

9 de abril de 2025 - 1:38 PM
Washington — Los fabricantes tienen problemas para hacer planes a largo plazo. Los agricultores enfrentan represalias de compradores chinos. Los hogares de Estados Unidos cargan con precios más altos.
Los senadores republicanos confrontan al gobierno del presidente Donald Trump con esas preocupaciones y muchas más, inquietos por el impacto económico de la amplia estrategia arancelaria del presidente, la cual entró en vigor el miércoles.
En una audiencia del Senado y en entrevistas con periodistas realizadas esta semana, el escepticismo republicano hacia las políticas de Trump fue inusualmente alto. Aunque los legisladores republicanos se aseguraron de dirigir su preocupación a los asesores y consejeros del presidente, en particular al Representante de Comercio de Estados Unidos, Jamieson Greer, quien compareció el martes ante la Comisión de Finanzas del Senado, esto representó una infrecuente ruptura republicana con un presidente al que han defendido en otras ocasiones.
Los legisladores tenían razones para preocuparse: el mercado de valores ha estado en una volátil caída durante días y los economistas advierten que los planes podrían llevar a una recesión.
“¿A quién puedo culpar si esto resulta ser un error?" le dijo a Greer el senador republicano Thom Tillis mientras presionaba para obtener una respuesta sobre qué asesor de Trump sería responsable si se produce una recesión económica.
La frustración de Tillis iba dirigida a la amplia estrategia general que podría perjudicar a los fabricantes en Estados Unidos que actualmente dependen de materiales como el aluminio y el acero de China. Su estado natal, Carolina del Norte, donde se postula para ser reelecto el próximo año, ha atraído a miles de empresas extranjeras que buscan invertir en las industrias de fabricación del estado.
Siempre cautelosos de enfrentarse a Trump, los republicanos navegan en un delicado juego de criticar el lanzamiento de los aranceles y luego pasar a elogiar la visión económica del presidente. Por la tarde, en un discurso ante el Senado, Tillis dijo que el “presidente tiene razón al desafiar a otras naciones que, durante décadas, han abusado de su relación con Estados Unidos”, pero luego cuestionó quién en la Casa Blanca se encargaba de considerar detalladamente los efectos económicos a largo plazo de los aranceles.
En un evento de recaudación de fondos realizado el martes por la noche, Trump se jactó de que los aranceles “van a ser legendarios”.
Tillis incluso admitió que la estrategia comercial de Trump podría resultar efectiva, pero dijo que existe un plazo muy corto para demostrar que el aumento de precios y los despidos que afectarán a los trabajadores valen la pena.
Por su parte, Greer enfatizó ante el comité que Estados Unidos participa en negociaciones con otros países, pero que “el déficit comercial se ha gestado durante décadas y no se va a resolver de la noche a la mañana”.
Sin embargo, los senadores republicanos instaron a Trump a actuar rápidamente con la esperanza de poner fin a la agitación económica, incluso en una entrevista grupal realizada el martes por la noche con Sean Hannity, el presentador de Fox News Channel. El senador John Kennedy dijo que Trump es como el “pitbull que atrapó el coche” mientras otros países ofrecen acuerdos comerciales con Estados Unidos. Añadió: “Espero que acepte el acuerdo”.
Los líderes republicanos del Congreso, así como una parte considerable de los legisladores, han enfatizado que Trump necesita tiempo para implementar su estrategia. En su mayoría, han rechazado la idea de incorporar un control sobre el poder del mandatario para imponer aranceles, pero está claro que hay cada vez más nerviosismo entre los republicanos de base sobre lo que está por venir.
El senador republicano de Oklahoma, James Lankford, dijo que hay una empresa en su estado que había gastado “millones de dólares” en trasladar su producción de piezas de China a Vietnam. Pero ahora que Vietnam enfrenta elevados aranceles, dicha empresa no puede avanzar en la negociación de precios con los minoristas.
Lankford presionó a Greer para que proporcionara un cronograma de las negociaciones, pero el representante comercial respondió: “No tenemos ningún cronograma en particular. El resultado es más importante que establecer algo artificial para nosotros”.
Los acuerdos comerciales entre países suelen tomar meses o incluso años, y a menudo exigen que las partes aborden una serie de cuestiones legales, económicas y comerciales. Aun así, los republicanos dijeron que se sentían alentados por los indicios de que Trump ya realiza negociaciones con otras naciones.
El senador republicano de Montana, Steve Daines, dijo en la audiencia del comité que se sentía “muy animado” por las noticias de las negociaciones comerciales y atribuyó un leve crecimiento momentáneo en el mercado de valores a la “esperanza de que estos aranceles sean un medio y no solo un fin”.
Le dijo a Greer: “¿Quién pagará estos altos aranceles? Será el consumidor. Me preocupa el efecto inflacionario. Me preocupa que, si hay una guerra comercial, los mercados se cierren para los agricultores, ganaderos y fabricantes estadounidenses”.
Otros legisladores republicanos sostuvieron que el dolor valía la pena. El representante republicano de Carolina del Sur, Ralph Norman, miembro del conservador Freedom Caucus, dijo que el presidente está en el camino correcto.
“Es doloroso, pero pasará”, dijo. “El presidente tomará la decisión correcta. Está haciendo lo correcto”.
Aun así, los republicanos tradicionales buscan formas de oponerse al plan arancelario de Trump.
El senador republicano de alto nivel, Chuck Grassley, presentó un proyecto de ley bipartidista que daría al Congreso el poder de revisar y aprobar nuevos aranceles, y los miembros republicanos de la Cámara también trabajan para obtener apoyo para un proyecto de ley similar. Tal legislación permitiría que el Congreso recuperara parte de su poder constitucional sobre la política arancelaria que, en las últimas décadas, ha sido entregado casi completamente al presidente a través de la legislación.
Pero la Casa Blanca ya ha indicado que Trump vetaría el proyecto de ley, y el líder de la mayoría del Senado, John Thune, así como el presidente de la Cámara, Mike Johnson, han dicho que no están interesados en llevarlo a votación.
Trump dijo el martes por la noche que cualquiera que respaldara la legislación era un “rebelde republicano” que “quiere lucirse”.
“Déjenme decirles que ustedes no negocian como yo negocio. Si el Congreso toma el control de la negociación, vendan a Estados Unidos rápido porque van a quebrar”, añadió el presidente.
Pero el mensaje poco claro del mandatario también ha dejado perplejos a los legisladores mientras intentan averiguar qué asesores y consejeros tienen influencia en la Casa Blanca.
Kennedy dijo que, aunque ha recibido llamadas de la comunidad empresarial en su estado, no ha tenido respuestas para ellos además de decirles que las perspectivas para la economía son inciertas. La comunicación de los asesores del presidente a menudo ha sido contradictoria, dijo Kennedy, aun cuando expresó su apoyo a los objetivos a largo plazo de Trump.
Kennedy dijo a los periodistas: “No creo que haya forma de duplicar o triplicar tus aranceles al mundo cuando eres el país más rico de toda la historia humana sin provocar algo de caos”.
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