Reserve, Luisiana — Una planta de fabricación de productos químicos ubicada al oeste de Nueva Orleans acordó pagar una multa federal de $480,000 e instalar equipos para detener la liberación de una sustancia química causante de cáncer desde un tanque de almacenamiento y una tubería.

El convenio de consentimiento y la orden final que detalla el acuerdo entre DuPont y la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA, en inglés) fue presentado el 25 de septiembre, aproximadamente 2 años y medio después de que una inspección no anunciada encontró varias liberaciones de benceno en niveles superiores a los permitidos por las normas federales, informó The Advocate.

La planta está ubicada a aproximadamente milla y media de distancia de una escuela primaria de Reserve, Luisiana, y se encuentra dentro de un tramo de 85 millas del estado conocido oficialmente como el Corredor de Sustancias Químicas del río Mississippi. Coloquialmente se le llama el Callejón del Cáncer.

Daniel Turner, un portavoz de DuPont Specialty Products, dijo que la liberación de las sustancias químicas no había causado “ningún impacto en el personal del sitio ni en la comunidad”.

“Nos complace resolver este asunto con la EPA de Estados Unidos”, dijo Turner. “Desde que ocurrió la inspección en el sitio, hemos disputado las lecturas del instrumento capturadas por la EPA de las de nuestros contratistas. Sin embargo, hemos tomado acciones correctivas inmediatas para resolver los problemas identificados en el proceso de inspección”, añadió.

Según la EPA, se ha encontrado que el benceno causa un aumento en los casos de leucemia en aquellos expuestos ocupacionalmente. Las mujeres que han inhalado altos niveles de benceno han reportado efectos sobre la salud reproductiva, y la exposición a largo plazo también puede causar trastornos sanguíneos. En tanto, la exposición a corto plazo puede causar somnolencia, mareos, dolores de cabeza, irritación de ojos, piel y tracto respiratorio, y en niveles altos puede causar la pérdida del conocimiento.

Los funcionarios de la EPA monitorearon 77 válvulas y dos bombas el primer día de la inspección cuando encontraron las violaciones. Midieron 20,100 partes por millón de benceno emanando de una ventilación en un tanque de desechos de benceno, y 1,933 ppm de benceno que se escapaban de una segunda válvula de presión/vacío.

Los inspectores también encontraron una línea abierta desde una válvula y una segunda válvula en una ubicación diferente que estaban filtrando aproximadamente 542 ppm de benceno, justo por encima del límite de la EPA.