Oklahoma ejecutó el jueves a un hombre por matar a tiros a una mujer durante una invasión de hogar y robo ocurridos hace 20 años.

Wendell Grissom, de 56 años, fue declarado muerto por inyección letal en la Penitenciaría Estatal de Oklahoma en McAlester a las 10:13 de la mañana, informó un funcionario de la prisión a The Associated Press. Fue la primera ejecución de Oklahoma en lo que va de 2025.

Grissom y un coacusado, Jessie Floyd Johns, fueron condenados por el asesinato de Amber Matthews, de 23 años, y por herir a la amiga de ella, Dreu Kopf, en la residencia de ésta en el condado de Blaine. Johns fue condenado a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.

Había tres ejecuciones más programadas esta semana en Estados Unidos: Luisiana ejecutó a un hombre el martes utilizando gas nitrógeno por primera vez tras reanudar las ejecuciones después de una pausa de 15 años. Un hombre que secuestró y asesinó al exmarido de su novia fue ejecutado el miércoles por inyección letal. Otra inyección letal está programada para el jueves en Florida.

La fiscalía dijo que Grissom, quien tenía un largo historial delictivo, recogió a Johns, que viajaba de dedo, y ambos conducían hacia el oeste por la Interestatal 40 cuando decidieron cometer robos. Seleccionaron al azar la casa de Kopf cerca de Watonga, donde Matthews la visitaba a ella y a sus dos hijos pequeños.

Matthews recibió dos disparos en la cabeza y quedó aún con vida en el suelo mientras Kopf, que también recibió dos tiros y quedó gravemente herida, logró huir en la camioneta de Grissom para pedir ayuda, dijeron los fiscales. Grissom y Johns también huyeron, en un vehículo todo terreno robado, pero se quedaron sin gasolina rápidamente y fueron capturados tras viajar de dedo hasta un café en un condado cercano.

Las autoridades encontraron a los hijos de Kopf aún dentro de la casa, físicamente ilesos. Matthews murió después de ser trasladada en helicóptero a un hospital de Oklahoma City.

Los abogados de Grissom no disputaron su culpabilidad, pero argumentaron, en una audiencia de clemencia, que él sufría un daño cerebral que nunca se reveló ante un jurado. La Junta de Indultos y Libertad Condicional del estado negó la solicitud de Grissom para recomendar clemencia.

Los abogados de Grissom dijeron a la junta que él siempre aceptó su responsabilidad y escribió una disculpa a la familia de Matthews durante su primera entrevista con la policía.

“No puede cambiar el pasado, pero ahora y siempre ha estado profundamente avergonzado y arrepentido”, dijo Kristi Christopher, abogada de la defensoría pública federal.

Kopf dijo a la junta que aún lleva profundas cicatrices mentales y físicas del ataque, incluidos fragmentos de bala que permanecen en su cuerpo. Señaló que, en los años posteriores al ataque, llamaba al 911 cuando el timbre de la puerta sonaba inesperadamente o si aparecía un extraño en su vecindario. “Viví en un estado de miedo constante en todo momento”, dijo entre lágrimas.

El fiscal general de Oklahoma, Gentner Drummond, calificó el asesinato de Matthews como un caso de pena de muerte “de manual”.

“Los crímenes cometidos por Grissom, ataques aleatorios y brutales a extraños inocentes en la santidad de su propio hogar, son precisamente el tipo que mantiene a la gente despierta por la noche”, dijo Drummond durante la audiencia del mes pasado.

La muerte por inyección letal de Kevin Ray Underwood, ocurrida en diciembre, fue la 127ma ejecución por parte del estado de Oklahoma desde que Estados Unidos restableció la pena de muerte en 1976, según los registros penitenciarios del estado.