las iniciativas activas, grupo que representa cerca de la mitad de todos los turistas de la isla.
“Continuamos visitando las ciudades donde residen los puertorriqueños, en miras de crear una red de embajadores que promuevan el Junte Boricua. Nos insertamos en las comunidades para conocerlos y crear puentes sólidos con la isla. El recibimiento ha sido muy cálido y esperanzador, ya que todos queremos lo mejor para Puerto Rico. Boston no ha sido la excepción, Vanessa y su equipo en IBA son una parte crucial para el proyecto en la ciudad de Álex Cora y los Medias Rojas”, explicó Joana Santiago, directora ejecutiva del proyecto.
Es por esta razón que el proyecto se enfoca en las comunidades claves de boricuas en Estados Unidos. Comunidades con un historial de resistencia y un gran arraigo a la cultura puertorriqueña.
“Cuando el arquitecto que diseñó la comunidad vino por primera vez a la parcela con los activistas puertorriqueños, vio edificios que estaban quemados, que estaban clausurados, vio aceras rotas, vio mucha dificultad, pero dijo que lo más importante que vio fue la gente, su visión su fuerza y las ganas de esa comunidad”, sostuvo Vanessa Calderón-Rosado, principal oficial ejecutiva (CEO, en inglés) de IBA, durante su presentación inicial.
“Algo que a mí me llena mucho de orgullo y que me ha mantenido trabajando lealmente en esta organización, es que no se trata ni de mí, ni de los directores ejecutivos que han pasado por la organización, es más allá de todos nosotros. Y al final, para mí, es como esa semilla que todas las personas que pasan por aquí se llevan y de alguna manera u otra tiene una contribución social”, expresó, por su parte, Rafael Pérez Medina, principal oficial de programas de IBA.
Al final del evento, luego de una presentación liderada por Pedro Zorrilla, CEO de GFR Media, se ofreció un recorrido por Villa Victoria, donde las banderas puertorriqueñas aparecen en casi todas las ventanas, hasta llegar al San Juan Market.
Y allí, detrás de la caja registradora de su colmadito, don Miguel atendía a sus clientes de siempre con una sonrisa amplia.
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