En momentos que preparan la celebración de sus 50 años, la institución sigue firme en su misión de utilizar el arte para promover el desarrollo la comunidad y la diáspora latina en el estado de Pensilvania
En momentos que preparan la celebración de sus 50 años, la institución sigue firme en su misión de utilizar el arte para promover el desarrollo la comunidad y la diáspora latina en el estado de Pensilvania
26 de septiembre de 2023 - 11:40 PM
Filadelfia, Pensilvania.– El Taller Puertorriqueño quiere marcar con más fuerza el territorio del barrio boricua de Filadelfia.
En momentos en que organiza su aniversario número 50, colocar rótulos y tarjas que eduquen sobre la historia de la comunidad resulta un punto cardinal en la agenda de la principal institución boricua de esta ciudad de 1.6 millones de habitantes, de los cuales cerca de 124,000 son puertorriqueños.
En cierta medida, se ha querido utilizar como modelo la experiencia de Chicago, Illinois, donde dos gigantescas banderas de Puerto Rico expuestas en la principal arteria de la comunidad anuncian la entrada y salida al corazón del barrio puertorriqueño de esa ciudad.
“El distrito cultural de Chicago es un ejemplo para muchos de las comunidades puertorriqueñas y es una de las cosas que nosotros hemos estado discutiendo con diferentes organizaciones, bajo la sombrilla de la coalición Ceiba”, indicó Nasheli Ortiz González, directora ejecutiva del Taller Puertorriqueño, considerado el latido cultural del barrio.
El Taller, cuya actual sede fue inaugurada en 2016 a un costo de unos $11 millones, tiene como misión preservar, desarrollar y promover las expresiones artísticas y culturales puertorriqueñas. Pero, además, defienden la representación de otras culturas latinas.
Por el momento, el Taller ofrece un tour por el Centro de Oro del barrio, que incluye enseñar las líneas doradas en las aceras y las palmas ubicadas en la zona comercial del barrio, ocho murales y algunos de sus más notables negocios, como el Centro Musical y la panadería Las Delicias.
La idea es tener un atrio con un mapa frente al Taller que oriente a los visitantes sobre la historia de los distintos puntos que representan a la comunidad.
En diciembre, el Taller Puertorriqueño anunciará la iniciativa “Memorializing Fair Hill” –la zona en que están ubicados–, que persigue dar inicio a la conmemoración del aniversario número 50 de la institución, fundada inicialmente como un estudio de serigrafía por artistas como Domingo Negrón y Rick Hall.
La directora del Taller, una reconocida diseñadora de modas, tiene la misión de que la institución fomente la creación de economías renovables dentro de la comunidad, que permitan frenar el desplazamiento poblacional y la gentrificación.
Entre otros desarrollos, Ortiz González reafirmó que “poco a poco” buscan establecer un comedor comunitario. “La idea es que durante el día sirva como un espacio educativo para las artes latinoamericanas, que se pueda hacer una certificación de ese lugar y que los estudiantes puedan presentar sus recetas”, sostuvo.
Además, quieren ofrecer el espacio para que gente de la comunidad pueda utilizar la cocina para confeccionar sus productos y “crear economías culturales y creativas”. La idea es también atraer la ubicación de camiones de venta de comida (”food trucks”), que pudieran tener un espacio designado en el Taller.
Con el apoyo de Penn Praxis, un ente investigativo y de enlace con la comunidad de Penn State University, el Taller Puertorriqueño organiza propuestas para convertir un patio interior en un teatro y una sala educativa, el oasis Carmen Febo San Miguel –quien dirigió la institución por dos décadas–, en la Galería de Arte, y una zona abierta pública, que pueda servir de punto de encuentro para los vecinos hasta que caiga el sol.
Ortiz González exhortó a las autoridades gubernamentales a impulsar apoyos económicos y financieros para que los residentes del barrio puedan comprar viviendas y quedarse en su comunidad.
“Necesitamos que el gobierno deje de estar dando las tierras a los desarrolladores y nos permita quedarnos en la comunidad. Queremos desarrollar la comunidad económicamente… y puedan volver los jóvenes y continuar siendo el barrio latinoamericano (de Filadelfia)”, sostuvo.
Tras la muerte a manos de la Policía del boricua Eddie Irizarry, en medio de una intervención de tráfico rutinaria y sin que el joven puertorriqueño representara una amenaza, el Taller ha servido de plataforma para las denuncias de la comunidad y su liderato.
Hasta que salieron a la luz vídeos caseros, la Policía mantuvo la falsa alegación de que Irizarry salió del automóvil empuñando un cuchillo. Pero esos vídeos y, más adelante los de las cámaras de los agentes, reflejaron que el muchacho nunca salió del vehículo, que solo tenía un cuchillo de tres pulgadas y que el policía Mark Dial, acusado de asesinato y otros cargos criminales, le disparó en seis ocasiones, cinco segundos después de bajarse de su patrulla.
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