El presidente electo Donald Trump eligió, este jueves, al activista antivacunas Robert F. Kennedy Jr. para dirigir el Departamento de Salud y Servicios Humanos, poniéndolo a cargo de una enorme agencia que supervisa todo, desde la seguridad de medicamentos, vacunas y alimentos hasta la investigación médica y los programas de la red de seguridad social Medicare y Medicaid.

“Durante demasiado tiempo, los estadounidenses han sido aplastados por el complejo alimentario industrial y las compañías farmacéuticas que se han dedicado al engaño, la misinformación y la desinformación cuando se trata de la salud pública (...) El señor Kennedy restaurará estas agencias a las tradiciones de investigación científica estándar de oro para acabar con la epidemia de enfermedades crónicas, y para ¡hacer a América grande y sana de nuevo!”, expresó Trump en una publicación en su cuenta de X.

Kennedy, un ex demócrata que se presentó como independiente en la carrera presidencial de este año, abandonó su candidatura tras llegar a un acuerdo para dar su apoyo a Trump con la promesa de tener un papel en la política sanitaria de la administración.

Desde entonces, él y Trump se han hecho buenos amigos, y Kennedy suele recibir fuertes aplausos en los mítines de Trump. Politico informó por primera vez el jueves del esperado nombramiento.

Kennedy, un escéptico de las vacunas desde hace mucho tiempo, es un abogado que ha construido un grupo de seguidores leales durante varias décadas de personas que admiran sus demandas contra las principales compañías farmacéuticas y de pesticidas. Ha presionado para que se establezcan regulaciones más estrictas en torno a los ingredientes de los alimentos.

Con la campaña de Trump, trabajó para apuntalar el apoyo entre las madres jóvenes en particular, con su mensaje de hacer que los alimentos sean más saludables en Estados Unidos, prometiendo modelar las regulaciones impuestas en Europa. En un guiño al eslogan original de la campaña de Trump, bautizó la iniciativa como “Make America Healthy Again” (Hagamos América saludable de nuevo).

Aún no está claro cómo cuadrará esto con el historial de Trump de desregulación de las grandes industrias, incluida la alimentaria. Por ejemplo, Trump ha presionado para que se reduzcan las inspecciones de la industria cárnica.

La postura de Kennedy sobre las vacunas también lo ha convertido en una figura controvertida entre los demócratas y algunos republicanos, lo que plantea dudas sobre su capacidad para ser confirmado, incluso en un Senado controlado por el Partido Republicano. Kennedy ha defendido la desinformación sobre la seguridad de las vacunas, incluida la teoría totalmente desacreditada de que las vacunas infantiles causan autismo.

También ha dicho que recomendaría eliminar el flúor del agua potable. Se ha dicho que la adición de este material mejora la salud dental.

El Departamento tiene más de 80,000 empleados en todo el país. Alberga la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés), los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), los programas Medicare y Medicaid y los Institutos Nacionales de Salud.

El grupo antivacunas sin ánimo de lucro de Kennedy, Children’s Health Defense, tiene actualmente una demanda pendiente contra varias organizaciones de noticias, entre ellas The Associated Press, acusándolas de violar las leyes antimonopolio al tomar medidas para identificar información errónea, incluso sobre las vacunas COVID-19 y COVID-19. Kennedy se dio de baja del grupo cuando anunció su candidatura a la presidencia, pero figura como uno de sus abogados en la demanda.