El oeste del país se prepara para una nueva tormenta invernal, mientras que el noreste podría recibir fuertes precipitaciones
El oeste del país se prepara para una nueva tormenta invernal, mientras que el noreste podría recibir fuertes precipitaciones
24 de noviembre de 2024 - 7:56 AM
Windsor, California - Una nueva ronda de clima invernal podría complicar los desplazamientos durante la semana del Día de Acción de Gracias en algunas partes de Estados Unidos, advirtieron los meteorólogos durante el fin de semana.
En California, donde una persona fue encontrada sin vida dentro de un vehículo sumergido por las inundaciones, las autoridades se preparaban para más precipitaciones mientras aún lidian con anegaciones y pequeños deslizamientos de tierra ocasionados por una tormenta anterior. Por otra parte, miles de personas seguían sin electricidad después de varios días en el noroeste del país.
El sábado, se emitió una advertencia de tormenta invernal para la Sierra Nevada de California que permanecerá en efecto hasta el martes, según la oficina del Servicio Meteorológico Nacional de Estados Unidos en Sacramento. Se pronostican fuertes nevadas en grandes elevaciones y ráfagas de viento que podrían alcanzar los 88 km/h (55 mph), además de una acumulación de nieve de aproximadamente 1,2 metros (4 pies), con las mayores acumulaciones el lunes y martes.
En las regiones del centro-norte de Estados Unidos y los Grandes Lagos también se anticipa lluvia y nieve el lunes, mientras que la costa este será la más afectada por el clima durante el feriado de Acción de Gracias.
Un sistema de baja presión llevará lluvia al sureste el jueves temprano antes de dirigirse al noreste, donde zonas que van desde Boston hasta Nueva York podrían recibir lluvias y fuertes vientos. En partes del norte de Nueva Hampshire, el norte de Maine y las montañas Adirondacks podría caer nieve. Si el sistema se desplaza más hacia el interior, el pronóstico indicaría menos nieve para las montañas y más lluvia.
La tormenta en la costa oeste llegó al noroeste del Pacífico a principios de esta semana, causando la muerte de dos personas y dejando sin electricidad a cientos de miles, principalmente en el área de Seattle, antes de que sus fuertes vientos se desplazaran por el norte de California. El sistema llegó a la costa oeste el martes como un “ciclón bomba”, que ocurre cuando un ciclón se intensifica rápidamente, y desató fuertes vientos que derribaron árboles en carreteras, vehículos y hogares.
La ciudad de Santa Rosa, California, registró su período de tres días más lluvioso con unos 32 centímetros (12.5 pulgadas) de precipitaciones el viernes por la noche, según la oficina del Servicio Meteorológico Nacional en el área de la Bahía de San Francisco. El sábado, los viñedos en la localidad de Windsor, ubicado a unos 16 kilómetros (10 millas) al norte, se encontraban inundados.
Al oeste, los rescatistas en la localidad de Guerneville recuperaron un cuerpo dentro de un vehículo tras una inundación alrededor de las 11:30 de la mañana del sábado, informó Rob Dillion, subcomisario del condado de Sonoma y vocero de la policía local. Se presume que dicha persona falleció a causa de la tormenta, pero aún no se había realizado una necropsia.
Dominick Conti, un bombero voluntario de 19 años, y un amigo recorrieron el viernes la zona de Santa Rosa para ayudar a personas cuyos vehículos quedaron inundados. Con su camioneta Dodge Ram 2006 y un juego de cuerdas, pudieron rescatar al conductor de un sedán que se había detenido en el agua, liberar a un camión atascado en un gran charco de lodo, y ayudar a un agricultor varado en un camino de tierra.
Alrededor de 8,.000 personas del área de Seattle seguían sin luz debido al río atmosférico —una columna de humedad que se forma sobre un océano y fluye a través del cielo sobre tierra— más fuerte de esta temporada. Las cuadrillas intentan retirar cables, ramas y escombros de las calles, mientras las ciudades abrían centros de calentamiento para que las personas que se enfrentaban a un cuarto día sin energía pudieran obtener comida caliente y conectar sus teléfonos celulares y otros dispositivos.
La electricidad volvió por la tarde en la casa de Katie Skipper en North Bend, a unos 50 kilómetros (30 millas) al este de la ciudad luego de estar sin luz desde el martes. Fue agotador tomar duchas frías, depender de una estufa de leña para calentarse y usar un generador para mantener el refrigerador frío, dijo Skipper, pero esos inconvenientes no eran nada en comparación con los daños que sufrieron otras personas sufrieron.
“Eso es realmente triste y aterrador”, dijo.
Otra tormenta llevó lluvias a Nueva York y Nueva Jersey, donde en las últimas semanas se han producido incendios forestales poco frecuentes, y fuertes nevadas al noreste de Pensilvania. Partes de Virginia Occidental estuvieron bajo aviso de ventisca hasta el sábado por la mañana, con hasta 61 centímetros (2 pies) de nieve y fuertes vientos que dificultaban los desplazamientos.
A pesar del desastre, se tiene previsto que las precipitaciones ayuden a mejorar las condiciones después de un otoño excepcionalmente seco.
“No va a ser el fin de la sequía, pero definitivamente ayudará cuando todo esto se derrita”, dijo Bryan Greenblatt, meteorólogo del Servicio Meteorológico Nacional en Binghamton, Nueva York.
En el noreste de Pensilvania, incluidas las montañas Pocono, cayó una gran nevada que provocó el cierre de escuelas. A mayores elevaciones se informó de hasta 43 centímetros (17 pulgadas), con acumulaciones menores en ciudades del valle como Scranton y Wilkes-Barre. Menos de 80,000 clientes en 10 condados se quedaron sin electricidad, y la secretaría de Transporte estatal impuso límites de velocidad en algunas carreteras.
Partes de Virginia Occidental también experimentaron su primera nevada significativa de la temporada el viernes y durante la noche del sábado, con hasta 25.4 centímetros (10 pulgadas) acumulados en las elevaciones más altas de las montañas Allegheny. Algunas áreas estuvieron bajo una advertencia de tormenta de nieve mientras los vientos racheados hacían peligrosas las condiciones de viaje.
Las precipitaciones ayudaron a mitigar la peor sequía del estado en al menos dos décadas. También fue un impulso para los centros de esquí de Virginia Occidental que se preparan para abrir sus pistas en las próximas semanas.
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