Champaña, Francia - En la región vinícola de Francia, Italia y España, un número está en la mente de todos: 200%.

Esto se debe a que la semana pasada el presidente estadounidense Donald Trump amenazó con un arancel de esa cantidad sobre el vino europeo, la champaña y otros licores si la Unión Europea sigue adelante con aranceles de represalia sobre algunos productos estadounidenses. Los principales productores de vino en Europa podrían enfrentar costos devastadores que afectarán especialmente a las bodegas más pequeñas.

La industria del vino de Europa es la más reciente en encontrarse en la mira de una posible disputa comercial con Estados Unidos.

Entre los preocupados se encuentra David Levasseur, un viticultor de tercera generación y propietario de una casa de champaña, en la región homónima de Francia.

“Significa que estoy en problemas, grandes problemas. Esperamos que sea sólo, como decimos, bla bla”, afirmó Levasseur, cuando se encontraba en su casa de champaña y sorbía una copa de su espumoso.

“Cuando alguien habla tan alto se trata de ruido mediático. Pero en cualquier caso, pensamos que habrá consecuencias”, comentó sobre la amenaza del 200% de Trump.

Al igual que otros vendedores y exportadores de vino, Levasseur afirmó que un arancel del 200% sobre lo que exporta a Estados Unidos hará que su negocio en ese país se detenga por completo.

“Podría ser un verdadero desastre”, indicó Levasseur.

Italia, Francia y España están entre los cinco principales exportadores de vino a Estados Unidos. Trump lanzó su amenaza a la industria del alcohol de Europa después que la Unión Europea anunciara un impuesto del 50% sobre el whisky estadounidense que se espera entre en vigor el 1 de abril. Ese arancel fue revelado en respuesta a los aranceles del gobierno de Trump sobre el acero y el aluminio extranjeros.

Gabriel Picard, quien dirige la Federación Francesa de Exportadores de Vinos y Licores, dijo que los aranceles del 200% serán “un golpe devastador” para la industria de Francia, cuyas exportaciones de vino y licores a Estados Unidos valen 4,000 millones de euros (4,300 millones de dólares) anualmente.

“Con aranceles del 200%, ya no hay mercado”, lamentó Picard.

Aún así, entendió por qué los líderes europeos respondieron a los aranceles iniciales de Trump.

“No hay debate al respecto. Estamos de acuerdo en que el señor Trump crea y le gusta crear concursos de fuerza. Tenemos que adaptarnos a eso”, declaró.

En Italia, la industria del vino ha pedido calma, esperando que los negociadores en Bruselas y Washington puedan retroceder en la creciente disputa comercial.

Estados Unidos es el mayor mercado de vino de Italia, con ventas que se han triplicado en valor durante los últimos 20 años. El año pasado, las exportaciones crecieron casi un 7% a más de 2,000 millones de euros (2,200 millones de dólares), según el principal lobby agrícola de Italia, Coldiretti.

Las fuertes ventas en restaurantes de alta gama, en particular, hacen que el mercado estadounidense sea difícil de reemplazar, de acuerdo con Piero Mastroberardino, vicepresidente de la asociación nacional de vinicultores Federvini.

El vino tinto “Taurasi Radici” de Mastroberardino, por ejemplo, fue calificado como el quinto mejor vino del mundo en 2023 por Wine Spectator, una revista estadounidense de vino y estilo de vida. Se vende por alrededor de 80 dólares la botella al por menor en Estados Unidos, aproximadamente el doble de lo que cuesta en Italia, por lo que cualquier arancel lo llevará a un “precio impensable,” dijo.

En enero, los socios importadores de Mastroberardino en Estados Unidos aumentaron los pedidos en aproximadamente un 20% anticipando posibles aranceles de Trump. Pero el aumento en los pedidos no compensará el impacto de aranceles, particularmente de esa magnitud, indicó, por mucho tiempo.

“Es en el interés de todos mantener un frente unido en la mesa de negociaciones”, aseveró Mastroberardino, “especialmente de aquellos que están siendo blanco”.

Los productores de vino y expertos de la industria en España, cuyos vinos tintos suaves son saboreados por decenas de millones de turistas estadounidenses que visitan el país del sur de Europa cada año, compartieron preocupaciones similares sobre los posibles aranceles.

“Que parece que no tienen mucha lógica... y esperamos que nunca se lleguen a aplicar”, dijo Begoña Olavarría, analista económica de la Organización Interprofesional del Vino de España.

España fue el cuarto mayor exportador de vino a Estados Unidos el año pasado en ventas, y el séptimo en volumen, según el grupo comercial. Las exportaciones de vino español a Estados Unidos crecieron un 7% el año pasado. Y la industria del vino representa alrededor del 2% de la producción económica total del país, dijo el grupo comercial.

Para los productores de cava de España, la amenaza de aranceles estadounidenses golpeó especialmente fuerte. Estados Unidos es el segundo mercado para el vino espumoso español, que al igual que la champaña tiene una denominación de origen que significa que sólo puede ser producido en España.

Mireia Pujol-Busquets es propietaria de la Bodega Alta Alella, ubicada en la región del Cava justo al sur de Barcelona. Fundada por su familia en 1991, señaló que su negocio y sus 40 empleados corren el riesgo inmediato de perder ventas de unas 25,000 botellas si el mercado estadounidense se cierra de golpe.

“Este 5% (de ventas en peligro) representa más de 10 años de esfuerzo, de abrir mercado, buscar distribuidores, de hacer marca”, declaró a la AP.

Si bien la bodega catalana y sus distribuidores en Estados Unidos pudieron absorber el aumento de precios inducido por el arancel del 25% de Trump sobre los vinos durante su primer mandato, Pujol-Busquets dijo que es “totalmente irracional” considerar asumir un aumento del 200%.

“Hay bastante desesperación”, afirmó.